martes, 22 de diciembre de 2009

¿CÓMO ACTUAR ANTE LA MUERTE?

El tema más escabroso para mi parecer y que no puede conformar tan solo un post, pero se ha llegado el momento por los recientes acontecimientos de escribir el primero. Murió de un paro cardiaco un chico de 24 años, fornido y atlético, ¿fueron los anabólicos? ¿o simplemente surgió una muerte de algo que no sabían que era, pues ya se había sentido mal?, Muere la jefa y amiga de una amiga, inesperadamente, hoy da una orden y mañana la están velando. Fallece el abuelo de una ex, la edad, las complicaciones. Cae víctima de un paro cardiaco la mamá de otra amiga, la operan del corazón, no resiste, muere. Se desvanece la tía de otra amiga, ya era grande, tal vez sí se lo esperaban. Las dos últimas, mueren el mismo día… Un mes más y muere la otra tía, casi madre de la misma amiga y por si esto fuera poco, a los días muere la hija de una compañera de trabajo a sus 16 años. ¡Dios, qué impacto! Con religión o no, simplemente un minuto de silencio en honor, respeto y por el descanso en paz de éstas personas conocidas y por todas aquellas a las que hemos perdido y que tan solo nos resta resignarnos a ser sus dolientes.

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Tal parece que despediremos este año con esos huecos que se han quedado para siempre, nos quedaremos con un plato menos, una silla menos en el comedor y un hueco más grande en el corazón.
Pérdida, dolor, angustia, miedo, desolación, frustración, miedo, ira y resignación, son algunos de los sentimientos que nos embargan el alma el corazón y la razón, no podemos dejar de sentir alguno, todos, o uno que otro más, es natural, es humano. A pesar de que hace unos meses deseé morir, siempre estuvo presente mi aberración a la muerte, un sentimiento que comparto con muchos, una condición humana que tiene muchas medidas dependiendo de cada persona, pero que siempre prevalece en la sangre misma. No importando si lo aceptas o no, va a suceder, diría GC:
La muerte tiene tan certera su victoria, que nos da una vida de ventaja…
¿Y qué vas a hacer con dicha sentencia ineludible?
La única cosa que podemos asegurar en esta vida, el único hecho certero y del cual no podemos hacer nada al respecto, del que no podemos escapar por más poder, ciencia, dinero y por más inteligencia que tengamos, es el morir, no hay de otra, todos moriremos y te lo firme Dios, o el mismo demonio, o simplemente si nadie lo firma, si nadie lo afirma, así es, irónica realidad: TODOS MORIREMOS. Nos estremecemos al leer o escuchar esa frase, unos más otros menos, y la idea se siente de la reverenda fregada, por más fuerte y resignado que seas, por más que aceptes el hecho, el que se te muera alguien a quien amas y el que sepas que vas a morir es un hecho que pareciera diabólico, natural y evidente, dependiendo de la persona. A lo largo de mi vida me he encontrado con personas que opinan y sienten diferente al respecto, desde la persona que no quiere ni pensar en ello y evita de la forma más loca, los funerales o las calles que tengan funerarias con tal de alejarse del mismísimo hecho, como quien dice con toda la tranquilidad del mundo y con voz resignada y muchas veces hasta de “no tiene la mayor importancia”, que es un proceso natural y que ha de pasar. Pero no, no he conocido persona medianamente cuerda que cuando llega el momento de perder a alguien amado, o que se ve tan “cerca” de que la parca le dé la mano, no incida en ese “miedito” o esa “cosa rara”, que se siente cuando ya se ve “de a de veras”. No, no importa si lo comprendes o no, porque al final de cuentas nadie lo comprende realmente, sigue siendo un tema tabú, sigue siendo ese “algo” que inquieta a rico a pobre, a hombre, mujer o quimera, o simplemente a un animal que cuando ve amenazada su vida, corre despavorido, tenga entendimiento o no, el instinto básico siempre es “run for your life!”, o sea el pavor y miedo a la muerte inherentes a que tu instinto de supervivencia te mantenga vivo.
Hemos hablado de las pérdidas y estas con respecto a un ser amado, esta forma es la manera más cruel del mundo, sin embargo, tal parece que nos enseñaron a que moriríamos en ese momento justo en que nos den la terrible noticia, pero no, el 99.99% de la gente sobrevivimos a tan crudo hecho, hayamos perdido a la persona por cualquier motivo. Tan solo la gente con afecciones cardiacas o ciertas deficiencias físicas o de enfermedad, no logran sobreponerse e integran ese 0.01% que muere al experimentar esa experiencia o simplemente se deja morir o se suicida ante la inaceptación de tan terrible vacío en una absurda realidad. Por otra parte estamos quienes “aguantamos vara”, no por valientes o por fuertes o dárnosla de muy poderosos o centrados, simplemente porque la corriente del río llamado vida, sigue fluyendo y te arrastra a su paso, las cosas no se detienen, siguen su curso y “a forciori”, no por ser muy fregones, si no porque simplemente así es la naturaleza y su curso, por eso pasamos por ese transe, por ese trago tan amargo como el tomar ácido y quemar nuestras entrañas y boca para no volver a sentir más nada, sin embargo, sentimos que nos desgarramos y que el sufrimiento es insoportable, a veces lloramos a mares y a madres, hasta que los ojos casi se nos van a reventar y ya no existen lágrimas, se convierte en un llanto “seco”, pero igualmente agraviante y es cuando nos sentimos desmayar o morir, después de que también nuestra garganta ya está seca por tanto lamento. No queremos seguir adelante y deseamos la mayoría de las veces poder estar en “su lugar” y sacrificar la vida propia para darle vida a esa persona y para desvanecer nuestro dolor dejando de existir. Gritaremos, patalearemos, dejaremos de comer, no nos separaremos del ataúd, de su cuerpo que aún está aquí, nos desmayaremos, vomitaremos el vacío… en fin, tantos tintes tristes desoladores y enloquecidos, pero, nada de nada hará que la persona vuelva a abrir los ojos, así lo deseemos en medio de nuestra negación, así lo roguemos prometiendo hasta lo que no porque suceda el milagro, así nos flagelemos o juremos las más sacrificadas mandas, no, así nada más: no volverá a moverse, no volverá a respirar, no volverá a hablar, ni a escuchar y esto es lo más jodido del asunto además de que nos reprocharemos el típico “hubiera”: “le hubiera dicho que le amaba”, “le hubiera dicho que me perdonara”, “le hubiera dicho que le perdonaba” y así un sin número de hubieras, “hubiera estado ahí cuando me llamó”, “hubiera hecho más para…” “no hubiera hecho aquello porque…”, pero como siempre, el hubiera no existe, lo que le dijiste o no, ya está en el pasado y no hay cambios, ya no puedes. Nos echaremos la culpa por su muerte o buscaremos culpables, pero al final es absolutamente irremediable el hecho: perdimos a la persona, ni la cárcel ni la muerte para los posibles culpables te regresarán a ese ser.
Las horas pasarán y llegará el adiós definitivo, el ataúd en la fosa, la tierra cayéndole, las ganas de aventarse ahí mismo y descansar para siempre a su lado para borrar su ausencia y el dolor estúpidos estados que nunca deseamos sentir. Esperaremos el humo blanco de la chimenea, desearemos derribar la puerta y sacar del horno a nuestro ser querido, nos entregarán las cenizas y volveremos a llorar amargamente y ya no habrá nada que hacer, pero la cuestión es que no había nada qué hacer desde su muerte, porque lo que pudiste hacer lo hiciste a la medida de lo posible cuando vivía y si no lo hiciste, la lección es atroz, el aprender que hay que hacerlo todo en vida y decirlo todo en vida.
Los casos de más incertidumbre son cuando no hay un cuerpo, cuando siempre habrá la duda de si habrá muerto o si vivirá, aunque lo más seguro es lo primero. La duda podrá carcomerte la vida misma o destruir parte de ella y así mismo, la persona ya no está, ni volverá a estar, es muy cruel, es lo más frío y atroz, pero nada ni nadie puede cambiarlo.
Entonces pasarán los primeros días horrendos, donde deseamos despertar y que haya sido una pesadilla, pero volveremos a llorar sabiendo que es la vida misma, la estúpida realidad insoportable. Veremos sus fotos, sus videos o sus cosas, tal vez nos neguemos a verlos y a evitar el tema. Tal vez durmamos con su sudadera, en su cama o con una imagen de la persona, rogando a diario por despertar en el pasado, por viajar en el tiempo y cambiar los acontecimientos, pero la vida sigue así, como está, cada vez que despiertas con la ingenua esperanza de que la realidad sea otra, tan solo despiertas para volver a llorar y sentir esa hiel tan amarga. La gente te dirá “a él, o a ella no le hubiera gustado verte así”, y es la más neta verdad, si esa persona te amó es la única verdad posible, no le gustaría verte así. Simplemente pensemos lo que nos gustaría a nosotros que la gente que nos amó y se queda haría: ser recordados y continuar con sus vidas. Si fuéramos un espíritu y viéramos que están sufriendo y que su vida se ha detenido y pudiéramos hablarles, les diríamos que no nos olvidaran, que nos siguieran amando por siempre, pero que ya no sufrieran tanto y que continuaran con sus vidas, eso haríamos por el amor que les tenemos.
Lo más importante que deseamos es no ser olvidados, tener un lugar en esos corazones vivos, pero ese recuerdo trae dolor. El chiste es lograr recordar buenos momentos sin permitir pensar en la triste ausencia como tal, solo mantener el recuerdo bonito real y bueno, vetar el mal pensamiento impositivo.
Entonces, nos gustaría que esas personas siguieran su vida, pues no queremos ser el motivo de su amargura, pues solo deseábamos la felicidad de ellos. Estos dos aspectos son los más importantes y los únicos que pueden servir a quienes sobrevivan a la persona. Hay que volver a sonreír, porque a esa persona le hubiera gustado y porque nos hace bien para seguir con la vida, esto no quiere decir para nada una falta de respeto o cariño ante su muerte, el que no sigamos llorando amargamente no quiere decir que le hayamos dejado de querer, porque nunca nos dejará de doler, porque pueden pasar 2 mil años y en algún momento que será plenamente válido, volveremos a llorar su ausencia para desahogar el dolor, pero solo eso debe de ser, no debe de derribarnos nunca, porque se sigue, meramente vivo. Ahora hay que seguir con la vida, salir, trabajar, planear, soñar y divertirse, sí, divertirse aunque pensemos que es una abominación, después de un periodo hay que divertirse porque es nuestra vida y porque así mismo le hubiera gustado a esa persona, vernos sonreír por un logro, por un buen momento, por disfrutar a los amigos, a los familiares, o simplemente porque un mimo o payaso de la calle nos giró los labios y afinó las patas de gallo para hacernos reír. El ir a una obra de teatro y reír, no significa que su memora se manche, para nada. El no vestir más de negro o nunca haberlo usado ni en su funeral, no representa nada, pues es solo una señal para la sociedad, el luto verdadero se lleva en el alma, la mente y el corazón, aunque deseemos mostrarle a la gente nuestro dolor con una indumentaria un listón o una esquela para lo que se siente y en lo que se siente al final de cuentas la sociedad no tiene cabida.
Habrá personas que no lloren, y que tal vez a su manera sientan su dolor. Tal vez se encerrarán en su cuarto y sin que nadie sepa se permitirán desmoronarse sin que nade lo sepa. Tal vez no llorarán nunca y esa amargura les hará daño encerrada en el pecho, en el alma, porque si bien es respetable el que no se llore porque somos todos diferentes, existen cosas similares por mera naturaleza entre individuos, el comer, dormir, por mencionar algo. El llanto se hizo para lavar el alma, el corazón, la mente, para desahogar aquello que no tiene remedio, por ende debemos dar siempre rienda suelta al llorar.
Habrá quien se ocupe de todo el servicio y habrá quien no tenga fuerza para ello y todo esto es válido, cada posición, cada sentir es respetable, porque somos diferentes aunque todos dejemos de existir de la misma forma.

