viernes, 25 de junio de 2010

Michael Jackson 1er Aniversario Luctuoso

Dos años y aún no puedo creer que se haya ido.
Somos nosotros quienes nos quedamos en esta tierra a extrañar a quienes quisimos o admiramos en algún momento y, somos nosotros quienes podemos, aunque sea con un granito, el intentar salvar el mundo donde vivimos, más la gente no lo ve y permanece ciega ante la evidencia de que cada vez nos agredimos más, nos matamos más y nos metemos más el pié entre nosotros mismos y, deshacemos el planeta que nos alberga.
Son los ricos a quienes clamamos por indulgencia a nuestra especie, a las otras y a la tierra, el mar y el cielo, pero ellos, en la gran mayoría, permanecen quietos y cerrados enfermos de poder y avaricia, cuando existen otras cosas mejores, cuando hay millones de maravillas aún existentes.
Abramos los ojos, los que estamos vivos, vibremos nuestras cuerdas vocales en representación a nuestros ideales por el bien de la vida misma, concienticemos nuestros pensamientos y lo que enseñamos y compartimos a los demás, para no olvidar que la vida es una y que somos completamente mortales.
Michael Jackson nos brindó una gran enseñanza en “Earth Song”, la cual debemos aprender , enseñar y difundir, en honor a su memoria hoy la difundo yo.

viernes, 18 de junio de 2010

Toy Story 3

No importando la edad, todos llevamos a un niño dentro, quien nos permite divertirnos, bromear, ilusionarnos e imaginar. Es tal vez este niño el que nos acompaña en nuestros proyectos más ambiciosos y en el logro de nuestras más grandes metas. Cuando alcanzamos un sueño deseado con ahínco llámese un puesto, una pareja, una casa, un automóvil, un viaje o un juguete, nos emocionamos como enanos.
Es este sentimiento y este potencial el que emana de ese niño interior y que nos permite disfrutar de las cosas más sencillas o más complicadas, algo que damos por sentado día a día pero que nutre nuestra existencia. Pensamos que tan solo pasa en el diario acontecer y a veces le restamos su justo valor a esta infantil existencia que necesita una ponderación mayor, pues esos nervios esa energía de disfrutar algo y de reír nos da una percepción agradable de la vida, por ende no podemos ni debemos permitir que ese infante muera a través de los años, pues en él radica la inocencia, la verdad, la justicia, la alegría y felicidad.
¿Quién, a su edad madura, no ha disfrutado de la risa de un niño? ¿quién no ha disfrutado de la alegría de compartir un momento o un lugar con un niño? Yo creo que todos, pues se encuentra en nuestra naturaleza innata esa chispa que de nosotros depende que se apague o no.
Tengamos hijos o no, sobrinos o no, o simplemente un conocido, nos causa un “algo” que nos mueve dentro ¿por qué? Simplemente porque se conecta con el nuestro, empatiza con lo que alguna vez fuimos.
Piensen en un niño que quiere y desea un auto de control remoto, en la alegría y entusiasmo que le causa cuando por sus logros en su cumpleaños o en navidad, llega a sus manos. Ahora piensen en un adulto que no ha perdido esa chispa, por su trabajo y sus logros llega a comprase ese auto deportivo que tanto ha buscado. La emoción en ambos es similar y solemos bromear diciendo “está feliz por su juguetito nuevo” ¿o me equivoco?
No permitan que esa chispa de vida se apague, sigan adelante con ella aunque tengan 120 años.
Yo he cumplido años este mes y a pesar de tantas y tantas cosas que me han pasado en la vida, he tenido la suerte de tener a mí alrededor a gente que me quiere y a gente que quiero. Todos gozamos de esa chispa y emoción que nos causa vernos, por ende no hemos, ni en lo personal, he permitido que esa chispa se me pierda o me la roben, así que México, de nosotros depende volvernos adultos recios y fríos, quienes critican de ridículo un sentimiento tan puro como la emoción, o se portan fríos cuando de justicia o solidaridad se trata. Un niño promedio compartiría su desayuno, ayudaría a un compañero a levantarse y pediría por la paz del mundo poniendo todas sus fuerzas e imaginación en el mural que concursaría inter escolarmente en pro de la paz mundial. Esto es lo que necesitamos los “grandes” pues para ser grande y no solo de tamaño o de edad, se necesita un corazón inmenso.
¿Quién no recuerda un parque, unos juegos mecánicos, un columpio, una resbaladilla o un trampolín? O ¿aquella película que vimos 100 veces aprendiéndonos los diálogos o poniendo el disco o cassette hasta que ya no se oía bien?
Pues bien, el cine para mí es algo extraordinario, aún recuerdo el Dorado 70 extinto en Plaza Universidad, o el Castillo de Walt Disney en Avenida Coyoacán, donde disfruté de películas que me hacían volar aún más la imaginación.
Hoy en día la tecnología ha cambiado, los gustos y los juegos, a pesar de ello aún existen juguetes, como una caja de cartón, o un muñeco preferido a pesar del Wii, Xbox o Play. También las películas han cambiado, pero tenemos la fortuna que aún existan genios como lo fue Walt Disney y personas que le han sucedido creando películas como Toy Story, donde los valores, la magia y la diversión nos han hecho disfrutar a grandes y chicos, por lo que los invito a revivir a ese niño muerto, a ese dormido o apaciguado y se lancen a ver Toy Story 3 a ver qué tal manejan la tercera parte de dos películas que nos enseñaron a ser amigos. Mientras tanto les dejo este corte genial que nos hace pensar que somos parte de un todo y que cada una de sus diminutas partes es indispensable para que este mundo funcione.
¡Que se diviertan!