miércoles, 15 de enero de 2020

Salir del clóset.


Hombres que se tienen que casar y tener hijos para preservar el apellido y demostrar que son "machitos", si no no son hombres. Mujeres que tienen que casarse con hombres, atenderlos y tener hijos, si no no están realizadas como hembras, tuvieron que renunciar a sus verdaderos amores, porque la sociedad y lo peor del caso, sus propios padres y hermanos se los exigen, causando una infelicidad para todas sus vidas. Al final de cuentas eres tú quien debe decidir con quién estar, con quién acostarte y a quien amar, no será tu familia quien se acueste con esa persona, ni quien esté ahí para ella o él, pero los seres humanos tenemos terror a perder a nuestras familias o que éstas demanden, manden a golpear o hasta matar, al maricón o al marimacho ese, con tal de que su familiar no sea un desviado. Por siglos la familia, sí, esa que lleva tu misma sangre y que debería de amarte, porque el amor es libertad, siempre han sido los que han controlado las vidas de sus familiares y no es justo, eso no es libertad.
Es muy difícil que muchas personas han perdido a su familia, porque surge la frase "estás muerto o muerta para mí" y jamás vuelven a dirigirles la palabra, por ello y porque la sociedad sigue de prepotente, metiéndose en la vida de los demás es porque la gente no sale del clóset y termina casándose y hasta divorciándose, si es posible, porque de por sí las relaciones personales son tan difíciles que si le sumas el casarte con alguien a quien no amas, será la amargura de tu vida.
Cuantos casos conozco, cuantos casos he vivido, donde por la orientación y el estatus de la persona, ésta no cumple los requisitos para que la familia lo o la acepte, pero como ya mencioné ¿quiénes son ellos para decidir a quién le vas a entregar tu cuerpo por el resto de tu vida? ¿quiénes son ellos para decidir a quién debes amar? ¿quiénes  son ellos para decirte a quién vas a apoyar y aguantar cuando llegue gritando porque le fue mal en el trabajo? El título de padres o familiares no les da ningún derecho a que sea así, porque la misma sangre, la familia, es quien te debe amar por mera naturaleza, así que por el contrario, son quienes te deben apoyar y desear por naturaleza misma que tú seas feliz. Por lo anterior, deben comprender que para acostarte con alguien, lo debes desear, debe haber química y lo debes disfrutar, deben saber que para apoyar y aguantar a alguien que llegó del trabajo de muy mal humor, azotando puertas, debes de amarlo o amarla y te debe de amar de regreso, porque serás tú la única persona con quien se pueda desahogar y encontrar no solo un apoyo para ser escuchado o solucionar, si no para calmarte, sabiendo que si eres tú quien pasara por lo mismo, estaría esa persona que, porque le nace está ahí contigo, eso es el amor, la libertad de regresar a estar con alguien porque quieres regresar, no porque te aten las obligaciones o, lo que es lo peor, los hijos o los papeles, no, regresas porque lo necesitas y lo necesitas porque lo amas o la amas, no al revés, la necesidad de amor no es un simple apego, es una unión, una atracción de regresar a un hogar, a una persona con la que te sientes seguro y en paz, eso es amor y es lo que los familiares deben pensar antes de prohibirte nada, porque al final de cuentas es tu vida, pero, si al final ellos no comprenden esa parte y siguen en su forma retrógrada de pensar que no ser heteronormado es una enfermedad y desconocer que la enfermedad es la homofobia, entonces tú, debes de valorar tu vida, ser valiente y abrirte paso para que puedas amar a quien quieras. No te vayas de una familia por ninguna persona o pareja, házlo porque no te aman de verdad, porque solo quieren controlar tu vida y al final del camino, como ya se mencionó, es tu vida y serás tú quien la viva, serás tú quien tenga que fingir cada noche en una cama, o en cada fiesta ante la sociedad. Ellos se quedarán en sus casas y harán lo que les plazca, entonces piensa que, el beneficio será mayor si defiendes tu libertad, a pesar de que los pierdas, la verdad es que son ellos quien te perderán a ti, pero piensa y valora, no hagas infeliz a alguien que no amarás de verdad, aunque lo o la quieras mucho, tampoco los hijos tienen la culpa para vivir divorcios o discusiones, ve a futuro, porque al final eres tú quien se quedará con esa “obligación” con ese “es lo correcto” para el resto de tus días, no serán tus familiares, así que abre las alas y vuela, pidiendo que ojalá y ellos abran los ojos y vean que son los que están equivocados.
Familiares: estamos en una época de información y, el que hoy en día cree que ser otra cosas que heterosexual, está mal, les tengo noticias: son ustedes quienes están completamente equivocados. No se puede ir en contra de la ciencia, la gravedad es la gravedad y si escupes hacia arriba, te caerá a la cara, es innegable, al igual que es natural, ser cualquier cosa, desde heterosexual, hasta transgénero, así que, si amas a tu familiar, déjalo ser libre y no lo condenes a que termine con el amor de su vida o que nunca lo encuentre porque siempre tendrá las puertas cerradas porque así tú se lo impusiste y entonces su felicidad no pueda entrar. Comprende que el amor no reconoce ni género ni estatus… al final de cuentas… ¡deja de meterte en la vidad de los demás y concéntrate en la tuya!