¡¿Qué hacer?!
Pasarán entonces los meses y los años y retomaremos la vida después de que en algún momento preguntamos ¡¿cómo seguir adelante?!. No, no hay una respuesta concisa, si la hubiera ya la sabríamos después de tantos milenios de existencia humana y la estaríamos aplicando, pero evidentemente no la hay y más porque cada uno somos distintos, tan solo nos resta la única verdad y el único consejo verdadero apegado a los instintos básicos y a la naturaleza misma, al instinto de supervivencia:

hay que dejarse llevar por la corriente llamada vida

¿Cómo es esto? Ya hemos hablado del jodido proceso, ese en el que las etapas de negación aceptación, etcétera están involucradas, ese que nadie se puede saltar mientras viva y nos preguntamos otra vez ¿cómo paso ese proceso, cómo lo libro? No, no lo puedes librar y no, no hay una manera única o una respuesta como instructivo. Aquí lo único que nos hace llegar a otro punto en el tiempo es lo que les mencionaba: imagínense flotando en el agua de un río, en los rápidos escarpados con rocas, con agua helada, tal vez, no sabemos, o tal vez solo un poco, nadar. Pondremos las manos en el estómago apretando los brazos contra las costillas, las piernas, el tronco, el cuello, rígidos, cerramos tal vez, los ojos y tan solo estamos ahí, arrastrados por la corriente, pero sí estamos haciendo algo: nos hemos puesto en posición sabiendo que los rápidos y las piedras filosas causaran golpes y heridas, y nos hemos preparado con lo único que tenemos: nuestro cuerpo, como cuando nos dicen que nos golpearán el estómago o el brazo y lo ponemos “duro”, así nos recostaremos en el río, flotando, no intentaremos nadar hacia ningún lado, porque todos los lados son lo mismo, porque no hay salida de ese río cruel, no la hay, estamos en él y esto no es un consejo, es solo una representación de lo que por naturaleza hacemos, estar como en un río. Entonces nos golpeará y cortará, sentiremos un inmenso frío y ganas de dejarnos hundir para no seguir apretando los ojos ante la incertidumbre del nuevo golpe. Pero solo hay que seguir flotando, intentando ver el cielo, intentando ver las estrellas o el sol. Por el momento hay mil ramas secas y horribles cubriéndolo, a través de ellas solo se alcanzan a ver nubes de la tormenta que incrementa el cauce, las gotas de lluvia se confunden con las lágrimas en tu rostro, el granizo te golpea la tez, pero tú simplemente debes de pensar en solo flotar y aguantar y aguantar y aguantar pues no puedes hacer nada para nadar, la corriente es más fuerte que tú, podrías hundirte, pero ese no es el caso y algo muy dentro de ti, no te permite hacerlo. Después de tanto golpe de tanta oscuridad y el dolor que casi te hace desmayar o morir, comienzas a ver como disminuye la lluvia, tiemblas aún por da desnudez de tu cuerpo gélida, abatida, lacerada. Las ramas comienzan a ser más sutiles y verdes, ya no hay tanta espina, se va abriendo sobre ti el panorama, el estrecho río se va ensanchando, éste cruza las corrientes agresivas con nuevas corrientes lentas y suaves, las piedras van de desapareciendo de la superficie, el amanecer se nota en la claridad del cielo, el agua se torna fresca y agradable, las cosquillas en los pies por los peces de colores que juguetean en el agua te hacen sonreír, entonces miras hacia atrás, ves con claridad esa mancha negra de la que saliste, siempre estará ahí pero ahora estás en otro lugar y en otro tiempo: ESTÁS VIVO.
Así es como nos sucede, no sabemos en qué momento, después de que los minutos han sido eternos y los segundos casi inmóviles, nos encontramos en otro espacio tiempo, ya nada es igual pero hemos pasado por la garganta ese amargo cáliz. Ahora somos otros, hemos cambiado. Ahora vemos que existen personas a nuestro alrededor quienes se preocupan y nos quieren, que han estado preocupados por nosotros y a quienes restamos interés ante el acontecimiento. Seres que tal vez dependan de uno, pueden ser hijos, familiares o simplemente una persona que te aprecia de verdad. Seres quienes sufrirían muchísimo si te pasara algo. Por ti, por la persona fallecida y por esos seres es porque hay que seguir adelante.

Me encantan los sistemas, la programación, pues de la misma vida se toma su curso para hacer un programa, éste programa debe abarcar todas las posibilidades para ser funcional, eficiente y eficaz, y así nos piden nuestros profesores que los hagamos, prácticamente perfectos. La vida es un sistema, una programación. En mi muy humilde y orgulloso punto de vista, en mi patología sicológica existe un argumento que no he cambiado desde que concibo la inteligencia. La vida tiene en su sistema de programación un grave error y ese error es la muerte. Ya elaboraré de en algún momento, tan solo lo menciono para concluir el tema, porque debemos consolarlos o estar simplemente consientes de que este error de sistema es inherente a la vida y no puede ser corregido. En el momento en que se nos grabe en el existir y pensar dicha idea, podremos simplemente saber que sucederá lo queramos o no, les sucederá a nuestros seres queridos, nos sucederá a nosotros y encontraremos al final de este pensamiento la resignación, porque no hay otra opción más que la resignación. Entonces pensemos finalmente, hoy sufrimos por alguien, un día alguien sufrirá por nosotros, sabemos que no hay nada qué hacer y no hay consuelo sino una helada y cruel realidad, pero así mismo sabemos que simplemente hay que dejarnos llevar por la corriente y decirle e inculcarle a quien conozcamos que el sufrimiento jamás se quitará ni se evitará ante la muerte, solo podemos dejarnos llevar, consolarnos con la verdad de que a esa persona no le gustaría vernos mal y entonces esperar a que las aguas se calmen y se despeje el cielo. No hay más qué hacer, no hay nada posible de evitar, porque ya estamos vivos y hasta que dejemos de existir, debemos ir con el tiempo y la naturaleza que inevitablemente nos creó e inevitablemente nos destruirá.
No olvidemos cosas importantes, o lo más importante:

TODO SUCEDE POR ALGO, AUNQUE SE DE EL CASO DE QUE NO SEPAMOS POR QUÉ SUCECE.

Por ende ¿qué vas a hacer con tu vida? Seguir clavado en el “le hubiera dicho, hubiera hecho, hubiera cambiado esta decisión” etcétera, sabiendo que el hubiera ya no es posible?. ¿qué vas a hacer con tu vida, si a ti mismo te toca TU oportunidad única de vivirla?
Entonces vuelvo a repetir que debemos ser gente de excelencia y tratar de ser lo mejor posible, porque solo existimos aquí y ahora, en este momento en que nos damos cuenta de que estamos vivos, por tanto, no dejes de decir ese “te amo, te quiero, te estimo, eres importante”, porque no sabes si las oportunidades para hacerlo se te acaban en este instante y te reprocharás no haberlo hecho por toda tu vida.
Recuerda que así mismo tú eres importante para alguien más, por ende no le cierres las puertas para que te disfrute, no abandones a quienes siguen vivos. No te hundas en tu dolor vive a la gente que te ama, valorara, explota todo ese potencial de amar que hay en ti, en todos, porque es hoy y es cuando estamos vivos.

Y te vuelvo a preguntar, entonces y después de una lección tan fuerte como es la muerte: ¡¿qué vas a hacer con tu vida?!




