sábado, 8 de diciembre de 2018

苦い 苦い 苦い




Estoy caminando con mi gente, haciendo cosas que me gustan, viviendo agradables momentos, pero…
Estoy buscando las palabras justas para describir esto, no puedo, no las encuentro, y necesito hacerlo para desahogar algo de todo ese mundo que está tan atrapado en mí.
Sigo hablando, aconsejando, medio comiendo, viendo… estoy con mi gente, pero yo, yo… creo que no estoy…
Estoy pero no estoy,  siento pero no siento, vaya que resulta extraño,  muy extraño, nunca me había sucedido así. No finjo nada intento vivirlo y lo vivo pero no soy todo yo. Solo algunas personas saben lo que tengo, pero tampoco lo comprenden, están igual o peor que yo y solo me dan palabras de ánimo, de que todo estará bien, de que todo saldrá bien, pero no, no lo veo así, no lo siento así, no es así… Son esperanzas vanas de que tuvieran la solución a esto, pero tampoco la tienen y quieren ayudarme y no me quieren ver así, pero solo una persona puede resolver esto, solo una y se ve tan imposible, que resulta cruel. Quieren ir a verla, quieren hablarle y yo no los dejo, no puedo, me da miedo a un rechazo más fuerte que sé que no merezco.
Solo bastaron unos días para conocer su esencia, solo bastaron unos días…
Ya no estoy aquí, me siento extrañamente en otro lugar, pero no lo veo, no lo entiendo, me veo aquí y ahora, pero siento que me atrae otro lugar, me provoca aquel vacío que, al principio era de incertidumbre pero era placentero, estaba un vacío lleno de nervios, me dolía el corazón, pero era porque crecía algo muy grande en él, ahora es un vacío de mí, de una gran parte de mí, porque solo sé que yo, yo… ya no soy de mí…
Solo bastaron unos días para que se adueñara de mí… solo bastaron unos días…
Y creí que, tras haberme subido al infinito con un mar de emociones hermosas tiernas y pasionales para que después por una estupidez, por no hablar, por no comprender la vida complicada, qué sé yo; haberme soltado para estrellarme en contra del frío espejo del mar, creí que por eso, que por ser tan solo unos días, la olvidaría, pensé que solo había sido un “rush”, un “crush”, pensé que me sentiría mejor no pensándola, dejándola pasar, pero… lo único que pasa es el tiempo, solo el tiempo pasa y la incertidumbre, el silencio y la injusticia de no poder saber nada, de no poder acercarme, de no poder hablarle, hacen merma de mí, me daña ésta pesadez de haberle dado la espalda a la vida que nos regaló el cruzarnos, una oportunidad en millones y se le dio la espalda a esa bondad.
Si yo no hubiera creído que había al menos una oportunidad de que pudiéramos ser, se lo hubiera dicho, pero nunca quise que se detuviera, nunca le puse un freno real, mientras buscaba por todos los medios la forma de estar a su lado, mientras buscaba las palabras precisas para que de frente pudiera negociar, hacerla entender, hacerla comprender lo difícil que era, pero lo invaluable que resultábamos ser juntos.
Se fue diciendo que era muy poco para mí, cuando eso lo decido yo, porque es ella quien decide si yo no era suficiente para ella, pero no al revés, ella no sabe, nunca supo y tuvo la idea errónea de que no era suficiente para mí y me cobró facturas ajenas de su pasado, de sus temores. Y yo quiser ser suficiente, de verdad que quería ser suficiente para ella y luchaba por serlo… Le di todo porque así fluía, pero tal parece que cuando le das todo a alguien siempre pierde el interés, yo no soy así, cuando me dan todo, lo atesoro, lo valoro, por eso no comprendo porqué cuando le das todo a alguien se marcha, se va… Pero no entendí su decisión, después de un “tus flores me hacen vibrar, soñar” un adiós de un momento para otro… ni todos los años, ni todas las canas, ni toda mi experiencia sirvieron para entender, sigo sin entender y menos aún porque no hay diálogo, no hay ni una oportunidad a dialogar como humanos adultos y es lo más frustrante de lo que me pasa…
