Hoy me levanté muy triste, melancólico, porque me di cuenta
que la gente no dimensiona, no tiene idea de lo que las palabras pueden
significar en realidad cuando las pronuncia, no tiene idea que pueden dañar y
pueden destruir o lastimar a alguien y a sí mismos. Justo ahora, tú que estás
leyendo esto, ¿tienes idea de la dimensión de las palabras que estoy
escribiendo? ¿o tan solo lees por curiosidad? ¿o tal vez porque en efecto, algo
llegó a filtrarse en tu zona empática.
Sí, es muy triste la realidad, la gente no la conoce, vive de
mentiras de la verdad disfrazada, al no situar los pies sobre la tierra cuando
se pronuncia una palabra, sin imaginar, ni siquiera pensar en el efecto en que
ésta tendrá en la otra persona, o en los otros y, el peor asunto es el cómo
repercutirá en uno mismo, porque al final, muchas veces las palabras tienen
eco.
Un principio del Bushido, en el Código Samurai dice:
Makoto (sinceridad absoluta): “Cuando un samurái dice
que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá
en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de ‘dar su palabra’. No ha
de ‘prometer’. El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de
hacer. Hablar y hacer son la misma acción”.
¿Cómo es posible, que después de tantos siglos en que esta
noble y certera enseñanza se plasmara en un papiro para ser impartido como un Dogma,
sea hoy lo más irrespetado y quebrantable? La gente se la pasa pronunciando
palabras que no serán y lo hace en cosas muy sencillas, ya ni mencionar las
serias e importantes y, se atreve a no solo “dar su palabra”, sino también a
prometer y jurar que así sucederá:
-¿Nos Vemos mañana?
-Sí claro
En este momento, sería suficiente con creer el “sí” como algo
que se hará, sin necesidad de prometer o jurar, por lo tanto, si tuviéramos en
las venas estos conceptos, solo faltaría acordar la hora, pero, como ya estamos
acostumbrados a la mentira a veces preguntamos:
-¿De verdad?
-Te lo prometo
Y se remata:
-Es más, te juro (o “te doy mi palabra”) de que estaré
ahí a las 3 de la tarde.
Y, al siguiente día, la persona llega tarde hablando de mil
justificaciones, pretextos o más mentiras, situaciones que a la otra persona le
entran por un oído para salirle por el otro. La otra es que se pasa la cita,
claro, en los negocios, solo llegan tarde, pero esto, aunque no lo creas,
sucede todo el tiempo.
La cuestión es muy sencilla y simple, para ser una mejor persona:
NO digas que vas a hacer algo, si no tienes la certeza, es tan fácil decir: “mmm…
es posible que nos veamos, solo déjame ver si me da tiempo, ¿podrías esperar
eso?” de esta manera no juegas con el tiempo de los demás y lo más importante,
no juegas con tu dignidad, porque es aquí, donde nuestras palabras juegan en
nuestra contra y no lo queremos aceptar, porque si no hablas con sinceridad y
llegas tarde o no llegas, la otra persona, no importando si cumple o no con Makoto,
comenzará a hacerse un juicio de ti, de tal manera que te tachará como una
persona que no tiene palabra, que no cumple, que es irresponsable y no solo
impuntual, sino que juega con el tiempo de los demás. Es aquí donde “el pez por
su boca muere”, porque te habrás creado a ti mismo una personalidad nada seria
y nada fiable y, sabemos que la mala propaganda se corre más rápido que hilo de
media y no solo será una persona la que opine mal de ti, sino que serán varias.
Ahora imagínate si es en algo muy importante, en algo
personal, entre amigos, entre familiares o con tu pareja… los resultados son
siempre muy malos. Nunca digas un “te estimo, te quiero o te amo”, si no lo sientes
y, sobre todo, trata de no prometer ni jurar. Cuando la gente te conozca y sepa
que lo que dices lo haces, no habrá necesidad de jurar o prometer. Lo mejor es
que crearás relaciones más fuertes y sinceras de tu parte con esto y, al final,
el chiste es que nunca quede en ti, si no en el otro, pero, si con esto
comienzas a fomentar un efecto de reciprocidad, estarás haciendo algo muy
importante para que tu entorno cambie.
¿La solución? Habla con la verdad, siempre que abras la
boca, intenta que sea con la verdad, no te comprometas a cosas que no puedes o
no quieres hacer. Aquí es donde entra eso de “las mentiras blancas”, tal vez,
ni siquiera sean necesarias, si no quieres ver a la persona y no quieres herir susceptibilidades,
simplemente responde con la verdad, ¿cómo? seguramente si no ves a esa persona,
algo te pondrás a hacer o verás a otra persona, responde con ello: “lo siento,
mañana iré al Gym” y de verdad estarás en el Gym o sino quieres a alguien,
puedes decir que lo estimas si es así y te evitarás mayores conflictos, además
de meterte en camisas de 11 varas.