jueves, 9 de enero de 2020


Hoy me levanté muy triste, melancólico, porque me di cuenta que la gente no dimensiona, no tiene idea de lo que las palabras pueden significar en realidad cuando las pronuncia, no tiene idea que pueden dañar y pueden destruir o lastimar a alguien y a sí mismos. Justo ahora, tú que estás leyendo esto, ¿tienes idea de la dimensión de las palabras que estoy escribiendo? ¿o tan solo lees por curiosidad? ¿o tal vez porque en efecto, algo llegó a filtrarse en tu zona empática.

Sí, es muy triste la realidad, la gente no la conoce, vive de mentiras de la verdad disfrazada, al no situar los pies sobre la tierra cuando se pronuncia una palabra, sin imaginar, ni siquiera pensar en el efecto en que ésta tendrá en la otra persona, o en los otros y, el peor asunto es el cómo repercutirá en uno mismo, porque al final, muchas veces las palabras tienen eco.

Un principio del Bushido, en el Código Samurai dice: 


Makoto (sinceridad absoluta): “Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de ‘dar su palabra’. No ha de ‘prometer’. El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción”.
¿Cómo es posible, que después de tantos siglos en que esta noble y certera enseñanza se plasmara en un papiro para ser impartido como un Dogma, sea hoy lo más irrespetado y quebrantable? La gente se la pasa pronunciando palabras que no serán y lo hace en cosas muy sencillas, ya ni mencionar las serias e importantes y, se atreve a no solo “dar su palabra”, sino también a prometer y jurar que así sucederá:
-¿Nos Vemos mañana?
-Sí claro
En este momento, sería suficiente con creer el “sí” como algo que se hará, sin necesidad de prometer o jurar, por lo tanto, si tuviéramos en las venas estos conceptos, solo faltaría acordar la hora, pero, como ya estamos acostumbrados a la mentira a veces preguntamos:
-¿De verdad?
-Te lo prometo
Y se remata:
-Es más, te juro (o “te doy mi palabra”) de que estaré ahí a las 3 de la tarde.
Y, al siguiente día, la persona llega tarde hablando de mil justificaciones, pretextos o más mentiras, situaciones que a la otra persona le entran por un oído para salirle por el otro. La otra es que se pasa la cita, claro, en los negocios, solo llegan tarde, pero esto, aunque no lo creas, sucede todo el tiempo.
La cuestión es muy sencilla y simple, para ser una mejor persona: NO digas que vas a hacer algo, si no tienes la certeza, es tan fácil decir: “mmm… es posible que nos veamos, solo déjame ver si me da tiempo, ¿podrías esperar eso?” de esta manera no juegas con el tiempo de los demás y lo más importante, no juegas con tu dignidad, porque es aquí, donde nuestras palabras juegan en nuestra contra y no lo queremos aceptar, porque si no hablas con sinceridad y llegas tarde o no llegas, la otra persona, no importando si cumple o no con Makoto, comenzará a hacerse un juicio de ti, de tal manera que te tachará como una persona que no tiene palabra, que no cumple, que es irresponsable y no solo impuntual, sino que juega con el tiempo de los demás. Es aquí donde “el pez por su boca muere”, porque te habrás creado a ti mismo una personalidad nada seria y nada fiable y, sabemos que la mala propaganda se corre más rápido que hilo de media y no solo será una persona la que opine mal de ti, sino que serán varias.
Ahora imagínate si es en algo muy importante, en algo personal, entre amigos, entre familiares o con tu pareja… los resultados son siempre muy malos. Nunca digas un “te estimo, te quiero o te amo”, si no lo sientes y, sobre todo, trata de no prometer ni jurar. Cuando la gente te conozca y sepa que lo que dices lo haces, no habrá necesidad de jurar o prometer. Lo mejor es que crearás relaciones más fuertes y sinceras de tu parte con esto y, al final, el chiste es que nunca quede en ti, si no en el otro, pero, si con esto comienzas a fomentar un efecto de reciprocidad, estarás haciendo algo muy importante para que tu entorno cambie.
¿La solución? Habla con la verdad, siempre que abras la boca, intenta que sea con la verdad, no te comprometas a cosas que no puedes o no quieres hacer. Aquí es donde entra eso de “las mentiras blancas”, tal vez, ni siquiera sean necesarias, si no quieres ver a la persona y no quieres herir susceptibilidades, simplemente responde con la verdad, ¿cómo? seguramente si no ves a esa persona, algo te pondrás a hacer o verás a otra persona, responde con ello: “lo siento, mañana iré al Gym” y de verdad estarás en el Gym o sino quieres a alguien, puedes decir que lo estimas si es así y te evitarás mayores conflictos, además de meterte en camisas de 11 varas.
Sí claro, como puedes ser de las nuevas generaciones, en estos momentos podrías decir “¿y porqué demonios tengo que decirle lo que voy a hacer o sincerarme?”,  no, no te equivoques, no tienes porqué decirle lo que harás, pero sí, para tu propia dignidad e integridad, responde con la verdad que tú elijas, hay un sin número de respuestas: “disculpa, tengo una cita”, “disculpa, tengo algunas ocupaciones”, o en el otro caso: “disculpa, pero aún nos estamos conociendo” etcétera, la cuestión es no mentir y ser honorable, lo que serás cuando eres sincero absolutamente, de tal forma en que irás sembrando semillas de verdad que cosecharás más adelante, ya que nadie podrá atacarte por lo contrario.
Grábatelo en la cabeza: no digas nada, que no estés dispuesto a hacer o cumplir, así de franco, no es necesario mentir, no lo es.