Sigo haciendo cosas y me distraigo, pero en el punto en que tomo el celular para enviar un mensaje o ver si hay algún mensaje, recuerdo que esto ya no es posible, me merma y lo vuelvo a dejar con desprecio en la mesa con un “¡Agh!” con un “¿para qué?” ¿Para qué publicar algo de mí para que sepa de mí?, si no le importa y si le importa, no lo ve, lo censuró por completo, huyó, corrió hacia el lado contrario de mis brazos. ¿Para qué escribir lo que siento si no existo ya para ella? Solo siento que soy una persona completamente estúpida y que no vale la pena, tan no vale la pena que se reserva de mí.
Y no entiendo por qué me sucedió una vez más a mí ¿qué hice yo para que se llenara mi vida de golpe y se volviera a vaciar abruptamente? ¿Qué hice yo para recibir tal crueldad? Si existe otra vida anterior ¿qué tanto debo que se siguen burlando y ensañando con migo allá arriba? Qué absurda y complicada resulta la vida, cuando al final es tan fácil tocar la felicidad, tan solo es decir sí, antes de decir que no, pero el humano y la vida es complicada y se hacen los complicados, es cuando siempre digo que soy extra terrestre, pues no entiendo nada de esto.
Sí, lo sé, tengo muchas bendiciones y de rodillas las agradezco y no dejaré de atesorarlas y agradecerlas, pero justamente lo que me faltaba, lo que era exacto y de mi talla, como una OVA se presentó y se terminó muy pronto, justo esa chispa que me hacía tener nuevamente una razón de ser y vivir, se extinguió como braza de cigarro ante el pisotón de tallones circulares sobre el pavimento. Mi vida ahora es un Ying Yang, vacío y lleno.
Solo bastaron unos días para que yo, sonriera tan felizmente y solo bastó la clausura para sentir esta amargura.
Nigai, Nigai, Nigai, mi “Happy sugar life” se vovió Nigai.
Descubro una gota que se estrella contra mi pecho y luego otra, Nigai, Nigai, Nigai.
Golpeo la mesa con mi puño y sigo adelante…
Seguimos paseando sin que se percaten de mi “ausencia” o pseudo presencia y me doy cuenta que no soy nada ni nadie, que soy una mala persona, que me merezco esto, porque que soy completamente inútil, inservible, incapaz para resolver la situación y me doy pena y me doy lástima, ¿de qué sirve tanto si al final no puedo resolver mi situación? ¿Si al final soy  un absurdo más de ésta vida?
Nigai… Nigai… Nigai… mi boca está Nigai.
Y se fue yendo mi gente, al final, me quede en el carro, subiéndole a la música y viendo esas gotas caer. Levantando mi cara hacia al sur, hacia el frío, hermético, necio y terco sur, que me robó una gran parte de mí o todo un ser que fui yo en unos días, en tan solo unos días. Ahora tengo que aprender a vivir así, sin ser un ser completo porque esa parte ya no es mía, porque esa parte es de ella, lo quiera o no, porque ya intenté olvidarla, porque ya intenté odiarla y todo ha sido en vano.
No puedo, no puedo eliminar esta emoción que vive en mí, ese potencial que se quedó atrapado en mí, esa emoción que en esos días era porque la sentía y ella me sentía a mí, porque descubríamos al siguiente día o en la siguiente conversación que el insomnio era correspondido, que el stalkeo en Facebook era mutuo, por querer saber más de nosotros, que el sentirnos desde lejos era real, completamente real… Esa emoción no se ha ido, no he podido exterminarla, a pesar de que a ella ya no le importe o me haya olvidado, en mí germinaron todas esas semillas que sembró desde el primer día y no hay quien las coseche porque solo eran de ella.
Nigai
Tengo que aprender a vivir así, mientras me reste vida, aprender a vivir con esta incompletitud, con esta frustración y esta injusticia, una vez más, las esposas en mis muñecas, atadas, impotentes, una carga más que ya no me hace más fuerte, al contrario me hace más vulnerable ante la absurda idea de dejar pasar una oportunidad así.
¿Puedo con esto? Sí, tal vez, quizá, pero la diferencia es que ¡no quiero! ¡no lo acepto! Pero así es…  ¡NIGAI!