Sí claro, como puedes ser de las nuevas generaciones, en estos
momentos podrías decir “¿y porqué demonios tengo que decirle lo que voy a hacer
o sincerarme?”, no, no te equivoques, no
tienes porqué decirle lo que harás, pero sí, para tu propia dignidad e integridad,
responde con la verdad que tú elijas, hay un sin número de respuestas: “disculpa,
tengo una cita”, “disculpa, tengo algunas ocupaciones”, o en el otro caso: “disculpa,
pero aún nos estamos conociendo” etcétera, la cuestión es no mentir y ser
honorable, lo que serás cuando eres sincero absolutamente, de tal forma en que
irás sembrando semillas de verdad que cosecharás más adelante, ya que
nadie podrá atacarte por lo contrario.
Grábatelo en la cabeza: no digas nada, que no estés dispuesto
a hacer o cumplir, así de franco, no es necesario mentir, no lo es.
No tengo idea de dónde salió el “engañar a la gente”, los
políticos lo hacen porque ganarán algo que ellos quieren, pero ¿nosotros? no tenemos necesidad de hacerlo, de verdad. Se
consume más energía mintiendo, que, diciendo la verdad, porque la mentira puede
hasta generar uno o una cadena de conflictos, la verdad, no contiene telarañas,
es directa.
Así que trata de hacerlo, practica el decir la verdad todo el
tiempo, recuerda que es mejor ser “omitómano” (la verdad es que me saqué la palabra
de la manga, pero verán porqué;) que ser
mitómano, el primero omite información, el segundo miente. Así
que puedes omitir, sin necesidad de mentir, simple y confirmado que tendrás
muchos menos problemas y conflictos si lo haces.
De la mano del Makoto nos encontramos con:
Chugo (deber y lealtad). “Para el samurái, haber
hecho o dicho ‘algo’, significa que ese ‘algo’ le pertenece. Es responsable de
ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal
a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece
fieramente fiel. Las palabras de un hombre son como sus huellas; pueden
seguirlas donde quiera que él vaya. Cuidado con el camino que sigues”.
Se lee muy confuso, sí, pero como diría Confusio: Ver lo
correcto y no hacerlo es falta de coraje o de principios. Por lo anterior,
vamos a desmenuzarlo para poder hacer lo correcto.
Cuando abres la boca para decir algo, debes estar consciente
de que ese algo lo harás porque te nace, porque tienes palabra, porque eres una
gran persona, por lo que gustes y mandes, pero lo vas a hacer, de tal manera
que esa palabra salió de ti, por ende te pertenece, pero no porque sea así,
puedes hacer lo que quieras con ello, al contrario, porque te pertenece debes
honrar tu palabra, porque si no lo haces, es como escupir hacia arriba
esperando que no te caiga en la cara. Dijimos también que hay consecuencias,
entoces ¿no te gustaría que las consecuencias fueran agradables y positivas?,
entonces ¿porqué dices cosas que son mentiras y prometes y juras cosas que no
vas a cumplir?. Porque tal vez no nos lo
enseñaron, porque tal vez lo olvidamos, porque tal vez fuimos imitando el actuar
de los demás creyendo que estaba bien y no era así. Al final terminamos con una
personalidad que no es propia, que no es nuestra, que no es personal, es de los
demás, así de simple. Cuando aprendemos tenemos el libre albedrío de hacerlo
igual, hacerlo peor, no hacerlo o mejorarlo, ¿pero te pusiste a pensar en ello,
o solo seguiste imitando a la gente? En efecto, lo que debes hacer es detenerte
y ver cómo les fue a los demás cuando mintieron, tal vez se salieron con la
suya, pero tanto tú como los demás dijeron “qué canijo” y tus entrañas te
decían algo que nadie te enseña, ese sentimiento que dice “eso no está bien” y
lo sabes, dentro de ti lo sabes, entonces ¿qué harás? ¿seguirás imitando, lo
harás peor, mejor, lo vas a corregir o no lo vas a hacer? Tú sabes la
respuesta, ya que las personas normales tienen una buena idea de la justicia,
los sociópatas no, por ejemplo, entonces sabes que lo puedes o no hacer o
corregir, de tal manera que para obtener lo que tal o cual persona obtuvo engañando,
tú lo puedes hacer utilizando tu inteligencia para hacerlo bien, de tal forma
que ¿quién es más fregón, aquel que por “astucia” hace las cosas o aquel que
por inteligencia las logra? Evidentemente el inteligente, por lo tanto, ya no
lo olvides y concientiza que si vas a abrir la boca será para decir algo que te
pertenece y que tendrá consecuencias, haz que estas sean positivas.
