martes, 9 de febrero de 2010

Las Pérdidas

Las pérdidas, las pérdidas, las malditas pérdidas. Ni Jorge Bucay, ni Froyd ni Pávlov podrían evitar que sucedan aunque intenten explicarlas. Nadie puede evitar nacer por sí mismo, nadie puede evitar morir por sí mismo, tan solo ocurre y es la dichosa ley de la vida. A lo largo de ella nos enamoraremos de ciertos personajes que se crucen en nuestro camino, o que nos crucemos en el de ellos. A algunos simplemente los dejaremos de ver y los olvidaremos, a otros los extrañaremos más cuando nos separemos y unos más, o menos, serán por siempre recordados con amor, con odio, con añoranza o con melancolía. Ya habíamos hablado de lo irreparable que resulta una pérdida, más cuando vuelve a suceder, sacude el entorno nuevamente, aunque sabes que algún día volverás a sonreír, en esos precisos momentos te ahogas en llanto, se te revuelve el estómago, te dan ganas de vomitar y es entonces cuando la vida te da asco, es aquí cuando les reitero mi teoría en que la vida tiene un gran error en su programación, que son las pérdidas, buenas, malas, por viaje, por amor, por desamor o por muerte, son simplemente así pérdidas.
Ayer pude estar feliz, luego triste, luego me sentí morir, entonces resurgí como ave fénix y una vez más puedo estar con el asco por la vida. Así es, de esto todos somos expertos aunque nunca sabemos bien cómo actuar ante el hecho y a lo largo de nuestra vida sufriremos tantas pérdidas que da asco vivir.
Cómo duele ¿no es así? duele cuando sabes que no se repetirán esos momentos en que te saludaban con cariño, con amor, no se repetirán esos momentos en que era recíproco el gusto por verse, duele ese estúpido vacío que jamás será llenado, nunca, pues cada ser tiene una esencia única, cada uno tiene una forma de ser única y la nobleza, la ternura y el amor son las cosas que más extrañaremos al perder al ser amado, cuando la vida nos lo arrebata, cuando se marcha, cuando simplemente ya no está.
Créanme que no hay lágrimas suficientes para inundar el camino de las lágrimas de Bucay, no llorarás jamás lo suficiente para limpiar o lavar la sangre, la pena. Aunque un día lo dejes de hacer y rías y camines justo donde caminaste con ese ser y ni siquiera repares en ello, porque si de repente en tu vejez levantas la mirada hacia el cielo y recuerdas… caray, si entre las nubes vuelves a recordar, volverás a lagrimar el alma y entonces sabrás que no has llorado lo suficiente y que nunca lo harás.
En la noche de la pérdida te irás a la cama a descansar tu duelo mojando tu almohada de tristeza y melancolía, deformándola, tal vez con los golpes del coraje, por culparte por esa pérdida, por pensar que pudiste haber hecho algo, cuando la irremediable verdad es que no, nunca pudiste haber hecho algo porque simplemente así sucede, por más cuidado, por más entrega, por más energía, por más amor o lucha que hayas puesto, la maldita pérdida se cuela en un parpadeo que es inevitable y te arrebata a tu ser querido, amado, te arranca un trozo de ti, por lo que día a día vamos muriendo, cayéndonos a pedazos hasta que nos toca a nosotros irnos o morir. Tal vez no sueñes nada, tal vez las peores pesadillas te migrañen la cabeza y rogarás por no despertar a ese amanecer donde tendrás, tarde o temprano que cumplir con lo cotidiano, después de tu encierro, si tuviste chance para hacerlo y si simplemente la vida no te permitió encerrarte hasta casi morir, caminarás entre los vivos sintiéndote medio muerto con tu pena a cuestas, estudiarás, trabajarás y una que otra lágrima se escapará cuando se cuele por tu mente un momento de añoranza, necesitarás a alguien que respete tu dolor, que te abrace fuertemente y que no se ría de nada mientras tú te revuelcas, aunque a esa persona o no le duela, o simplemente sienta diferente, aún así necesitarás de alguien que se ponga en tu mismo canal y que por un tiempo lleve una cierta seriedad y luto ante tu tragedia, persona lista para abrazarte y no dejarte morir. Más si estás solo, caray, que duro es y entonces debes aunque sea con el cantinero desahogar el dolor y que aunque sea te de una palmada de aliento a seguir.
¡Estúpida vida! ¡Tan hermosa! ¡Tan Cabrona!
Duele, no puedes respirar, te ahogas, más hay que seguir adelante por nosotros mismos y por quienes nos quieren y porque como ya he citado “la muerte tiene tan certera su victoria, que nos da una vida de ventaja”, entonces exprimamos al máximo esa ventaja, sangremos a la vida de lo bueno que nos dé, vivamos al máximo cada segundo, cada minuto, el hoy y el presente, cobrémosle caro, lo más caro posible, porque al final nos vencerá. Solo es un consuelo el tratar de gozar lo bueno que se tiene, más no pedimos venir a este mundo y así mismo no podemos pedir no irnos, es imposible.
Con nuestro dolor de lastre y todos los lindos momentos que tuvimos y que nos rondarán en la mente debemos continuar, al fin y al cabo todos nos iremos y al final moriremos, ese amigos míos es el grave error en la programación de la vida, el más absurdo.

Entre el dolor te recuerdo, en medio de mis lágrimas porque ya no estarás ahí cuando quiera verte, ya no te podré saludar ni vendrás a saludarme con esa ternura que tenías tan linda, en vez de ti estará tu hueco, tu vacío que dejas en el mundo, imperceptible para los demás pero tan doloroso… quisiera despertar de esta pesadilla y ver que no es cierto que ya no estás aquí, quisiera regresar el tiempo y haber hecho algo diferente, algo por ti para que no sucediera esta tragedia más el hubiera no existe más que como palabra para representar lo inexistente y debo así nada más continuar con mi presente arrastrándome para volver a levantarme una vez más.

No hay pérdida grande o pequeña, simplemente son lo que son, vidas que fueron parte de las nuestras y las nuestras de sus vidas y que nos fueron arrebatadas.

Que Dios, que los dioses o la naturaleza hagan justicia ante la injusticia, traición o abandono y que cubran con paz, la más tierna y linda paz a quienes se nos hayan arrebatado de la vida.

Sigamos pues, mientras por nuestras venas corra sangre, mientras nos revolquemos del dolor sigamos adelante, sigamos pues hacia el siguiente dolor, más mientras llega, sangremos al la vida y robémosle todos los buenos y bellos momentos que podamos, entre lágrimas abracemos a nuestros seres queridos que nos quedan y valoremos sus vidas y las nuestras, pues al final de todas formas llegará la última factura.

POST dedicado a la memoria de "G""S""R"