viernes, 23 de noviembre de 2018


4:30 am, una sensación de pesadez e incomodidad embargan mi cuerpo, las cobijas se sienten pesadas sobre mis piernas y pies, tengo cansancio del día anterior en que caminé mucho y vi a mucha gente, debería estar durmiendo profundamente, pero no, esta pesadez amarga me levanta de la cama y, a pesar de mi gusto de dormir mucho, sigo sin poderlo hacer, ya por más de una semana. La mente está nublada y triste, llueve, más no en la ciudad, sino en mi cabeza, a pesar de que me han derramado un par de lágrimas, tengo un torrente adentro que está atorado y no puede salir, pero me hace daño, camino hacia el comedor entre penumbras, las mismas que se ven en mi cabeza, filtros de luz se cuelan hacia el departamento desde orillas de ventanales, tomo un vaso con agua que había dejado en la mesa y me sabe amargo, aunque parcialmente calma mi sed, mi sed de ella. No, no me voy a matar por esto, creo que no, pero sería un honor morir por ella, o sería un honor que yo muriera por ella, como me lo dijo, pero ¿para qué?
Amargo, amargo, ¡amargo! Es un sabor amargo el que produce esta pesadez e impotencia… frustración… después de haber sido tan dulce ahora es amargo.
 No puedo creer y no concibo cuando un ser humano se coarta la felicidad y se boicotea a sí mismo como a alguien más en el camino y es esto lo que me produce frustración. Tengo las manos atadas, me las ató y cerró todos los caminos de ingreso ¿por qué? ¿De verdad merezco que me veten de ésta manera si solo ofrecí cariño y protección? En Japón el decir que protegerás a alguien siempre es sinónimo del mayor honor y entrega, se equipara al verdadero amor y/o se demuestra éste con la acción de proteger. Eso quería yo, pero un pequeño error desató en ella un holocausto de inseguridades, de sentimientos de insuficiencia, de temor, por su vida, seguramente, no sabe perdonar y no se permite hacerlo, hay algo que nubla su mente y su razón y no la deja ver con claridad lo que tenía delante y lo boicoteó injustamente, inhumanamente, tratando de no solo protegerme, si no protegerse y, no había necesidad, nada que un diálogo no arreglara, por ende emana de mis poros la frustración y esta amargura que tengo en la boca y embarga mi piel.
¿De verdad merezco sentir esta amargura? ¿Qué hice para merecerlo? ¿Por qué no puede dejar escapar un indicio de humanidad hacia mí?
Solo vivimos una vez y seguimos sin valorarlo, seguimos desperdiciando los regalos de la vida que nos presenta, porque creemos que no los merecemos, porque no pagamos el precio, porque no adecuamos nuestras vidas a ellos, o ellos a nuestras vidas, porque lo queremos justo como nos gusta, intentando un control que nos sale contraproducente para nuestra felicidad. La vida es amarga, sí, también lo es, sobre todo cuando tienes tanto para hacer y dar y te cierra la oportunidad de golpe y no es la vida, es la gente, son las personas que no quieren resolver y prefieren huir en vez de vivir, de vivir intensamente, de hablar y dialogar, porque el día de mañana, seremos un cuerpo marchito, seco, que se hará polvo, o cenizas que se irán con el viento a ser parte de la madre tierra. Sí, la vida es amarga, pero también brinda oportunidades, pero no aceptamos que tienen su precio.
Deberíamos de aprovecharlo todo, porque una sola vida es, solamente cuando tenemos aliento, cuando tentemos fuerza vital, es cuando podemos hacerlo todo, pero nos coartamos y para muchas cosas se necesita la voluntad de dos, de nada sirve que el ímpetu que tienen mis manos o la sangre caliente que tiene mi corazón, sean suficientes para envolver de cariño a una persona, si esa persona se niega a esa bondad y cierra las puertas como si yo fuera un criminal y le fuera a hacer el peor daño, cuando es todo lo contrario, cuando esa persona se niega a pagar el precio por complementar su vida, por vivir intensamente, una historia con alguien más.
¿Por qué? No lo entiendo, esta pregunta, esta injusticia, está dentro de mí, creciendo, como todas las semillas que dejó germinando dentro de mí, pero ahora crecen como cebada en alambique, ejerciendo una presión dolorosa que solo ella puede redimir, porque solo ella tiene la solución, en sus manos, en sus ojos, en sus labios, pero de ser el ángel que me hizo tan feliz y le dio chispa de vida a mi cotidianidad, se volvió en algo inalcanzable, lejano, añorable, intangible, como agua cristalina entre los dedos que por más que apreté los puños, se escurrió irremediablemente y lo peor es que ni puedo escucharla, verla o hablarle.
Amargo, amargo destino en donde una parte de mí está muriendo lentamente, con un dolor como una gota constante que lacera, una decepción más que le resta puntos a la humanidad, a la vida misma… Se ha roto mi vida una vez más.

sábado, 10 de noviembre de 2018


RELATO:
 La pared.

Contexto:
 En aquella ocasión, los sentidos habían recobrado vida, gracias a alguien… En una vida que juega con tiempos que no corresponden, en situaciones que no deberían de presentarse, cruzando hilos, donde hay otros atados, fuertes y enmohecidos, creando sueltos que no pueden evitar entrelazarse, la vida en efecto, se equivoca…
A lo largo de la vida vamos idealizando cosas, conceptos, ideas, proyectos, grupos y personas, desde la infancia utilizamos la imaginación para crear lo que queremos y, dicen por ahí que si lo crees lo creas…
Imaginamos el barco pirata, la espada, el parche en el ojo y lo vivimos solos o junto con nuestros amigos, con juguetes o a pesar de que no tengamos más que un palo de madera y una bufanda para hacerla de bandera. Vamos creciendo y vamos proyectando una bici, una moto, un auto, una casa o departamento, un trabajo, un proyecto de vida y… a esa persona…
Nuestras fantasías se van atrapando en nuestra mente pero siguen adelante, sueñas despierto de cómo debería de ser, como deberías de actuar, a veces descuidamos qué le vamos a dar a cambio, mientras tanto seguimos idealizando, imaginamos a esa persona cuando vemos o leemos una historia, protagonizamos los papeles que más nos gustan, la ponemos ahí, creamos diálogos de la nada y sueñas, sueñas despierto, cómo te responde justo lo que quieres oír, en como haces justo lo que quiere que hagas y se vuelve mágico.
Seguimos viviendo, pasan personas en nuestro mundo, muchas se van y otras se quedan, prometes y tienes que cumplir, no solo por obligación si no que te nace hacerlo, pero… pero esa magia… esa persona… ¿es cómo la idealizaste ya en la realidad? ¿o solo fue al principio algo así y ahora no lo es? No obstante, sigues tu vida, sigues solo o acompañado idealizando esa magia, levantas la cara, miras al cielo con la mirada perdida y nostálgica y               recuerdas, otra vez recuerdas tus idealizaciones,                 te hacen falta. La vida es complicada, la vida es una, no hay marcha atrás, solo el hoy, solo este presente y tal vez recuerdas…                 lo que alguna vez sucedió…        aquella magia que fue verdad…