Ahora bien, en Japón, la mejor forma que tienen para demostrar
amor es el proteger a una persona, cuando alguien dice que te va a proteger, es
la mayor muestra de amor, ¿no concibes la creencia oriental?, está bien, te la
pongo más fácil: ¿qué hacen las mamás con sus hijos?, los protegen y, ¿cuál es
el amor más puro a nivel mundial?, sí, el de la madre, ¿ahora me explico?,
entonces cuando proteges a alguien te sientes con el deber de protegerlo porque
te nace, por ende también te nace la lealtad y nace de tu palabra, por ende es
tuya y es tu responsabilidad, pero ¿qué es la lealtad?, no es propiamente la
fidelidad, ya que la fidelidad tiene un interés único, pero la lealtad
permanece a tu lado, aunque existan más intereses, de tal forma que, cuando
abres la boca para decirle a alguien que le serás leal, si te nace, hazlo, pero
nunca jamás lo hagas porque quieras agradar a alguien, ni demostrarle un cariño
del cual no tienes una idea, ¿a qué me refiero? ser leal implica estar con una
persona, razón o causa, incondicionalmente, aquí es donde la marrana
tuerce el rabo: “incondicionalmente”, caray, otra palabra que la gente no
comprende, significa: que es absoluto y no admite limitaciones ni condiciones;
de tal manera que, si le dices a una persona que le vas a ser leal, es que
estarás con ella, si llueve, tiembla o relampaguea, pero, este dicho lo suele
decir la gente porque es un dicho y suena coloquial y bonito, pero la verdad es
que se decía por lo que implica: “estaré contigo si llueve y nos mojamos,
estaré contigo si tiembla y todo se derrumba, estaré contigo si relampaguea,
que podría implicar que todo alrededor se vea hostil, entonces la realidad y la
verdad es que una persona real se va a quedar contigo a pesar de que todo sea
amargo. ¿Verdad que no es tan fácil?
Cuando una persona llega a un nivel así, con la firme convicción
de sus actos, palabras y lealtad, podrás saber que esa persona vale la pena,
sobre todo porque efectivamente, no te dejará solo si todo tu entorno es
problemático, si todo el mundo que te rodea es ácido, estará ahí porque va a
estar contigo y no solo eso, te va a proteger y te va a ayudar
incondicionalmente y esta palabra es vitalicia y ni siquiera, como dijimos al
principio, existe la necesidad del juramento o promesa de que así será.
La palabra y la lealtad, se han mancillado en estos tiempos,
así que ten cuidado cuando hables, mejor no digas nada que no puedas cumplir, mucho
menos lo prometas o en el peor de los casos, no lo jures porque no lo vas a
cumplir. Ten palabra y sé honorable, porque al final de cuantas, recuerda, como
se dijo con anterioridad, las palabras tienen eco, el significado de esto, ya
lo expliqué y es que repercute ese eco en ti, regularmente regresa a ti y al
final de cuentas es tu integridad, honradez y honorabilidad y recuerda que todo
está basado no solo en ello, sino también en el respeto, en el momento que le
mientes alguien o no le cumples a alguien, no solo le estás faltando al
respeto, sino que te estás faltando al respeto a ti.
El Bushido fue creado para orientar el camino del guerrero,
para básicamente para:
prepara al hombre o
a la mujer para pelear sin perder su dignidad
Por lo tanto, es muy aconsejable que comiences a practicarlo,
porque si bien no estamos en guerras y esperando que no se desate jamás la
WWIII, el bushido te prepara para pelear, no solo en batallas, te prepara para
pelear en la vida, para seguir adelante con dignidad, siempre con dignidad y honorabilidad,
así que sé tú el cambio, que comience en ti, sé tú una de las personas que
comience a cambiar esta melancolía de despertar, después de una noche donde las
personas abren la boca y no cumplen sus palabras y no saben lo que es lealtad, si
lo vamos haciendo y lo vamos heredando, viviremos en un mundo mejor y no es
romanticismo, es verdad, comienza a cambiar tú, yo… yo ya lo estoy haciendo.
Te recomiendo revises “Los 7 principios del Bushido” que te
harán una mejor persona: