Siempre he opinado que debería de
haber una campaña para concientizar sobre la vialidad en la ciudad de México, a
partir de que las motos se han convertido en un medio de transporte urbano muy
común, nos vemos en la necesidad de adquirir mayores conocimientos para una
buena convivencia entre ciudadanos a nivel vía pública, esto es, conduciendo
alguno de nuestros vehículos y mientras dichas campañas no existan, pues somos
nosotros quienes debemos difundir este tipo de información para bien común.
Siempre pensamos que somos los
únicos y por ende, los que merecemos tener el paso y la preferencia en toda
ocasión, envueltos en nuestra coraza de cuatro ruedas vamos “aventando lámina”
para que los demás se quiten, creencia que de cambiar en esta gran urbe, nos
ayudaría a todos para una mejor conducción fluida y con mayor seguridad.
Muchos somos automovilistas y no
dejamos de serlo cuando adquirimos una motocicleta, simplemente conducimos un
vehículo más, pero con la gran diferencia en conducción, ya que aunque toma los
fundamentos de una bicicleta, no es lo mismo y debemos aprender a hacerlo bien
y respetando las regulaciones para ello. Regularmente un automovilista que es
motociclista, comprenderá las situaciones diferentes en las que un motociclista
se encuentra, no obstante, un automovilista que no es motociclista y que no
tiene ni la idea vaga de lo que esto representa, se convierte en un peligro
inminente para los conductores de motocicletas, sobre todo, aquellos que
envidiosamente ven pasar con fluidez a una moto en medio del tránsito, o
aquellos que detestan a los motociclistas.
Primero que nada hay que
comprender que un vehículo de cuatro ruedas no frena igual que un vehículo de
dos ruedas, en ello entran factores muy complejos como lo son: inercia, peso,
equilibrio, visibilidad y estabilidad, entre otros. Por lo anterior una
motocicleta no puede frenar igual que un vehículo de cuatro ruedas, si eres
automovilista únicamente debes imaginar cuando de niño conducías un triciclo o
una bicicleta y recordar sus movimientos, si eres ciclista aún en edad mayor, tendrás una idea de lo que a
continuación trataré de explicar brevemente, pero que muchos desconocen.
Cuando frenas en un vehículo de
cuatro ruedas, tienes una suspensión de cuatro ruedas y un armazón llamado
carrocería, que te protege, además de que absorbe una parte de la inercia al
frenar, acelerar o dar vuelta, una motocicleta con dos ruedas, ofrece
únicamente una suspensión de dos ruedas, por lo que el frenado sin una
carrocería, va prácticamente al cuerpo del conductor, ya que este se encuentra
en el centro de dicha carrocería, sus piernas abrazan la misma pero de la
cintura hacia arriba no existe ningún apoyo como en el asiento del automóvil, a
pesar de que se va sujeto al manillar, éste no se deben sujetar con fuerza
excesiva, un buen conductor de motocicleta toma el manillar de una forma
relajada, ya que el mismo representa la conducción de la motocicleta que
proviene en parte, de la llanta delantera junto con su suspensión. Los brazos al
ir relajados, si se cae en algún bache, estos flexionarse para absorber este
impacto con respecto al torso sumándose a la suspensión frontal. Al frenar una
motocicleta, la inercia del frenado inclina el cuerpo hacia delante, lleva la
cabeza igualmente al frente, las piernas intentan abrazar el tanque, para no
salir proyectados de la motocicleta, sin embargo, cuando existe un frenado muy
fuerte, esto será imposible de evitar, sobre todo si existe un impacto en la llanta
delantera, la cual funcionará como un eje que estando inmóvil levantará todo el
cuerpo de la moto, catapultando al conductor. Cuando se frena en un automóvil
con fuerza el cinturón de seguridad evita que la inercia nos proyecte hacia el
parabrisas, la suspensión que tenemos en las dos ruedas delanteras junto con la
carrocería absorberán una parte de la inercia del frenado. De haber un impacto,
por ejemplo de frente, la carrocería absorberá el mismo doblándose y de
formándose. En la mayoría de los casos, la carrocería de un vehículo junto con
el cinturón de seguridad, salvan vidas. En el caso del motociclista estos dos
últimos no existen por lo que el peligro de lesiones o de perdida de vida es
inminente, por lo anterior, se les ruega todos los automovilistas la lectura y
comprensión del presente texto así como la difusión del mismo para salvar
vidas.