Me encuentro parado, un pie delante, el otro detrás, enfrente de la pared, con la mano izquierda extendida de frente a la altura de mis hombros, la palma recargada en la fría loza de esa pared, mi brazo derecho rendido, suelto, como queriendo exhalar el torrente que llevo dentro… mi cabeza, completamente agachada, mis ojos clavados en el piso, enjugan lágrimas que caen directo de la pupila impactándose en el piso, casi sin parpadear, muy suavemente, sin sollozos, solo caen a un ritmo desacelerado, calmo, lo único calmo en mí, esbozan ternura, pasión, frustración. Con las ideas y barullo revoloteando en mi cabeza, el nudo en la garganta que me recorre el cuello, el pecho, donde se extiende y el estómago como si estuviera vacío, pero que representa una revolución que no deja atrás a mi cabeza, lleno de emociones vibrando, literalmente vibrando como un triángulo recién percusionado, vibrando,             vibrando,                 vibrando…                   
Me encuentro suspirando profundamente, con un mundo de emociones por doquier y recuerdo esas idealizaciones que ahora causan mi inquietud, recuerdo cómo soñé con alguien que fuera mi cómplice, mi fan, que jugara conmigo, que protagonizara papeles estremecedores, encantadores y pasionales, que respondiera lo que yo quiero que responda, que recibiera de mí justo lo que quiere, pide y anhela, sin ensayos, sin decirlo, simplemente que sucediera así, naturalmente, que me robe y le robe el alma.
Estoy recordando sus palabras que giran en mi cabeza, que provocan todo lo descrito en mí, el aire que mueve mi cabello, en la ansiedad que provoca su ausencia, en la incertidumbre de un futuro distante, como la distancia entre ella y yo, con la desesperación de los segundos tintineado en los cuadros del reloj, tan separados los lapsos unos de otros que confirmo que el tiempo es relativo.
Existo en un momento que no debería ni estar ni existir, recibiendo lo que pude imaginar en mis alucines, la pasión, lo atrevido, lo divino que es el que me suban a una espuma blanca, tibia y embravecida que infla mi ego y autoestima con esa emoción que causa la vibración.
Prudencia, distancia, acercamiento, contención, me mueves, me haces vivir, me haces sentir, me provocas desearte, poseerte, me siembras mil cosas en poco tiempo, cosas que germinan de inmediato, como la naturaleza de la hierva floreciendo entre asfalto, caprichosa, abriéndose paso, sin preguntar nada, solo existiendo, creciendo, sin importarte nada de mi vida y mi pasado, solo el impacto que causó mi presencia cuando nos conocimos; violenta como un tornado, como el sismo que estremece toda mi tierra, pero tibia y deliciosa como llovizna ligera en una playa de un día entre soleado, fresco, delicioso, te volcaste al siguiente día. Has hecho que cada espacio que marca tu ausencia sea desesperante, bizarro, cada minuto del reloj corre distante uno del otro, cada imagen que veo se vuelve borrosa ante las ideas y pensamientos que me rodean de ti, de las frases que me estremecen y las que te digo que te provocan. Hiciste renacer mi ser interno, natural sin tapujos y sin caretas, porque así te gusta, porque eso fue lo que te atrajo de mí, mientras yo permanecí al margen, respetando, no podía sostenerte la mirada, porque no me gusta intimidar a las chicas, ni incomodarlas, pues después resulta contra producente, por ende, ese día, no pude hacer contacto, no debía hacer contacto, de hecho ya ni lo practicaba. Después tu búsqueda, hasta que te respondiera, el inicio de una avalancha de frases e insinuaciones que comenzaron esa siembra inevitable. No se puede pisar el freno cuando algo ya está germinando y pasó muchos límites horas antes, en su vertiginoso camino, ya no hay marcha atrás. Valoras mi ser y lo que intento ser,                 -me mueves-.
Mi mano derecha se levanta hacia arriba, observo mi palma  que interrumpe el viaje de una lágrima que cae en la misma, mi mano se cierra lentamente y cada vez más fuerte hasta lograr un puño bien apretado que denota la frustración, el vacío que hay entre mis dedos, como querer agarrar agua, es porque solo logró atrapar la realidad. Levanto el puño sobre mi hombro y abruptamente golpeo la pared, detonando el coraje del destino, levanto levemente la cara y la mirada hacia mi puño cerrado contra la pared, suspiro, ahora con amargura, con los dientes apretados y el ceño fruncido ante el mismo vacío, mi inconsciente comienza a consolarme porque comienzo a imaginar que estás delante de mí, con ambas manos entrelazadas en la espalda, recargada en esa misma pared, una pierna semi doblada, con el talón en el zoclo, mi muñeca izquierda con la mano aún recargada en la pared se encuentra a la altura de tu hombro derecho, entonces con la mano derecha completamente relajada y llena de ternura, te acaricio la cara con el pulgar y el cuello con mi palma y dedos, recorro tu cabello detrás de tu oreja, tus ojos y los míos perdidos en la profundidad de nuestras miradas,  no hay silencio, los corazones se alcanzan a sentir, están tan cerca nuestros pechos que casi se tocan, pongo mi índice en tu frente, recorro  con la yema hacia abajo entre tus cejas la nariz, hacia el labio superior, el inferior que en el recorrido, entre abre un poco tu boca que se estremece, la cual ahora observan su brillo mis ojos, toco tu barbilla, sigo en línea recta, hacia abajo, hacia tu cuello, bajo lentamente, sutilmente, mientras vuelvo a perderme en la profundidad de tus ojos, mientras llego a tu pecho y paso aún más lentamente entre tus pechos, mientras la respiración se acentúa, se acelera, bajo sobre tu ropa hacia tu ombligo mientras comienzo a acortar la distancia y en vez de seguir bajando, giro a la derecha sobre tu cintura, extendiendo todos mis dedos para rodearla con mi mano, recorriéndola hacia tu espalda, donde me encuentro con tus manos, me detengo y te jalo hacia a mí, para abrazarte, tus manos se sueltan y se dirigen hacia mi cuello para abrazarme, te sostengo dulcemente, pero las vibraciones, las miradas sobre nuestros labios y las respiraciones están a mil, “bésame”, sé que lo pronuncias en tu mente y me lo transmites:       “bésame”…            moviendo todos mis sentidos, estremeciéndome, derritiendo mi ser, en una pausa eterna donde solo se mueven nuestros pechos por la excitación, provocando que imagine la dulzura de tu boca, el invadir con mi pasión y ternura tus labios y poseer todo tu ser…
Mis ojos húmedos, ahora con lágrimas constantes en silencio, los cierro, pero las lágrimas no dejan de salir, ahora soy yo quien giro entrelazando las manos en la espalda, para tomar tu posición, recargándome en la pared, poniendo el pie en la misma, levantando la mirada hacia el techo como si no existiera, mirando el cielo, en un llanto sin lamentos y en silencio, con todos los sentimientos y emociones desbordados…