miércoles, 21 de octubre de 2009

RUN RUN PARTE I

Alguien me dijo por ahí, que cuando yo nací en vez de hacer “¡cuña! ¡cuña!, hice “¡Run! ¡Run!”. Bueno, no es para tanto, tan solo soy una aficionada, la cuestión es que sí, evidentemente me gusta todo lo que tiene ruedas, desde una bici de montaña, pasando por una moto de pista Yamaha R1 hasta llegar al Lamborghini Murciélago.
Primero tuve una patineta de madera y cuatro ruedas chiquititas, tendría como 4 años, luego mi “corre caminos”, un coche de pedales parecido a un buguie donde ponía en práctica todo lo que imitaba desde el asiento del copiloto, (en ese entonces no estaba prohibido que los niños viajaran en ese asiento, lo que resultaba muy peligroso), haciéndola de Maggie Simpson; con mi coche de pedales andaba toda la azotea y me estacionaba entre dos botes, echándome en reversa y corría y daba giros muy fuertes casi hasta volcar el cochecito, tanto fuego le di que un día se me partió, pero mi papá me lo compuso con aluminio y ¡a darle más presión al pedal!
En esos ayeres Mis padres iban a hacer sus compras en Bodega Aurrerá de la carretera México – Querétaro, donde habían dos pistas de go karts, una para niños y otra para adultos, ahí fue la primera vez que manejé, tendría alrededor de 5 años. Comencé a aprender lo que me encantaría toda la vida: “step on the gas”, ¡manejar!. Recuerdo también que me ponía a ver como los adultos corrían en la pista grande y me daba miedo, pero ganas de hacerlo, pues veía como manejaban y se daban sus cerrones un grupo de amigos que siempre iban a practicar.
En ese inter, tuve mi primera bici, que era una Vagabundo con la que iba y venía del parque que estaba a 4 cuadras de la casa de mamá.
Mi segunda experiencia fue alrededor de los 8 años, con un auto antiguo real que un tío había dejado encargado en la cochera de la casa de mis papás, no recuerdo cuál era, tenía un medallón en el volante, era “boludo”, pero mediano, de un color dorado y como de la época de antes de los 70’s. Inmediatamente quise manejarlo, mi papá me dijo como meter primera con la palanca al volante, (pues solo había manejado automático, o sea los Karts), me dijo cómo se manejaba el clutch, el acelerador y el freno, o sea me dio los pasos básicos para hacerlo para adelante y para atrás en un área como de 7 metros y después de hacerlo unas 4 veces, se fue a trabajar y me dejó jugando con el “cochecito” en el garage. Fui muy feliz esos días, regresando de la escuela con la ilusión de ir “adelante y atrás”. Uno de esos días, después de un ruido, se trabaron las velocidades, toda triste fui corriendo con mi papá a decirle lo ocurrido, él se rió de mí y sin más comenzó a caminar hacia la cochera, llegó al coche, abrió el cofre y me dijo, cargándome para que me recargara en la salpicadera y alcanzara a ver, “¿ves estos fierros como ganchos y varillas que están uno encima del otro?”, asentí con la cabeza, “primero ves que no estén calientes, tocándolos rápido, entonces jalas con fuerza para que quites el que está atorado y listo”, claro, sus manotas, contra mis manitas, pero las desatascó y las volvió a atascar para que yo lo hiciera, me costó trabajo, pero así aprendí a desatascar las velocidades, ¡cosa que ya no me sirve de nada porque están muy ocultas en los motores actuales! Pero así seguí de “adelante a atrás”, creándome historias tipo Al Capone, hasta que se llevaron el coche ¡snif! ¡snif!.

Poco después un primo, o alguien así, tenía una mini moto pony o algo así le llamaban, la treparon a la azotea y ahí andábamos saltando tragaluces, desde esa ocasión siempre le pedí a Santa o a los Reyes una igual, pero nunca llegó.
Por fin crecí y como a los 10 años me dejaron entrar a la pista de adultos, claro cuando no estuvieran los que manejaban tan loco, pero comencé a manejar el go kart grande, a pendas y alcanzaba los pedales, era otro mundo, era todo un reto y mucho más cuando comencé a manejar con los mastodontes que manejaban como locos, pues tuve que aprender a esquivarlos, a saber cuando se aproximaban por detrás y hacerme a un lado, pues manejaban realmente rápido y les valía todo. Con la práctica pude al fin, alcanzar su velocidad y alguna vez rebasarlos, lo que seguramente mató su orgullo varonil y “maduro”, lástima, dejamos de ir. No puedo olvidar que ahí mi mamá comenzó a practicar con el Ford Galaxie 500 ‘71, automático, en el estacionamiento y que me permitieron con unas almohadas darle unas vueltecitas.
Estuvo la moda de Xanadu y tuve mis patines de 4 ruedas, con los cuales me iba a patinar con unos amigos y a hacer coleadas, bajábamos el puente de viaducto hacia la lateral a toda velocidad, sí, muy peligroso, tanto que el de atrás se cayó y se raspó todo el brazo izquierdo.
Después tuve mi bici cross, en ese entonces en el parque hicieron como una pista con montículos de tierra, donde me encantaba a ir a saltar y correr.
Conocí a un amigo que tenía una Vespa Ciao, pasaba por mí y nos íbamos a dar unas vueltas, ahí fue donde manejé la primera “bici con motor”.
Mi papá solía viajar mucho a Zacatecas, a su ranchito, y yo moría de ganas por manejar en carretera, entonces mi mamá me dijo que me metería a un curso de manejo, a los 12 años de edad, tomé un curso de chofer (con mordida, por mi edad, claro) en la escuela Continental de Manejo. Recuerdo que tuve que llevar 2 cojines para poder manejar un super Chevy Nova con palanca al volante, de 3 velocidades, para alcanzar a ver y para alcanzar los pedales. El primer día me llevaron al cerro del Peñón de Los Baños, que está por el aeropuerto, para enseñarme como controlar el vehículo en una calle empinada, lo que fue muy cruel al ser la primera vez, debió llevarme ya por las últimas clases cuando uno ya está familiarizado con el vehículo. El auto tenía una barra de metal soldada al freno que recorría el piso horizontalmente hacia el copiloto, el cual, siendo el instructor, del lado del copiloto, podía frenar si nuestros instintos o inexperiencia al volante no reaccionaban en el instante preciso. Ahí aprendí a usar el clutch, el acelerador y el freno, ya que ese auto no tenían “freno de mano”, aunque así se llamaba, era un “freno de pié”, que estaba en el costado izquierdo (como el de algunos modelos automáticos) y que no era nada amigable, como el de los autos de hoy que es palanca en medio de los asientos y que nos ayudan con estas subidas. Claro, la contraparte es que antes los asientos eran grandes y corridos, ahora no y esto puede ser muy molesto a la hora de… ¡Ehem! ¡Ehem!, volviendo al tema, entonces el instructor frenaba el auto mientras uno se iba adecuando a acelerar y soltar el freno y el clutch, para que el auto no se fuera para atrás. Así aprendí, pero en realidad a todo mundo se le va “aunque sea un poquito” el auto hacia atrás en las subidas como las de Viaducto y Eje Central.
Terminé el curso, pero para poder pasar la prueba de fuego tenía que irme manejando de aquí a Zacatecas y de vuelta para aprender a manejar en carretera, lo que para mi papá siempre fue como una ley, “saber manejar bien en carretera es saber manejar bien en cualquier lado”. Entonces me decidí y lo hice: autopista: (tres carriles, acotamiento, los llamados “fantasmas” de ese entonces que eran unos postecitos como de 40 cm de altura por 10 cm de diámetro que tenían pintura reflejante y te indicaban hasta donde llegaba el camino carretera, señalamientos de curvas, pintura en el pavimento, etcétera), esta carretera estaba fácil, digo, camioneta Cheyenne, (¿Y la Cheyenne Apá, bueno, la vendió, no la heredó), automática, ni en cuenta, solo acelerador y freno, bien “a gusto”. Carretera: (2 carriles con acotamiento y señalamientos), no implicaba tanto desafío, tan solo fijarse un poquito más. Carretera vieja “libre” (un carril, acotamiento que desaparecía en algunas partes, a veces ni pintura ni fantasmas), curva a la izquierda con precipicio del lado derecho y las luces de un trailer deslumbrantes que no te dejan ver hacia donde está tu carril, hasta que muerden las llantas el camino de piedra y tierra y el susto del precipicio se te pasa cuando sigues sobre la carretera y el trailer ha pasado, ¡ahí si es difícil manejar! Terracería: (su nombre lo indica, es un camino aplanado con piedra encima, a veces tezontle, tiene vados que son unas cunetas de cómo un metro de ancho para que pase agua de las bajadas pluviales de los cerritos), hay que aprender a maniobrar, pues el vehículo se derrapa con facilidad en las curvas y al frenar antes de los vados, que a veces no se ven. Y finalmente, Camino: (simple tierra, media aplanada por el paso de algunos pocos vehículos que suben, por las bicis, por las motos y por el andar de la gente), en estos caminos, a pesar de ser desierto, si llega a llover, es muy probable que se te atasque la camioneta, como nos llegó a pasar. Hay que aprender a evitar los charcos, porque no sabes cuán profundo es o si tiene una roca afilada que te ponche la llanta. Hay que manejar de tal forma de que las llantas vayan en las crestas del camino, porque si no, el vehículo puede pegar con éstas, abajo y causar daño o atascarse, a pesar de que esté seco el camino, ya que puede quedar “trepado” en una cresta o atorada toda la parte de abajo, todos se tienen que bajar y echarlo en reversa, empujando para sacarlo.
Y así me fui, ida y vuelta, aún recuerdo que de regreso papá se quedó dormido, ya ven ley de Murphy, justo en este instante viajaba por Dolores Hidalgo, en una carretera que tiene árboles de ambos lados y que se cierran por encima de la misma. Doble sentido, un carril, acotamiento pequeño, recuerdo como vi dos vehículos “jugueteando” irresponsablemente a lo lejos, bajé la velocidad, pero ellos aceleraron al máximo, el de atrás cambió de carril al mío para rebasar, tal vez quería demostrar su hombría (e irresponsabilidad), al rebasar a su compañero a tan corta distancia del vehículo que venía en contraflujo (yo). Aunque ya no tenía casi ni distancia ni tiempo para hacerlo, frene y me hice al acotamiento lo más posible, en el último momento, como en escena de película, el idiota aquel, comprendió que era imposible rebasar sin un impacto, entonces frenó y se pasó atrás de aquel a quien iba a rebasar. Solté el freno y aceleré, mi papá sintió el movimiento y cuando abrió los ojos, solo alcanzó a ver cómo regresaba a mi carril, vio que íbamos solos por esa carretera de árboles y solo me dijo ¿todo bien? Y yo pasando saliva, le dije “Umhum”.
Así fue como me permitieron manejar a tan corta edad, a pesar de no tener licencia a los 14 ya llevaba y traía a mi mamá a Perisur o a Satélite, eso sí, con responsabilidad, a pesar de mi edad, pues en ese entonces era lo único para mí que me imponía respeto: el manerjar con responsabilidad, pues me enseñaron que no solo tu vida depende de ti, ni la de los que van contigo que son tus seres queridos, dependen también todas aquellas que se cruzan contigo.
Luego, siempre tuve la suerte de ser quien no tomara, entonces me tocaba manejar hasta que tuve mi coche propio, por un tiempo, luego mi mamá me regaló la mitad de una moto chopper 150cc y yo puse el resto, recuerdo que el vendedor me preguntó que si sabía manejar moto, le dije que no, que si había un lugar donde pudiera practicar, me dijo que sí, que a media cuadra había un estacionamiento, fuimos ahí me explicó como meter las velocidades y como bajar las piernas, di 4 o 5 vueltas y le dije a mi hermana, quien me acompañó, que nos fuéramos, el chico se impresionó por la rapidez que tuve al manejarla, de hecho me dijo que había vendido 5 antes y que todos se habían caído, y que se habían tardado como media hora para irse, en fin, así me fui, no pude practicar ese día porque era viernes y no circulaba, pero el sábado nadie me bajó de mi moto por muchas horas.
En Acapulco pasó algo similar, a pesar de que no sé nadar, renté una Yamaha de agua, y después de un par de indicaciones me fui a recorrer Puerto Marqués con el agua salpicándome la cara y dando giros cerrados, claro sin implicar riesgos, pues opino que prefiero estar viva para seguir haciéndolo que “pasarme” de audaz y no volverlo a hacer jamás ¡es muy rico!
Y así es como mi gusto por los motores se ha ido dando, me encantan y tan solo me duele no tener la lana para correr de verdad en una seria indi cart!, aunque tanto accidente no me agrada. A mí lo que me gusta es una pista sola, acelerar al máximo permitido para no correr peligro y sentir la velocidad sin miedo, tan solo con libertad, con adrenalina pura y con responsabilidad, es más rico que sintiendo miedo.