Así mismo nos encontramos con
otra problemática: de existir un accidente con lesionados, sobre todo si pierden
la conciencia, los conductores serán detenidos al menos por 48 horas, en el
mejor de los casos, si la persona lesionada está consciente, puede firmar el “otorgar
el perdón”, a la persona que iba conduciendo, sea del mismo vehículo en el que
está viajaba o en el otro, con ello el conductor está en inmediata libertad,
pero, si la persona lesionada no está consciente o falleció, el conductor
estará detenido hasta que se presente un amparo, en el mejor de los casos, o
hasta que se demuestre que no se persigue delito como el de “homicidio
imprudencial”. Todo esto implica tiempo, dinero y el temor de perder la
libertad. Ahora bien, si somos automovilistas tenemos el poder, de decidir si
dejamos pasar o no a un motociclista (aunque también aplica para otros vehículos).
Puede ser que algunos automovilistas satanicen u odien al motociclista, por lo
que siempre, les avientan el automóvil, del taxi, el microbús, el camión,
etcétera. No se ponen a pensar en las consecuencias que puede acarrear un
accidente con una motocicleta, en el peor de los casos como en la imagen
mostrada y, si el impacto resulta en la puerta del conductor, la motocicleta se
convierte en un proyectil de inmensas proporciones que puede matar al conductor
y al ocupante. Si observamos la imagen, del motor del automóvil ofreció
resistencia a la motocicleta, aun así, la motocicleta como proyectil, alcanzó a
hundirse, casi la mitad del automóvil, como mencionamos, si hubiera sido en la
puerta del conductor, se tendrían entonces dos o tres víctimas, que tal vez se
hubiera evitado, al ceder un paso, no importando si el conductor de la
motocicleta merecía o no el paso, no importando si el motociclista conducía
bien, o lo hacía de una manera muy imprudente. Hay que pensar egoístamente como
automovilista, en salvar nuestra vida propia, al evitar un proyectil como una
motocicleta, no sólo por evitar que nos impacte a nosotros mismos o a un
ocupante de nuestro automóvil. Hay que pensar en evitar lo engorroso que resultaría
hablar al seguro, estar detenidos, perder tiempo y quizá nuestra libertad, por
un homicidio imprudencial, porque bien sabemos que a veces los peritos podrían
equivocarse y dictar culpabilidad en nuestra contra. Si somos humanos
simplemente es evitar un accidente y salvar nuestras vidas así como la del
motociclista, insisto no importando si lo merezca o no, si conducía bien o no.
Por lo tanto, si vas en tu
automóvil y ves una motocicleta a toda velocidad queriéndote rebasar, cédele el
paso, si vas a salir de tu cochera mira para cada lado dos veces y retrocede o
avanza con lentitud, pues muchos piensan que el escape de la moto delatara su
presencia, pero el sonido del escape viaja hacia atrás así como está dirigido
el mismo, además de que a una velocidad promedio de 30 o 40 km/hr, el sonido
será difícil de ubicar. Si te encuentras en un crucero igualmente mira dos
veces a cada lado, las motos son delgadas y pequeñas y a veces la vestimenta
del motociclista o el traer sin querer apagada la luz de la misma, las hacen
muy difíciles de ubicar. Si vas a dar vuelta a la derecha o al izquierda,
aunque vayas en el carril derecho o izquierdo correspondiente mente, mira dos
veces tu retrovisor central, tu retrovisor lateral, y de reojo, ya que muchas
motocicletas suelen ir pegadas a la banqueta y cuando tú giras a la derecha o a
la izquierda (sobre todo a la derecha), puedes impactar a una de ellas, ya que
se encuentran en el famoso punto ciego, cabe aconsejar aquí: abran sus espejos
retrovisores laterales, la mejor posición es justo cuando ya no ves tu
vehículo, muchas personas los acomodan de tal forma que ven su propio vehículo,
esto disminuye tu campo de visión, deben de estar ubicados justo donde
desaparece tu vehículo, de esta manera el punto ciego disminuirá y ampliarás el
campo visual. Cuando te estaciones y vayas a bajar de tu vehículo, cuando tu
puerta que da hacia la calle, observa muy bien, primero hazlo en el retrovisor
central, luego en el lateral y cuando abras la puerta no la abras
completamente, abre lo suficiente como para asomarte y asegurarte de que no
viene nadie. Si tu acompañante queda del lado de la calle, ayúdale a bajar e indícale
que observe bien antes de descender de tu vehículo.
Salvemos vidas, bajemos las
probabilidades de accidente y tengamos una mejor conducción todos y en el caso
de los motociclistas, no olvidar el casco y el equipo de seguridad.