¿Te gusta solo observar?
¿Te burlas cuando te rogamos de rodillas?
No entiendo tu diseño, no entiendo la diversión que encuentras cuando te contamos nuestros planes, cuando ves cómo cumplimos promesas y no recibimos todo lo que nos prometieron a cambio, cuando nos ves sufrir… será que para ti es un placer el permanecer silencioso y hacernos creer que todo lo bueno y malo emana de ti, ¿Dios, Vida o Destino?
Si estamos alegres y salen bien las cosas, te agradecemos, no todos lo hacen, yo sí, no olvido la humildad de hacerlo, porque yo no pedí esta vida, se me regaló ¿es así? ¿o es solo la historia que nosotros mismos nos contamos para consolarnos?
“Dios”, (llamémosle así), “sabe lo que hace”, “por algo suceden así las cosas”, “nunca se equivoca”, “nunca mezcla, siempre pone todo en su lugar” y frases así, nos las dicen para tratar de explicar cosas que no entendemos y, si existes y somos hechos a tu imagen y semejanza, estarás muy divertido y muerto de risa con todo esto.
¿”Vida”? ¿entonces eres tú? ¿eres la creadora? ¿eres la complicada? ¿eres la que enreda los hilos del destino que se presenta en el momento no indicado, en el lugar no indicado? ¿Eres tú o los dioses quienes nos indican ser personas correctas? Yo lo hago porque me siento bien, no tanto porque me lo hayan inculcado, me siento bien haciendo bien, pero…                          cuando las cosas no funcionan como se supone que funcionarían, cuando sientes una horrible frustración de las llamadas encrucijadas en las que no quieres tomar parte, pero que lo vertiginoso de la vida no te permite bajarte, ni decidir por ningún camino, porque debes cumplir, porque sientes que así es, porque te nace cumplir aunque a ti mismo no te cumplan, no importa…. No importa. Pero piensas “es solo una vida, ¿porqué no podemos clonarnos? ¿porqué demonios no eres planeado o planeada y diriges este planeta como se debe? ¿Porqué nos pones ‘pruebas’ absurdas que has visto que hemos cumplido infinidad de veces?, que yo he cumplido infinidad de veces… y aunque me equivocado he redimido. ¿Porqué ahora? Es solo una vida ¿debo vivirla, aunque vaya en contra de mis propios valores e instintos? ¿por darme la justicia que me quitaron? ¿Por sentir que alguien me valora como justo yo quise?, es una vida”…
Eso piensas, eso pienso y por eso te reclamo, por eso caigo en lo que todo ser humano cae infinidad de veces, en la existencialidad, en los momentos más intensos de nuestras vidas, en esos momentos caemos en esta parte para encontrar una respuesta, la cual, hasta esta altura de mi vida, no he encontrado nunca, solo fluyes, si sale bien, te sientes bien y agradeces, y si sale mal, maldices y vuelves a la posición en la que estoy mirando hacia el cielo y exigiendo una explicación del porqué me lo vuelves a hacer.
Yo no quiero dañar a nadie, no quiero dañarme, pero no quiero dejar de sentir esto, no quiero abandonar a nadie, pero entonces las reglas del juego cambian, no están escritas, giran, me marean, me chocan, me atropellan. Vaya qué divertido es ser espectador desde tu palco allá arriba, mientras nosotros protagonizamos la ópera prima de nuestra vida única, en una tragedia cómica.
No hay vuelta de hoja, no hay marcha atrás.
Y la pregunta surge una vez más en mi vida ¿porqué yo? ¿por qué a mí? Y sé que no me vas a contestar y aquí me quedaré, fluyendo, sufriendo, amando, deseando, con frustraciones, son sueños rotos, con esta vida de un roll que no elegí y que me pusiste. No me queda de otra que volver y repetir. ¿Porqué me la mandas a mí? ¿Porqué, si la merezco? ¿Porqué, porqué, porqué? Ella merece lo mejor, hay pocos humanos así y yo…                      yo….