LA SONDA LCROSS

La zonda LCross ha sido estrellada contra la luna. Dicha zonda ha cumplido con todo su propósito de andar por el espacio recabando información para el ser humano. Debido a que estos artefactos se envían a viajar por años, es realmente difícil y costoso proporcionarles el suficiente combustible para regresarlos a la tierra, por el contrario, aprovechan las fuerzas que rodean a la luna, para hacerlos entrar en órbita y al final estrellarlos contra la luna con cierta exactitud. Esto se viene haciendo desde los 60’s, pero ahora el choque ha tenido una importancia adicional, pues se ha calculado que ocurriera en un cráter para, por ejemplo, averiguar si hay agua. La zonda al chocar a la velocidad de 2 kms por segundo genera un gran calor el cual genera luz, a pesar de que no generó la luz que se esperaba, sobre todo por quienes querían verlo desde la tierra por aquellos que tuvieran un telescopio de aficionado, pero grande, resultó en mucha expectativa y satisfacción por parte de los científicos. El cráter en el que se sucedió el choque por la rotación, traslación y eje de la luna nunca le ha dado la luz del sol. Los reportes preliminares indican que existe una gran cantidad de sodio, en la tierra, donde existen la mayor cantidad de concentraciones de este mineral, son aquellos lugares donde existieron lagos. De esta forma los científicos intentarán averiguar más sobre nuestro satélite, digo, ya entrados en gastos, pues la zonda ya está allá y no hay más que aprovechar las imágenes que esta ha mandado hasta el final de su funcionamiento. No cabe duda que de verdad se continúa la labor de conquista por la gente de poder, a pesar de que para los simples mortales nos resulta inquietante y curioso el hecho, el suceso ha levantado la inquietud nueva de volver a explorar y a adueñarse del espacio.
Se ha hablado últimamente de reiniciar el programa de la conquista del espacio, a pesar de que Estados Unidos, “no tiene tanto dinero” para dicho proyecto. La cuestión en mi opinión es que, ok, igual y sí hay agua en la luna, igual y puede haber cierto tipo de vida, o podemos ir en un futuro lejano a “chuparle”, el agua a la luna y gastar miles de millones de DOLARES, en este tipo de proyectos, para que o estemos muertos para cuando esto suceda, o solo los millonarios, de esos mañanas, puedan alcanzar estos sueños. Pasarían unos cientos de años para que el viaje a la luna se volviera costeable para clases “medias” y eso si encuentran una forma en la cual no se gaste tanto combustible para ello, o se sigan dañando las capas que cubren a nuestro planeta en cada “salidita”.
Mientras tanto aquí en la tierra se detienen, por problemas económicos, las investigaciones y conclusiones de curas para enfermedades. Para mí, es mucho más importante, si no alcanzar el sueño de “la vida eterna”, que resulta tan controversial, sí alcanzar una calidad de vida mucho mejor. Un ejemplo se encuentra en que se han venido haciendo investigaciones con respecto al Alzheimer, estudios en ratas han comprobado que ciertos hechos como la falta de sueño provoca que se dispare cierta sustancia en los animales, la cual desarrolla la dichosa enfermedad, diversos métodos y sustancias se han probado y prácticamente nos encontramos ante el hecho de que en ratas YA ES CURABLE, dicha enfermedad, pero por falta de recursos económicos no se pueden hacer pruebas en humanos. Si se tuvieran dichos recursos auguran no más de 5 años para comprobar la solución. Sin embargo les es más “importante” viajar al espacio a donde no van más de una decena de personas al año, que curar a las personas con dicha enfermedad, así como muchas otras. El problema es ese, no se destinan esas cantidades millonarias a la ciencia y a la investigación, se destinan a tonterías. Estoy de acuerdo que destinen recursos a la investigación de cómo destruir un aerolito que debido a su tamaño pueda causar daño a nuestro planeta, y de lo cual aún estamos muy lejos para lograrlo, y eso por conservarnos sanos y salvos, pero no destinar miles de millones de dólares en cohetes y naves cuando se pueden destinar dichos fondos a la investigación desarrollo, comprobación y solución de enfermedades como el cáncer, que resultan más inminentes, inmediatas y desgraciadamente tan comunes en millones de personas.
Podemos entonces, seguir por NASA TV, en nuestras computadoras, la transmisión de cómo se impactaba la zonda contra la luna, lo cual sí, evidentemente es un acontecimiento atractivo, así como las ruedas de prensa y lo que tienen que decir los científicos, pensando que la luna es nuestra, pero que en el futuro será de aquellos que la conquisten y te vendan un terreno. Podremos poblar Marte, si ustedes quieren, pero de seguir destinando tanto papel verde en proyectos para conquistar el espacio, los pobladores que lleguen a tener un cachito de luna, seguirán teniendo cáncer y Alzheimer, Todo por la necedad y la ineptitud. Aún no puedo creer que a estas alturas del desarrollo humano, existan personas con poder que de verdad “no piensan”. Existen prioridades y yo prefiero poniéndome en el lugar de una persona con poder de decisión, que las masas me sigan porque ayudé a encontrar la cura para a sus familiares, que porque les regalé un boleto doble para 3 días y 4 noches en el cráter norte de la luna! ¡Por los dioses! ¡Y lo peor es que de verdad esto existe y es cotidiano y no podemos hacer nada más que quejarnos!

jueves, 6 de agosto de 2009

El Rey del Pop

“El Rey del Pop”, no fue llamado así, simplemente por sus éxitos musicales desde su infancia o por su talento. Se ganó a pulso el título por llegar al gusto de millones. Antes de su muerte se hablaba de él a diario y siempre había una noticia de él, hoy con su abrupta ausencia acrecentó exponencialmente la venta de su material, legítimo e ilegítimo, los videos más vistos, la música más escuchada y la noticia más hablada en las últimas semanas encabeza un Top inimaginable e incontable alrededor del mundo, tanto así que se ha perdido la cuenta y por lo que está “cañón” que alguien le quite el título, o lo sobrepase. A la fecha su vida sigue siendo controversial y está en la boca de la mayoría, es difícil encontrar a una persona que no sepa quien fue Michael Jacson, aunque si lo vieron de niño y nunca más lo volvieron a ver, porque se fueron a una isla desierta y sin comunicación y entonces regresaran a la civilización y se lo hubieran topado en la calle, no lo reconocerían y eso es seguro ¡¿Qué no?!:

miércoles, 5 de agosto de 2009

Catarsis


Y cuando creíamos el tema cerrado sucedió un evento:
“El lunes 22 de junio mi ex se atrevió a llamarme nuevamente, después de casi 3 meses de su abandono para decirme que su mamá, si leyeron bien, que su mamá estaba muy enojada por lo sucedido y que necesitaba las pocas cosas que había dejado y sus fotos. Caray, lo cínico de la gente es tan absurdo y tan insensato que no se puede comprender. Obviamente le dije que la relación era de dos y que si nunca metió a su mamá, mucho menos ahora lo haría y mucho menos habiendo terminado la relación, además de que haciendo cuentas y pensando en bienes mancomunados y dividiéndolo todo a la mitad, los números rojos no le favorecían, aunque como todo el que me conoce sabe, que a mi al final de cuentas lo material nunca me importó.
Tuve la oportunidad de por fin desahogar mucho de lo que me faltaba decirle, discutimos, aunque en una forma digamos tranquila, por más de una hora, por fin pude decir tantas cosas que no había podido, cosas que mi sicólogo me preguntó “¿tienes aún algo que decirle o tienes cosas pendientes?” En el momento le dije que ya no, pero al momento de la llamada me di cuenta de que había aún una soga que me ataba, esa soga que permitió que me humillara, que me pisoteara con su cínico “no tengo nada que ver con M”, ya ven, siempre niegan a la persona tratando de salir “limpias o limpios” de la relación, pero después te enteras que a los días o a la semana ya anda con él o con ella, aún no entiendo porqué hacer esto, porque quieren tener un falso orgullo de que hicieron bien las cosas cuando fue una gran mentira, pero en fin. En la llamada por fin aceptó, muy no queriendo que andaban y con su propio error intentó su defensa con la frase “no podíamos evitar lo que sentíamos”, tratando de justificar su infidelidad, por fin pude exponerle lo que a ustedes en este blog he intentado explicar, la mala forma en que sucedieron las cosas, en que si a ambas personas se les había expuesto el que podían decir el “ya no siento nada” y el que no lo hicieran y además traicionaran estaba mal, así se lo expuse, intentó seguirme controlando, pero esa soga por fin la corté yo, cuando le quité el control de la conversación, cuando por fin evité que me envolviera en sus frases y en sus palabras mareadoras, pude por fin darle la vuelta y escudarme con la verdad y la razón, diciéndoselo: “ya no J, ya no puedes manipularme ni controlarme, ya no, eso se acabó”, entonces me liberé por fin de su yugo, el cual yo permití tantos años, el creer ciegamente en que tenía la razón de todo y no debatir casi sus argumentos aunque fueran errados, estaba en la ceguera completa… No puedo negar que tuvimos momentos geniales, pero al final de cuentas todo fue una farsa, no tuvo caso una “relación” de 4 años si al final se le iba a poner dinamita a todo lo construido para hacerlo mil pedazos. Le expuse la tremenda realidad de no volverla a ver y, sobretodo, la realidad de que aquella persona que me respetaba y amaba había dejado de existir por lo que no quería volver a saber nada de “esa” persona, cuando con anterioridad intenté mantener un vínculo, conformarme aunque fuera con un mail, lo que estaba completamente mal al saber que me había hecho tanto daño.”
-Cuando termina una relación así, sicológicamente intentamos mantener el vínculo, nos llegamos a “conformar” con una amistad o al menos el escucharle cada mes para cualquier pretexto, cuando esto resulta muy nocivo para uno mismo. Defendemos incluso a la persona, le justificamos sus acciones y estamos ahí siempre para cuando nos necesita y esto es una dependencia patológica, nos metemos el pié a nosotros mismos y no nos damos cuenta de ello. En el momento en que abramos los ojos, podremos entonces liberarnos de alguien a quien al final de cuentas no le importamos, puesto que se fue a acostarse con alguien más. Abramos los ojos y no cometamos este error. No lo hagan, mejor deshóguense a tiempo y terminen de raíz por su propio bien.-
            “Lloré mucho, volví a fumar, y me sentí muy frágil, nuevamente sentí todo lo destrozado en mí, al hacerle una persona chiquitita para encerrarla en un baúl diminuto y por fin enterrarle en el jardín y cubrirle de tierra y pasto.
            Ese día hablé con mi sicólogo, se enfadó al decirme que por una llamada no íbamos a retroceder todo lo ganado, me hizo hincapié en todo lo avanzado, en que pensara en mi lucha y en que no valía la pena seguir agarrandose de alguien a quien yo no le importaba y si le llegaba a importar era por pura vanidad de decir “no me puede superar, no me ha olvidado, me necesita”. Me dijo que me rodeara de mis amigos y eso hice, llamé a mis más queridas personas, la primera en llegar fue la más importante, piedra angular para convertirme en ave fénix y resurgir de entre las cenizas.
            Esa noche me fui a cenar con mis amigas, y noté que respiré mucho mejor y con libertad, noté también que mi mirada había encontrado un reflejo y que le importaba a alguien de verdad, sentí el cariño y el amor de mi gente.
            El miércoles subsiguiente, en terapia, se acentuaron todos mis sentimientos y se concluyeron las ideas que me daban vueltas: ¡por fin había soltado a J!, ¡por fin me había liberado!, ¡por fin le había quitado el control de mi vida!, por fin le había dicho cosas que tenía encerradas y me hacían tanto daño, por fin me desahogué. Fue como quitarme las esposas de las muñecas y los grilletes de los tobillos con la gran bola pesada de plomo que te sujetaba a la arena de un mar profundo y turbio, entonces, poder nadar hacia la superficie desesperadamente hacia arriba, entre las lágrimas que se fueron limpiando con el agua salada. Por fin llegar a la superficie abriendo la boca para introducir la mayor cantidad de oxígeno a mis pulmones y abrir los brazos, sentir la libertad, sentir el sol, mirar el cielo azul y estar tan cerca de la playa a donde se nada con brazada alegre y tranquila, amplia, disfrutando de un mar ahora tibio y calmo, llegar a la orilla acostarte en la arena, cerrar los ojos y percibir a la gente que te rodea, que te quiere y que te ama: LA LIBERACIÓN.”

            -La vivencia anterior nos indica que no hay que dejar nada en el tintero cuando una relación acabe. De la forma más pacífica posible, díganlo todo, expresen su dolor, su sentimiento, sus temores y sus frustraciones, expresen todo lo que puedan expresar en el momento, porque aunque siempre hay algo más que decir, el desahogarse en ese preciso instante, te liberará el alma de un gran peso y te ayudará a “soltar” más rápido a esa persona, le quitarás el control de tus sentimientos y de tus emociones y entonces estarás solo tú a cargo de ellas, ya no te engañarás con el “es que ella, es que él”, ya solo serás tú y tu corazón.
En una de las publicaciones anteriores hablamos de Catarsis (del griego κάθαρσις kátharsis, purificación) es una palabra descrita en la definición de tragedia en la Poética de Aristóteles como purificación emocional, corporal, mental y espiritual. Mediante la experiencia de la compasión y el miedo (eleos y phobos), los espectadores de la tragedia experimentarían la purificación del alma de esas pasiones. Pensamos en ese entonces que se había hecho una catarsis, pero no hay más evidencia por las palabras de nuestra persona, que ésta es en verdad su Catarsis al llamarle “La Liberación”. De esta manera se habrá comenzado el dejar a un lado a quien nos hizo daño, podrás entonces hacerle a un lado para poder seguir caminando, comprenderás que no merece ni tu saludo, ni tu presencia, porque no tuvo miramientos al usarte, al abandonarte, comprenderás que no vale la pena quitarte la vida o dejar de querer vivir bien por una persona a la que no le importas y te lo comprobó al dejarte, en verdad la frase “no vale la pena”, tiene mucha razón cuando la escuchamos y comprendemos por las razones anteriores.

NO HAGAS UNA PRIORIDAD DE ALGUIEN PARA QUIEN TU ERES SOLO UNA OPCIÓN
            El consejo entonces es: No dejes nada sin decir, pero dilo tranquilamente y con prudencia, pero con verdad, tan solo exprésale lo mal que te sentiste, dile lo que no le dijiste por temor a lastimar, pero hazlo con educación y con tacto, pero ¡díselo! No te quedes con nada, porque si te quedas con algo, ese algo te hará daño. Al menos pídele que te dé esa oportunidad, al fin y al cabo la relación ha terminado, y en agradecimiento a los buenos momentos, al menos por eso, que se dé la oportunidad de decirlo todo. Exponle la verdad, todas esas mentiras que te dijo, todas esas cosas que te ocultó, exponlas a plena luz para tu propia sanidad mental, para tu tranquilidad, aunque las siga negando, aunque siga mintiendo, sabrá que tú lo sabes y que no eres ningún tonto o tonta. De esta forma tu mano se relajará y podrá soltar a esa persona, de esta manera ya no tendrá el control sobre ti, a pesar de que le digas que evidentemente la o lo extrañarás, a pesar de que nunca la, o lo olvides, podrás al fin liberarte y respirar.-



No cabe duda que la música representa nuestros sentimientos y qué mejor que la siguiente para quienes son fénix como yo: RBD – CELESTIAL http://www.youtube.com/watch?v=CVKoFmoBFCw

lunes, 20 de julio de 2009

La posición de irse es la más fácil

En la mayoría de veces es más fácil, casi en cualquier contexto, ser la parte que se va ya sea por haber encontrado a alguien más, por salirse de una relación insana, cambiar de residencia o simplemente por salir de viaje. Todo lo anterior causa en la persona que se queda una tristeza, un des apego, una soledad y/o un resentimiento en la medida del tamaño de la separación y el motivo de la misma.

Nuevamente nos encontramos en una sección de la vida en la que no podemos hacer nada ante la verdad inherente de la “ausencia” de “esa” persona y nos cuesta trabajo aceptar la realidad aunque no lo demostremos cuando nos toca ser quien se “queda”. Según los especialistas que escudriñan nuestra vida, concluyen que este miedo al “abandono”, que puede ser parcial o consumado en su totalidad, dependiendo del caso en cuestión, deriva del miedo a ser abandonado por nuestra madre en nuestra temprana niñez. El instinto trae innato el sentido de protección y compañía dentro de la presencia de ese ser, si ese ser desaparece todo se vuelve un caos, todo el mundo del bebé o niño se cae, se derrumba en un llanto incontenible y no solo lo proyecta un ser humano, los gorilas al ser separados de sus madres, cuando las matan, experimentan así mismo la desesperación y angustia, la desprotección, la inseguridad y emiten alaridos y chillidos, al solo constar con el instinto básico, así mismo sucede con muchas especies. Es por esto que la posición del “abandonado” resulta ser mucho más pesada, mucho más difícil pues se encuentra en nuestros genes el “chillido de la ausencia”, la desesperación por no saber qué hacer ante el peligro de poder “morir”. La persona que se va, simplemente denota un narcisismo en busca de sus intereses personales que va desde el natural y cotidiano hasta el enfermizo e incisivo, de todas formas, resulta la posición más cómoda, la que no sufre, la que no siente el abandono, por ende, la más resuelta y fuerte en cuestión de separaciones.

Viaje:
Este caso es el más “light”, pues será temporal la pérdida, sin embargo, a medida del tiempo, medida de la tristeza. En esta modalidad nos topamos con 2 situaciones conflictivas, la primera, tranquila y aceptable, donde la persona que se queda simplemente estará ligeramente triste y en esperanza del día en que la persona regrese. La segunda es la problemática, si los viajes se hacen más frecuentes, la frecuencia causa aceptación y la aceptación causa costumbre, por ende la costumbre provocará que la tristeza desaparezca lo cual puede ser un problema en una relación ya que se puede manifestar un desinterés de ambas partes. La persona que viaja, puede que encuentre alguien más en algún “puerto”, sobre todo si no siente el interés por parte de la persona que se queda. La persona que se queda, se aburre, se siente sola y tal vez busque llenar ese hueco con algo o alguien más. Entonces encontramos la problemática siguiente: ¿vale la pena viajar tanto para tener una buena posición social y económica, tal vez sacrificando la vida en pareja, la vida en familia? ¿es posible encontrar un punto en el que no se rompa la melancolía por ausencia y se conserven las ganas de regresar, para quien se va y de la llegada esperada para quien se queda?. Debate eterno resulta lo anterior, tema de películas y una que otra “soap opera”. Evidentemente se debe encontrar un equilibrio y para ello se necesitan muchas, pero muchas agallas de ambas partes para soportar la ausencia y no permitir la ruptura de vínculos. No existen muchas soluciones para lo anterior, tan solo el nutrir de la manera más excelente posible los momentos en que se estén juntos, para provocar en el que se va, las ganas de regresar y provocar en el que se queda, las ganas de ver el regreso. Nuevamente es más fácil ser quien se va, que quien se queda.

Cambio de residendencia:
Por la vida nos toparemos con personas, familiares, amigos, tal vez una pareja quien tenga una gran oportunidad de vida, de negocios, eje fundamental en la sociedad: el trabajo. Cuando nos comunican el hecho de que se irán, lo primero que percibimos en nuestros adentros es una profunda melancolía, se piensa en el pasado, en lo vivido, en la necesidad de la persona y en la ausencia futura. Sabemos a pesar de todo lo anterior, que lo único que podemos hacer, en medio de nuestra tristeza, es buscar la alegría de que estará mejor, que será por su bien y a pesar de que no queramos soltarle, le despediremos con un buen abrazo y un “suerte” desde el corazón, lo cual resulta lo más correcto, aún así nos enfrentamos a esa ausencia y se debe de mantener así mismo el vínculo a pesar de las distancias, lo que resulta difícil, al principio habrá muchas llamadas y correos, los cuales comenzaran a ser más esporádicos y escasos. Se debe, de todas formas, mantener el contacto y no claudicar ante la separación, pues si de verdad fuimos o son importantes para nosotros, por ende debemos mantener el contacto a distancia, esto es más que nada en cuestión de amigos y familiares, lo contrario a una pareja, porque ya se sabe el dicho: “novios de lejos será de pen… sarse”.

Relación insana:
La separación en estos casos es lo más saludable posible, la persona que decide marcharse lo hará con dificultad, pero por su propio bien, no puedes mantener una relación con un padre alcohólico o un marido golpeador, dependiendo de todas sus tonalidades, pues al final de todas formas la seguridad física y mental será quebrantada si se permanece al lado de quien nos maltrata. La persona que se queda en este caso, igualmente sufre, pero en su orgullo, en su pérdida de control sobre alguien. Aunque resulta difícil irse, aunque después de meses o años de escuchar “salte de ahí”, por fin se decide a hacerse, es muy difícil, aunque estando ya del otro lado, se siente una paz, un alivio y una libertad. Es lo mejor que puede suceder en cuestión de separaciones cuando dos ya no se llevan bien. Recordemos que lo único que vale la pena en la vida, es tener una vida de calidad.

Engaño:
Ya hemos platicado mucho sobre esto y sabemos de antemano que la persona que se va, se va en medio de su interés por alguien más, la persona que se queda, se queda en el peor de los casos con la impotencia de no poder hacer nada para impedirlo, no poder hacer nada para desquitar el tiempo perdido y no poder hacer nada para cambiar el pasado. Al final de cuentas y al final de “el camino de las lágrimas”, del proceso de pérdida, en el mayoría de los casos, salimos, bien que mal, adelante y respiramos, aunque cada quien a su paso, cada quien en la medida de su sufrimiento, pero como siempre, la persona que se queda, quien es abandonada, es la que carga el bagage emocional del tiempo compartido.

Estas son las realidades fortuitas, pero realidades al fin. Si algo se aprende de la vida, es que así es, y simplemente: así es. Dentro de ésta idea sencilla se puede encontrar una razón para seguir adelante en cualquier caso de abandono, sabemos que es inevitable la separación, por ende, debemos ser fuertes y seguir adelante con nuestras vidas en el egoísmo de cuidarnos a nosotros mismos, buscando, como ya mencioné, una mejor calidad de vida. Así que no hay antídotos, no hay soluciones, tan solo la efectiva fórmula de la prevención, que tampoco resulta infalible, pero que reducirá las posibilidades a un fracaso, si vemos siempre las relaciones a futuro, vislumbrando lo que será y apartándose de la X para que no nos caiga el piano encima.

Después de cometer un error: Solo las personas que evolucionan, que adquieren experiencia y se detienen a pensar en lo vivido, se dan cuenta de lo que tuvieron, de lo que dejaron ir y de lo que dejaron a la deriva:
RBD - ALGÚN DÍA

viernes, 3 de julio de 2009

¡BROKEN HEART SURVIVAL!


Exteriorizando: “Muchas veces esperé que me preguntaran qué necesitaba, muchas veces tristemente no lo recibí, me encontraba, como ustedes saben, en un momento donde un pozo negro, me había absorbido y yo era una olla de presión a punto de estallar, aunque me sentía el interior muerto, con un corazón como el del grinch, que se había encogido hasta pensar que ya no lo tenía. Mis amigos, gracias nuevamente, me ayudaban, me exhortaban a salir o simplemente vernos, para hacerme llorar con canciones y así desahogarme y tratar de exiliar el dolor o simplemente platicar, bromear, convivir, sin embargo algo me faltaba, algo preciso para mí, algo exacto a lo que yo necesitaba. Con sus pláticas, con sus argumentos y con la participación en este blogg, me sentía a punto de salir pero veía mi vida a futuro sola, en medio de tanta gente que no sabe valorar, que no sabe amar, y desistía de escuchar los consejos y volvía, en soledad y tras bambalinas a la tristeza y frustración.
Una llamada llegó, no la esperaba, era J, pidiéndome con todo el cinismo, después de estos meses, lo material abandonado, en esos momentos, no piensas más que en los instintos básicos de decir todo aquello que traes dentro en vez de colgar, pero continué la llamada donde al fin no le permití más el cederle el control. Poco más de una hora duró el evento, tratando de hacerle entender que estaba mal y J evidentemente en su negación nunca aceptó el error con madurez, solo se justificó con su mismo error. Tal vez sería lo último que hubiera esperado, el que al menos comprendiera, pero a la insensatez humana no hay poder que la derribe y hoy ya no me importa. Aunque terminé llorando por ser a quien “abandonaron”, en el fondo me sentí mejor, volví a ser yo entre la incertidumbre que podría gobernarme, pero estaba en pié, ya no estaba en el suelo con la humillación encima. Mi sicólogo me afirmó, todo esto que no pude aterrizar en el momento, me aseveró que era correcto el haber hablado con J para cerrar el capítulo, el ciclo y que ahora sí me veía muy bien. El decir tanto, me sirvió de mucho, me sirvió el decirle lo más “polite” posible, aunque con coraje, que su teatro se le había caído y que ya no podía manejarme con sus choros mareadores, que son solo eso.
 Mis amigos acudieron de inmediato a reconfortarme, sensación invalorable, después surgió una frase de la nada, inesperada, pues muy pocas veces en la vida obtuve lo que realmente necesitaba,  “ya no pienses en eso, pues tu funeral es un evento al cual no me gustaría ir”, frase que me despertó, me jaló del hoyo, como ninguna otra, esa frase que me hizo sentir el primer pié fuera del hoyo. Después surgió una obra de teatro y una prueba de manejo, que como ustedes saben, es mi debilidad. Ese viernes, tomé el volante, arrancón, frenar, acelerar, girar, rompiendo el eje donde siempre estamos sentados en un vehículo, la sangre en mis venas, volvió a fluir, me sentí en plena vida nuevamente al recibir justo lo que necesitaba. Después por la noche mi mamá nos dio un sustito, al recibir la noticia pensé en la muerte, pero de alguien más, de alguien importante, ahora era un impulso de la vida por seguir fuera del hoyo. Solo fue una intoxicación, pero una gran lección para seguir donde me habían sacado, en tierra firme y real.
Muchas cosas pasaron, lo importante aquí es el volver a vivir, el volver a sentir, el ser alguien nuevamente, el resurgir. Impresionantemente me ha pasado a tan solo 3 meses del abandono y traición, impresionantemente ahora sé que no me importa más el seguir sufriendo por alguien que de verdad, ¡no vale la pena! Y  vivir por esas personitas que nos llenan el alma, por ese pequeño motivo. Sí, tal vez no me la creo, tanto cariño, tanto amor de seres, aunque humanos, magníficos y que no me tienen resentimientos.
A pesar de que cuando amamos tanto y nuestro amor se estrella contra la insensatez humana y que de verdad nos sentimos morir y deseamos morir, existen veces en que la suerte y la vida te reconforta con algo maravilloso que te crea un nuevo corazón, una nueva sangre pura y latiente al full, para seguir viviendo en esta absurda pero maravillosa vida.”
-¿Genial no?, sí, es genial estar fuera, es genial haber dejado atrás ese lastre, nuestra persona en cuestión logró la catarsis al desahogarse y quitarle el control a su ex, además de vivir cosas que le apasionaban, como el teatro. Es por ende una persona afortunada, víctima, pero resiliente y triunfante. Tiene la fortuna de vivir este momento en el aquí y el ahora y ya no desperdiciar más su vida, ni mi tiempo en pensamientos imbéciles de recuerdos vanos e inservibles.
Comencé este blog, para canalizar el caso de nuestra persona en cuestión, para lograr el que se desahogara, para ayudar a quienes se encuentren en situaciones relativas, lo comencé con el nick “broken heart survival” (sobreviviente de un corazón roto), en la mínima esperanza de que algún día pudiera mucha gente, so solo esta persona, llamarme así y no sucumbir al destino. Hoy lo hemos logrado, nuestra persona puede llamarse “broken heart survival”, porque al final, ¿no todos lo hemos sido? Es el ejemplo en este momento de una luz de esperanza para quienes estén en el estúpido abandono donde no los valoraron.
El shot de adrenalina, el shot de sensaciones y de todo lo que siente le hace estar de pié y feliz, sobreviviendo a un corazón, más que roto, destrozado. Así que vean el ejemplo una vez más, y si tienen suerte de que la vida los consienta como a esta persona con un resurgimiento, con una nueva esperanza de encontrar a alguien más, valórenlo al máximo y vívanlo, no intenten como esta persona seguir hundidos por alguien a quien de verdad ¡le vale madres lo que te pase! Aferrérrense de esa mano que, quieran o no, los sacará con gran fuerza del hoyo, a pesar de que ustedes a penas y la puedan tocar y tengan la esperanza para dedicar algún día una canción como la de hoy y a pesar de que en la letra hay un ruego por regresar y que en la vida real esa persona no regrese y esté feliz, ¡no importa!, el chiste es el orgullo de estar bien y feliz.

P.D. “Gracias amigos, gracias especialmente a esa mano que me sacó de una vez por todas del hoyo y que me sembró un nuevo corazón, con humanidad, amor y ternura”

jueves, 25 de junio de 2009

¡Vaya Pérdida!

Por la mañana escuché el comunicado: Farra Fawcet (Los Ángeles de Charlie) había fallecido a los 69 años de edad víctima del cáncer, a su lado sus seres queridos y Ryan O’Nealy, su amor, quien le propuso matrimonio en su lecho de muerte. Guapa y talentosa nos dejó con los recuerdos de tan renombrada serie.
Después por la tarde se confirmaba la noticia: Michael Jackson (El Rey del Pop), de 50 años de edad, muere víctima de un paro cardiaco, quien nos dejó esperándolo para su nueva gira donde cantaría sus éxitos. Al enterarme no pude más que entrar en estado de negación con un fuerte y rotundo ¡NO! Pues para mí de los 2 más grandes del Pop Madonna y Michael Jackson uno ya no existe. ¡Qué triste! Se nos ha adelantado un gran ícono del pop, de una música irrepetible y fabulosa, de innumerables recuerdos e irreverente controversia, por lo que, me pongo de pié y con la mano en el pecho esbozo un momento de silencio.
Que en paz descansen.

martes, 23 de junio de 2009

Subilin


¿Cuántas veces no has recordado algo que comías en tu infancia? ¿Lo has añorado, como para que regrese? ¿Te has dado cuenta que los sabores se han vuelto diferentes y más artificiales?
Hace unos días, en mi culple, fui a visitar a unos amigos, que hace mucho no veía. Entre la pequeña llovizna y el sol de la tarde, el calor nos hizo tener sed, fui a la tienda a comprar una agua y me topé con esos refrigeradores horizontales donde puedes encontrar muchas paletas de sabores, pero me sorprendí al ver un cilindro de los Simpson, parecido al Subilin de hace años, muchos años, que comía en la infancia y me encantaba. El clásico popote para empujar desde la base el helado hacia arriba, se hizo notar e inmediatamente, vi el sabor: ¡limón!, solo venden esta nieve en envases de 2 litros en Wal Mart y la verdad, no me la acabo, por lo que lo compré de inmediato. Llegué con Turbina, una amiga, y en cuanto vio el helado ¡me lo quitó!, fui corriendo por otro y al fin lo pude probar, para mi sorpresa, el sabor ¡era el mismo! y me trajo muchos recuerdos de los patines de 4 ruedas y las salidas con los amigos a jugar en la calle, ¡sí! antes se podía pues no había tanta inseguridad. Así que para quien haya conocido este sabor, corran a la tienda y compren el suyo, de verdad, a pesar de los químicos de nuestros días ¡sabe igual!