Esta pared fría, donde estoy hoy, rodeado de una vida hecha, podría ser tibia, podría desbordar mis emociones que están germinando, rompiendo reglas, reescribiendo reglas, repitiendo la historia de la humanidad defectuosa, para atraerte nuevamente de la cintura hacia a mí, para complacerte, para que me complazcas, para mirarte nuevamente a los ojos, para que me estremezcas y te haga vibrar como tú a mí,  olvidándonos del mundo allá afuera, viviendo en un mar naranja de otro planeta, mientras por fin,          por fin…             te beso.

miércoles, 28 de marzo de 2018

Expocición LGBT+ “Identidad Amor y Sexualidad”



“La Tolerancia se refiere a la acción y efecto de tolerar. Como tal, la tolerancia se basa en el respeto hacia lo otro o lo que es diferente de lo propio, y puede manifestarse como un acto de indulgencia ante algo que no se quiere o no se puede impedir, o como el hecho de soportar o aguantar a alguien o algo.
La palabra proviene del latín tolerantĭa, que significa ‘cualidad de quien puede aguantar, soportar o aceptar’.

He querido comenzar este artículo con una definición de una palabra que tomó auge en la última década  y que, como diría Pilar Montes de Oca Sicilia, lingüística de vocación y profesión, directora de la revista Algarabía, “las palabras van tomando significado según se les utilice en regiones o grupos sociales”, por ende me atrevo a decir que la palabra “tolerancia” la usamos en este México, como “aguantar y/o soportar”, es un “lo tolero, más no lo acepto”, por lo que ahora se busca que sea un tema de respeto basado en pruebas contundentes y científicas, con lo cual ya no existirá el “soportar” a alguien, simplemente será respetar su modo de vida, pues puede resultar como la frase expuesta que dice: “Ten cuidado de a quien odies, pues puede ser alguien que ames”.

Al lugar que nos dirigimos la tarde de hoy para ver la exposición, le han puesto el nombre “Museo Memoria y Tolerancia” por la definición del acto de indulgencia, pues ahí mismo se encuentra la exposición permanente del holocausto y por lo que se puede comprender más, que en su nombre lleve la palabra “tolerancia”, ya que fue abierto en el 2010, alrededor de ese año se puso de moda el ser “tolerante” cambiando un poco el significado de “aguantar y soportar”,  sin embargo hemos visto que sigue muy arraigado ya que apenas una chica dijo en YouTube, cuando le preguntaron qué pensaba de sus followers gay, respondió con un “…los tolero…”, lo que dio a lugar a una gran polémica hace unos días, confirmando así, que no se trata de tolerar, sino de respetar. Ya no se desea que la gente siga utilizando la palabra como un acto incómodo del “ya que” y la menciono y explico para que sepan los lectores, cómo su servidora, la toma para sí y por ende poder dar contexto al tema de hoy que contiene un tópico muy conflictivo en plena época actual, del cual concluyo que, por falta de educación e información, se genera miedo, rechazo y violencia, lo cual debiera terminar hoy mismo por simple humanidad.