Umi Garret double WHAT!!

Si ustedes gozaron del prodigio de la pianista anterior, tal parece que hay más aún, por conocer simplemente y sin palabras (con unos truquitos) vean esto!!!

sábado, 6 de junio de 2009

Emily Bear WHAT!!

Antes de escribir las primeras palabras de este post, mi cabeza no dejaba de moverse de lado a lado, en señal de desaprobación y pena por recordar que a los 5 años me llevaron a tomar clases de piano, realmente me gustaban, pero dejé de ir. No, no deserté por gusto, sino porque era tan solo una niña. Recuerdo que llegaba muy puntual a mi clase en una casa donde enseñaba una señora mayor, el sol entraba por la ventana en el atardecer tenue donde escribía con mi lápiz de carbón mis claves de sol en el cuaderno pautado, era muy emocionante y más emocionante aún colocar las falanges en esas teclas negras y blancas, alcanzando a penas los pedales del piano. Sin embargo se atravesó el miedo de esa niña al abandono, pues al principio mi papá llegaba un poco después de que terminaba la clase, las últimas tres veces llegó por mí cuando ya no había sol. Calculo que la clase era a las 4 después de asistir a las regulares y comer, por pura noción recuerdo que duraba hora y media, al terminar la maestra se subía a descansar mientras yo hacía las planas de la tarea que me dejaba, pero después no tenía más nada qué hacer y me desesperaba por estar sola en la sala, al grado de llorar al ver que había anochecido y mi instinto me decía que era muy tarde ya. Al siguiente día me rehusé a volver a ir a esas clases. No crean, sí me arrepiento, pero mis padres a penas tenían tiempo para ir por mí por ser comerciantes, pero a esa edad solo sabes que no estás en tu casa. No sé qué sería de mí si hubiera continuado aquellas clases, pues siempre me ha atraído la música, pero para esos menesteres hay que comenzar a temprana edad y continuar para llegar a ser muy bueno. Lo que sí les puedo decir es que un simple mortal como yo pudo haber estudiado toda su vida y tocar bien, pero de que hay gente ¡la hay!, qué caray, que nace con un don maravilloso, no solo de tocar como los dioses, sino de crear de la nada una delicia auditiva, tal es el caso de Emily Bear, toca el piano desde los 3 años y con tan solo 7 ha escrito música, no solo la ha interpretado, puede crear una canción en ¡10 minutos! Y ha tocado para el presidente de los Estados Unidos de América. En los shows de ellen, le compuso exclusivamente a ella, en el caso del show en cuestión, creó una maravilla para los niños de un hospital, sus mañanas y sus deseos. ¡Como deberían de ser los seres humanos! Evolutivos hacia la perfección dentro de esta imperfecta condición mortal y humana y con deseos maravillosos.
Les recomiendo vean más de ella, es maravillosa.

sábado, 30 de mayo de 2009

De músicos poetas y locos... (Crisom and Clover - Prince)

La música es una forma de sentir y de vivir, te puede hacer reír, llorar o recordar algún instante, es una magia hecha arte. También así, es una forma de expresar los matices como referencia de tu estado emocional, produciéndola o simplemente dedicándola. Para los adultos contemporáneos que vivimos los 80’s, rock poperos, resulta una delicia el encontrar covers bien producidos y con arreglos geniales, aunque pocos logran arrancarme la emoción, ya que pienso que son los refritos de los refritos. Prince, como lo elogió ellen Degeneres en su presentación de Abril: “brilliant”, logró entusiasmarme, con esta nueva versión de “Crimson and Clover”, incluida en uno de sus tres discos: Lotus flow3r, junto con: MPLSoUND, y Elixer fueron lanzados el pasado marzo. El éxito de “Crimson and Clover fue primeramente logrado en los años 60’s por Tommy James & the Shondells, alcanzando su cima en el Billboard Hot 100 en estados unidos en 1969. Muchos la han grabado, pero esta interpretación es un toque a los sentidos púrpura, por el sentimiento y la forma de acariciar esa guitarra de la misma tintura. A pesar de tener una letra escueta, demuestra el amor representado desde el carmesí y el trébol. Para quienes se perdieron el show de ellen aquí les dejo un toque a sus sentidos con Sheila-E en la batería

miércoles, 20 de mayo de 2009

¿Se sentirá simpre lo mismo?


 “¿Se me acabó el amor? ¿Se sentirá siempre igual que al principio? ¿Podré amar por siempre?”
Precisamente esas son preguntas frecuentes, dudas que dan pié a que las relaciones terminen muchas de las ocasiones, o no se den, por ello hay que nutrirnos de información, aclarar nuestros estados anímicos, sentarse y pensar bien antes de enamorar a alguien, enamorarse o antes de seguir o terminar una relación.
Ya se ha expuesto que el amor no se acaba, se transforma, en el contexto que se quiera analizar (familia, amistades o pareja), simplemente es así: SE TRANSFORMA. Se ha explicado lo de las llamas (que muchos explicaran con etapas o tiempos), en resumen estas son: el amor nace del enamoramiento (el cual se puede acabar), es la etapa del rush: la roja; la naranja es donde el amor se desarrolla y nutre de las vivencias y por último la más fuerte, la azul, que lo contiene todo: tiempo, entrega, valores, sucesos, sacrificios, etcétera.
El hombre en su naturaleza es meramente social y forja los mejores cimientos con amor, si no fuera así, todos viviríamos solos y alejados los unos de los otros y no hablaríamos siempre de relaciones sean de familia, amigos, sociedad o pareja.       Mis padres, a pesar de sus errores nunca se separaron, a su manera provincial o machista se amaron hasta que mi papá falleció. Mis tíos, se siguen amando, bien que mal. Los abuelos de una amiga llevan más de cincuenta y tantos años juntos, de un matrimonio impecable sin dejar de ser humano. Y así hay muchos ejemplos, ustedes mismos deben de conocer a alguna pareja que lleve años y siga queriéndose. Como han leído, “bien que mal”, o “humanamente”, es porque no somos perfectos, pero dentro de esa imperfección se encuentra una diminuta perfección, o al menos las ganas de hacer bien las cosas, lo que nace de una persona cabal.
Entonces, cuando vamos a tomar la decisión de vivir con alguien o casarse con alguien, debemos de tomar en cuenta todo lo que esa persona significa para nosotros y lo que significamos para ella, debemos echarnos un clavado a nuestros sentimientos para analizarlos a profundidad y con detenimiento para ver a futuro y saber entonces si esa persona será la definitiva a quien vayas a amar de por vida. Sí es posible y sí se sabe, el asunto es analizarlo, lo que muchos no hacen y por lo que surgen inconvenientes. Reitero que si es posible saber si amarás siempre, la cuestión es analizarlo a fondo. Yo he amado a 3 personas en mi vida y supe desde el principio si lo haría de por vida, lo sentí en mi ser, en mi inconsciente, lo vi a futuro.
 Para amar de verdad, se debe hacer un compromiso con uno mismo para otorgarle al otro fidelidad y afecto y cumplirlo. Al pensar esto se busca esa pequeña perfección dentro de lo imperfecto del ser humano. El punto es adquirir el compromiso de por vida, para que puedas compartir tus años con alguien, debes saber que si has tomado la decisión de vivir con ese alguien el resto de tu existencia, adquieres un compromiso, para no voltear a ver a nadie más y respetarle, para darle todo lo que eres y provocar en la otra persona superación personal y común. Es un compromiso del alma, del ser, pero todo el mundo le tiene miedo al compromiso, cuando el amor es muy grande y no está en la etapa de “enamoramiento”, esto es después de unos 3 o 4 años, el miedo al compromiso desaparece y aparece el miedo a no volver a ver a ese “alguien” o a perderlo, pues no concibes una vida sin ese alguien y esto nace de una amor verdadero, no del “adrenalinazo” por verlo o verla guapa, o porque sea excelente en la cama, si no por todo el conjunto de sus virtudes y defectos que te provocan un bello sentimiento de pertenencia natural. Debes saber y estar consciente que el amor se transformará, pero que estarán juntos a lo largo de estos cambios, uno al lado del otro, para darle un valor único y definitivo a tu vida.
            Si estas cosas se piensan por ambas partes y repito: por ambas partes, y se hacen con ética para lograr una relación, se augura una vida que dentro de su imperfecta naturaleza contendrá una pequeña perfección cálida, que es esa persona a tu lado, esa persona que aunque estés trabajando sientes su presencia y no dudas por su fidelidad, pues cuando cumples el compromiso y se cumple de ambas partes, no tienes el agobio de ese tipo de problemas.
 Eso es amigos míos la neta del planeta, lo mejor que puedes vivir. Así que si estás en una relación, vas a comenzar alguna o vas a decidir vivir con alguien, no olvides de echarte un clavado a tus sentimientos para no errar el camino, si tienes dudas, háblalas, siempre háblalas para encontrar una solución. 
Quieres saber más de ¿se sentirá lo mismo?:

martes, 19 de mayo de 2009

Yo solía ser feliz (zona de confort).


Después de escuchar varios relatos en donde se busca exponer el caso y dar libre consuelo al desahogo, veamos los progresos y expliquemos las zonas de confort, auspiciados también de los especialistas. Leamos a nuestra persona en cuestión nuevamente y algunas respuestas explicativas:

“Yo solía ser feliz… la felicidad es un estado transitorio… ahora lo entiendo, nada es seguro… sí también lo entiendo, aunque no quiera, aún así: yo solía, a mi medida y a mi forma, ser feliz y sé que también mi ex lo fue por sus acciones y palabras, nadie podría actuar tan bien ciertas cosas. Pude haber muerto en aquella etapa y tal vez, pues nadie lo sabe, podría haber muerto feliz y más aún si hubiera sido en sus cálidos brazos.
En la convicción de que mi ex a era la única y la definitiva persona para toda mi existencia, me pasaba la vida, pensando que nuestros issues, se resolverían algún día en que hubiera tiempo o en que tuviéramos dinero para una terapia, pues todo lo demás marchaba, en lo que cabía, bien. Lo di por sentado y ese es, el error que todos cometemos, pensar que como es la persona con quien pasarás el resto de tu vida, habrá un mañana, un día, un tiempo, donde te puedas ocupar de ciertas cosas.”
- La realidad es que ocupas tu zona de confort y las comienzas a dejar para después. “Aquí y ahora”, “en vida hermano, en vida”, “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” y “vive el día de hoy como si fuera el último de tu existencia”, son frases meramente ciertas, pero crecemos burlándonos de ellas, diciendo que son cursis, que son ideas de adultos o poéticas, pero nunca las analizamos con hechos y vivencias para ver qué nos quieren decir y, cuando lo hacemos, nos percatamos de lo descomedido que resultaba no considerarlas a fondo, como siempre: demasiado tarde, algo o alguien se atraviesa y te arrebata de la mano ese futuro que hoy ya no es posible.
Desgraciadamente la experiencia se obtiene de los años y las vivencias, y digo desgraciadamente, porque si hubiera existido una forma de obtenerla antes sin que fuera un problema la edad para poder asimilarla, cuando se es joven, no se cometerían tantos errores y no lastimaríamos a tanta gente.
El hubiera no existe, sin embargo mientras hay vida, se pueden arreglar las cosas, casi siempre. Mira, estamos acostumbrados a “vivir por vivir”, mientras va pasando la vida, si vienes de una familia un poco acomodada, pues como hijo tan solo te tocaba cumplir con ciertas obligaciones, realmente era incómodo cuando tus papás te preguntaban qué ibas a hacer de tu vida, pues te sacaban de tu zona de confort para preocuparte con una gran problemática, el miedo al cambio era inherente. Así crecimos muchos, por muchos años, al menos hasta la universidad. Luego, al tener pareja, sucede el fenómeno nuevamente, llegamos a obtener una zona de confort en donde nos estacionamos y no buscamos evolucionar y pulir esos “detalles” que nos amedrentan pero los seguimos viviendo lo que resulta un grave error que puede tener resultados catastróficos. La vida nos dice cómo actuar, pero no la tomamos nunca en serio, la experiencia nos dice por donde actuar, pero la hacemos a un lado y seguimos de largo, damos pasos irremediables hacia atrás al evitar un problema y salirse de el, en vez de resolver y pulir las cosas. La escapatoria resulta también una zona de confort, se piensa que es mejor comenzar de nuevo que resolver, a pesar de que todo vuelva a suceder, pues recordemos que el que no repara, repite.
¿Qué está sucediendo entonces? ¿Porqué no podemos resolver las cosas y huimos de ellas? La cuestión es que nos apasiona lo nuevo y nos agobia el luchar, nos cegamos ante el hecho de que la vida pende de un delgado hilo que lo puede romper un accidente, una enfermedad o un infortunio y por eso no nos detenemos a valorarla, pensamos que siempre hay un mañana y evidentemente siempre habrá un mañana, pero puede ser que en ese mañana ya no estemos nosotros. Este principio nos brinda, al menos, el valorar cada instante, por eso las cosas se tienen que resolver a la brevedad posible, los problemas se deben de tomar frente a frente y no escabullirse a la zona de confort de un abandono o de un desinterés.
¡Es increíble que con tanta inteligencia e información, no sepamos hoy en día actuar! Somos unos ignorantes tontos y burros en cuestión de relaciones sociales y lo peor es que nos jactamos y pavoneamos de ser muy listos en ello, cuando en realidad no es así, nos duele y nos pega en el orgullo que alguien o algo nos escupa en la cara la realidad de nuestros errores y por eso seguimos en ellos en vez de tomar una valorización y resolverlos con esa mega inteligencia que nos dieron, pero que ha sido un gran desperdicio. ¡Qué lástima que no sea así en la mayoría de los casos!, por eso las parejas se rompen, por eso surgen heridas irreparables que sangrarán toda la vida, porque nos acomodamos en la insensatez de no ver la realidad, porque nos volvemos egoístas.
Ética es el perseguir el bien, pero tal parece que somos el antónimo en nuestros actos de dicha palabra. ¿Hasta cuando vamos actuar con ética? Sí, claro, mañana ¿no? Podemos ser torpes intencionales o no intencionales ante este hecho, lo que significa que podemos intencionalmente ir a la zona de confort, o no intencionalmente, la cuestión es que cuando nos encontramos en esta zona carecemos de visión y como dijo Rubén Carbajal, neceamos ante la verdad, ante los consejos de los amigos, ante la vida misma y aunque te lo diga, quien sea, tu mamá, tu amigo o el mismo Dios baje a decírtelo, nunca lo aceptarás, hasta que la vida te azote un suceso y entonces comprendas el error de no tomar en tus propias manos la solución de las cosas, para evitar el herirte a ti mismo o a alguien más.-
“Yo solía ser feliz, pero entre mi zona de confort y la zona de confort de mi ex, se abrió un abismo donde cayó mi felicidad”
-No lo permitan ustedes, comuníquense, resuelvan, utilicen su inteligencia, para no sufrir lo irremediable que le sucedió a nuestra persona en cuestión.-


Quieres saber más de la zona o área de confort:


sábado, 16 de mayo de 2009

¡NO A LA HOMOFOBIA!


Una fobia (palabra derivada de Fobos (en griego antiguo Φόϐος, ‘pánico’), que era la personificación del miedo en la mitología griega, hijo de Ares y Afrodita) es un trastorno de salud emocional que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas como, por ejemplo, a los insectos (entomofobia) o a los lugares cerrados (claustrofobia). También se suele catalogar como fobia un sentimiento de odio o rechazo hacia algo que, si bien no es un trastorno de salud emocional, sí genera muchos problemas emocionales, sociales y políticos (por ejemplo: xenofobia, es decir, el odio a los extranjeros o extraños).

El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de su lista de trastornos mentales. Esta acción contribuyó a acabar con más de un siglo de homofobia médica.

Entonces surge la gran disputa en la pregunta ¿quién está mal el gay o el homo fóbico? Si la OMS ya no lo considera un trastorno y las fobias sí se consideran, si no un trastorno, un gran conflicto social, irrefutablemente sabemos que el que está mal es el homo fóbico.

Relato: Un chico de 21 años, gay, amiguito mío, salió un sábado por la noche, después de arreglarse y maquillarse, en pants, hacia la farmacia, en el trayecto fue secuestrado por un grupo de gañanes homo fóbicos y locos, quienes los subieron a un microbús insultándolo con todas esas frases vulgares y obscenas, lo agredieron tanto física como sicológicamente, pues temió por su vida en todo momento. Estos infrahumanos creyéndose muy “machos”, le gritaron que era un puto y que no valía nada, el colmo fue, que según ellos despreciaban totalmente a los de su clase, aún así, lo violaron todos “ellos”, resultando ser igualmente “putos”, en el contexto más insultante y denigrante de la palabra. Lo violaron así mismo con un palo, para deshacerle, según ellos, el “lugar”, que provocaba la perversión, le golpearon el pene repetidas veces y si por si esto fuera poco, le aventaron un rottweiler, (perro sumamente agresivo y tosco), que lo atacó y mordió. En medio de todo este caos y con la última gota de adrenalina, armado de su instinto de supervivencia logró salir por una de las ventanas del microbús, corriendo y gritando. Los agresores huyeron impunes hasta la fecha (más de 10 años). Él, estuvo hospitalizado más de 1 mes con dolores muy fuertes y cerca de haber perdido la vida.
Antes del incidente, él solo trabajaba de travesti imitando a Britney Spears, (muy bien, por cierto), para mantenerse a él mismo y a su mamá. Después de haber sido dado de alta y por el alto costo de los medicamentos cayó en las drogas, aunque volvió a trabajar, el trauma lo sigue día con día, muy marcado en su vida. Era un chico alegre y gracioso, muy lindo, después esa chispa se desvaneció, gracias a esos pendejos.

Historias como éstas, desgraciadamente hay miles y solo porque no hay un respeto. Es como si conocieras a alguien que practica y le gusta el “pathodismo” y a ti te gusta y practicas el “satomac” (palabras inventadas para no meter ni religión, ni política, ni equipos de futbol), pero tan solo por que no practica lo que a ti te gusta, a ti te causa una fobia terrible hasta el grado de querer desaparecerlo. ¡No, claro que no está bien!. Es como si yo fuera y matara al de la esquina porque odio las drogas y él es un adicto, ¡es su vida, si se quiere matar, que lo haga!.
No es posible que aún en nuestros tiempos el ser humanos siga siendo tan imbécil y enfermo, aunque creo que cada vez lo es más y más.
Todo se trata de respeto y de educación. Si no sabes que la OMS lo decretó después de varios estudios por cientos de años, entonces sábelo hoy. Hay que aprender: ¡No es una enfermedad!, no es como la gripe, ni un sicólogo, ni un doctor la va a curar. ¡No es una preferencia! “hoy quiero helado de vainilla, mañana de chocolate”, ¡Es una orientación con la que se nace y punto!
Un niño nació mujer, otro niño nació hombre, otro niño gûerito, otro niño nació heterosexual, otro nació negro, otro nació bisexual y otro nació gay. Así de simple, todos nacieron así y cada uno merece respeto.

Este domingo 17 de mayo se celebrará, el Día Mundial de lucha contra la Homofobia, el cuál se da ocasión en nuestro país desde el 2005. Lo que se busca es un principio básico: respeto y seguridad a la comunidad (GLBT), Gay, lésbico, bisexual y transgenérico. No es posible que un par de novios (hombre y mujer) se puedan “coger” en un coche y nadie, salvo una patrulla, les diga nada, cuando dos chicos (hombre y hombre) se besen suavemente en la calle o tan solo van tomados de la mano y exista algún “machito” que les grite de cosas y los golpee. O si van dos chicas de la mano, simplemente de la mano, no falta el idiota que les grite: “yo las hago mujeres”. Ya no debe de suceder esto, simplemente como diría mecano en su canción de “mujer contra mujer” “si no gusto, ya se lo que hay que hacer”