Entramos a una pequeña exposición dividida en aproximadamente 6 salones, los cuales puedes ver y leer en aproximadamente hora y media (si eres un buen lector, de esos que leen y comprenden muy rápido) por lo que te aconsejo vayas con tiempo pues existen algunos cortometrajes que vale la pena ver. El costo es de $30 pesos, si eres “estudihambre” pagarás solo $15 y estará hasta junio, el precio incluye el acceso a un pod para escuchar unos 10 minutos de explicaciones a lo largo de la exposición.
Uno de los motivantes principales es #PorUnMéxicoSinClósets lo que me parece formidable, pues ya basta el que queramos controlar la vida de los demás a nuestro antojo cuando ni nos alimenta, ni nos daña, ni nos da, ni nos quita. Ha quedado muy claro que la falta de información, educación, la homofobia y todas las fobias que se desprenden de la diversidad, (las cuales se explican en una pared de la expo y que son causadas por personas con algo patológico, pues ya se comprobó que la homosexualidad no es una enfermedad, pero las fobias, pueden serlo y son condiciones tipificadas)  son las causas del porqué la gente aún se encuentre en el clóset y no viva ni su vida, ni su orientación ni su amor con libertad, si no siempre escondiéndose por el miedo a los homofóbicos que pueden, desde despedirlos de los empleos, hacerles la vida imposible acosándolos y humillándolos, orillándolos en el peor de los casos a cometer suicidio, hasta violentarlos y matarlos, lo que es la peor condición humana, el asesinato. Todo esto debe acabarse ya y comprender que solo se trata de “Identidad, Amor y Sexualidad”, que son derechos humanos.










 La libertad es un derecho humano y en ella entra la elección de “Identidad de Sexo” y de “Orientación Sexual”, que son los vértices principales que desencadenan las siglas, que hoy en día se han prestado a bromas blancas y nos hacen reír, pues a medida que los avances científicos dan pasos, se van sumando características a la “diversidad”, pues por eso se llama así, LGBTTT…. ¡Etcétera! Jajaja, formalmente las siglas hoy en día son LGBTTTIQA, por lo que han decidido hacerlo más práctico para no entrar en por menores resumiendo como: LGBT+, lo que nos aporta más que nada inclusividad y agilidad al mencionar el MÁS, pues como muchos peleábamos, por ahí se andan hasta colando los heterosexuales, pues son parte, se quiera o no, de la diversidad.

Una expo muy bien lograda en donde, sí va mucha gente, por generalizar lo escribo como: Gay, pero me dio mucho gusto ver a heterosexuales y familias “tradicionales” con hijos, que demuestran ser personas ávidas de educación e información que fueron a aprender lo que yo digo que es más acertado: EL RESPETO.




No les diré más que lo anterior y lo que vean en las fotos, pues deben ir a ver los documentales para que alguna lagrimita “Remi” les quiera rodar por las mejillas, sin embargo concluyo diciéndoles que, a pesar que toda la comunidad LGBT+ debe asistir a aprender los términos y comprender mucho más de lo ya sabido además de adquirir orientación y plataformas para la misma, considero que la expo está muy enfocada en explicarle y enseñar a la gente heterosexual lo que significa que el ser humano es diverso y que no porque alguien sea diferente a ti, significa que esté mal, para nada.
AdaSilvaMR

jueves, 22 de febrero de 2018

¿Y qué si te encuentro en Facebook?




He vuelto a ver tus cartas, leí un par y me sentí enamorada como en ese entonces… No tuve el valor de leer más, aunque las palabras rondan en mis recuerdos, no quise seguirme haciendo daño… Vi la única copia a color de una foto donde estamos con amigas… me tembló el alma, me rondaron mil dudas de las preguntas eternas ¿aún pensará en mí? ¿Me recordará? O ¿habrá sido real su amor? Es curioso cómo las formulo en mi mente mientras leo “el amor es un símbolo de eternidad”, pues esas preguntas son así en el lenguaje que hablo y escribo, pero en la mente es muy raro, no son palabras, son algo así como conceptos a los que me he habituado, en tantos años a divagarlos, no son palabras, son hechos sin respuesta, ante una gran ausencia y silencio que tengo miedo que sea sepulcral; así como veo las copias de esas cartas, solo fotocopias de mala calidad y cuatro fotos, que me he quedado como “prestadas” de aquella persona por la que nos conocimos… He pensado en escanear todo, pues ya son décadas las que han pasado y se va la juventud, así como la tinta de estos recuerdos y como son lo único que tengo de ti, prefiero digitalizarlos y subirlos a la nube… y pienso… ¿cuánto tiempo durarán ahí, si solo a mí me quitan los suspiros? Entonces vuelvo a las redes sociales, a San Google a buscarte, no hay nada tuyo, solo un par de noticias de tu padre que no puedo confirmar, porque faltan datos y la única foto de él es muy mala para identificarlo, pues sabes que soy pésima fisonomista. Y de ti… nada, como si no hubieras existido y es cuando me enfado y golpeo el escritorio diciendo “¡¿No que todo está en internet?!”. Solo Búho legal tiene un dato que ha sido el más cercano, pero que puede tratase solo de un homónimo tuyo, pues no hay más, no hay fechas, no sé cuántos años tiene esa persona y no sé si eres tú. Entonces sigo buscando de vez en vez en Facebook y no hay nada. Hace unos 4 años esa persona que nos presentó me llamó y me contó que Facebook le decía en su celular “Personas que quizás conozcas” y aparecía tu nombre pero sin foto… La ilusión quiere salir despavorida en ese momento como un jet despegando, pero de inmediato la freno y no la dejo fluir, sin embargo, le comento que puede ser que hayas buscado su nombre y lo hayas encontrado, o simplemente por los estudios y alguna amistad en común, el algoritmo haya marcado esa posibilidad... (suspiro) sería extremadamente difícil que fuera otra persona, que fuera un homónimo, sin embargo solo en eso quedó, como el famoso “y si….”. Solo ella dice que te vio hace unos años en Gigante, justo antes de que cambiara su nombre a Soriana, que hasta se regresó para cerciorarse de que fueras tú, más no se atrevió a hablarte y disimuló, hasta dice que lo más seguro es que no la viste. Y muchos más años atrás, otra persona dijo que te había visto en Coyoacán, pero es difícil creerle, lo que es verdad es esa ley extraña de Murphy donde, en una ciudad tan grande te encuentras con quien ni te imaginas, pero nunca te ves con quien más quieres verte… pero luego pienso ¿y qué haría yo? tener el mismo temor y miedo ¿y no hablarte?  Y dejemos al lado el que me hagas caso o que me mandes por un tubo, es ese miedo que se sembró por todo lo malo que sucedió en nuestra separación, tan malo que hoy me trunca los sueños hasta de viajar.
Volví a ver tus cartas y tus fotos con polvo porque le pedí a un amigo que el día que yo no esté, te busque, por lo que necesita no solo tu nombre, si no tu imagen y quiero al menos eso, ese consuelo de que alguien te encontrará y te dirá que, al menos uno de mis respiros cotidianos es un suspiro para ti, porque no te olvidé y siempre te amé. Ojalá y falte muchísimo para eso, pero la vida es una y es terminal, verdad irrefutable en la que no estás tú. Y me faltarán tantas cosas que decirte, tantos sueños que me inventé a tu lado, tantas cosas que expresarte sin hablar y sin escribir, porque los truncaron injustamente por la ignorancia y la prepotencia, por lo que mi alma y mi corazón, están permanentemente rotos, mi libertad coartada y mi ser incompleto. No te digo que vivo en eterna soledad y depresión, no, sería mentira, porque me conoces y conoces lo sociable que soy, que sin gente no puedo estar en paz, sin querer arreglar sus vidas o invitarlos a que me ayuden a reparar la mía. He sido medianamente feliz al día de hoy, no me quejo, aunque si ese pasado no hubiera roto cosas, tal vez hubiera podido crecer más, pues era muy probable, sin embargo, no se puede regresar el tiempo, tan solo seguir adelante, el lapso que la vida tenga marcado para cada quién.
Y quisiera recordar esa fecha, ese día y esa hora en que te dije que iría  cada mes, al parque del Adán en la Plaza Río de Janeiro, pero el sufrimiento de aquellos días me bloqueó la memoria y como tú, “no lo sé, no lo recuerdo”. Entonces cada vez que salgo imagino que llegará un mesero o un niño con un  papelito, como aquella vez en el boliche y sé que tal vez me quedaré en shock por las emociones encontradas, por el no poder, por el temer. Y sigo siendo distraída, no observo a la gente, por lo que si alguna vez estuviste ahí, no te vi, si alguna vez nos cruzamos, no te miré, a pesar de que a veces siento como si tú me sintieras, pero al final agacho la mirada y solo me digo que son ilusiones rotas mías. Y en la playa o en la ciudad, cuando me quedo sola, veo el horizonte y me pregunto dónde estarás.
¿Y qué si te encuentro en Facebook? Nada, esa es la verdad, pues no quiero ver con quién estás, quién goza de tu presencia y de tu amor, quién en ese lugar, deja tanto espacio que llenar, porque lo sé y lo comprobaste, fui capaz de todo por ti, pude hasta haber dado la vida y estuve a nada de que me la quitaran por ti. Por eso sé que aunque pase horas, algunas veces al año buscándote, mirando fotos sin que seas tú, no haría nada, por miedo, por integridad. Porque la única opción sería que tú te presentaras con bandera blanca, con un < ¡perdóname! Nadie más te hará daño >, sin embargo, es un sueño de película esa acción y a pesar de que sueño con que me escribas en messenger, tampoco creo que sucederá, porque solo mi amor es el que fue real, quizás, tal vez…
Ya me queda poca juventud y no sé qué daría por volverte a amar, pero no, no es eso, es que yo, yo no te he dejado de amar… yo… juré amarte siempre y heme aquí amándote y creo que lo haré hasta el final de mis días, porque en efecto, el amor es un símbolo de eternidad.