No tengo idea de dónde salió el “engañar a la gente”, los políticos lo hacen porque ganarán algo que ellos quieren, pero ¿nosotros?  no tenemos necesidad de hacerlo, de verdad. Se consume más energía mintiendo, que, diciendo la verdad, porque la mentira puede hasta generar uno o una cadena de conflictos, la verdad, no contiene telarañas, es directa.
Así que trata de hacerlo, practica el decir la verdad todo el tiempo, recuerda que es mejor ser “omitómano” (la verdad es que me saqué la palabra de la manga, pero verán porqué;) que  ser mitómano, el primero omite información, el segundo miente. Así que puedes omitir, sin necesidad de mentir, simple y confirmado que tendrás muchos menos problemas y conflictos si lo haces.

De la mano del Makoto nos encontramos con:


Chugo (deber y lealtad). “Para el samurái, haber hecho o dicho ‘algo’, significa que ese ‘algo’ le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Las palabras de un hombre son como sus huellas; pueden seguirlas donde quiera que él vaya. Cuidado con el camino que sigues”.
Se lee muy confuso, sí, pero como diría Confusio: Ver lo correcto y no hacerlo es falta de coraje o de principios. Por lo anterior, vamos a desmenuzarlo para poder hacer lo correcto.
Cuando abres la boca para decir algo, debes estar consciente de que ese algo lo harás porque te nace, porque tienes palabra, porque eres una gran persona, por lo que gustes y mandes, pero lo vas a hacer, de tal manera que esa palabra salió de ti, por ende te pertenece, pero no porque sea así, puedes hacer lo que quieras con ello, al contrario, porque te pertenece debes honrar tu palabra, porque si no lo haces, es como escupir hacia arriba esperando que no te caiga en la cara. Dijimos también que hay consecuencias, entoces ¿no te gustaría que las consecuencias fueran agradables y positivas?, entonces ¿porqué dices cosas que son mentiras y prometes y juras cosas que no vas a cumplir?.  Porque tal vez no nos lo enseñaron, porque tal vez lo olvidamos, porque tal vez fuimos imitando el actuar de los demás creyendo que estaba bien y no era así. Al final terminamos con una personalidad que no es propia, que no es nuestra, que no es personal, es de los demás, así de simple. Cuando aprendemos tenemos el libre albedrío de hacerlo igual, hacerlo peor, no hacerlo o mejorarlo, ¿pero te pusiste a pensar en ello, o solo seguiste imitando a la gente? En efecto, lo que debes hacer es detenerte y ver cómo les fue a los demás cuando mintieron, tal vez se salieron con la suya, pero tanto tú como los demás dijeron “qué canijo” y tus entrañas te decían algo que nadie te enseña, ese sentimiento que dice “eso no está bien” y lo sabes, dentro de ti lo sabes, entonces ¿qué harás? ¿seguirás imitando, lo harás peor, mejor, lo vas a corregir o no lo vas a hacer? Tú sabes la respuesta, ya que las personas normales tienen una buena idea de la justicia, los sociópatas no, por ejemplo, entonces sabes que lo puedes o no hacer o corregir, de tal manera que para obtener lo que tal o cual persona obtuvo engañando, tú lo puedes hacer utilizando tu inteligencia para hacerlo bien, de tal forma que ¿quién es más fregón, aquel que por “astucia” hace las cosas o aquel que por inteligencia las logra? Evidentemente el inteligente, por lo tanto, ya no lo olvides y concientiza que si vas a abrir la boca será para decir algo que te pertenece y que tendrá consecuencias, haz que estas sean positivas.
Ahora bien, en Japón, la mejor forma que tienen para demostrar amor es el proteger a una persona, cuando alguien dice que te va a proteger, es la mayor muestra de amor, ¿no concibes la creencia oriental?, está bien, te la pongo más fácil: ¿qué hacen las mamás con sus hijos?, los protegen y, ¿cuál es el amor más puro a nivel mundial?, sí, el de la madre, ¿ahora me explico?, entonces cuando proteges a alguien te sientes con el deber de protegerlo porque te nace, por ende también te nace la lealtad y nace de tu palabra, por ende es tuya y es tu responsabilidad, pero ¿qué es la lealtad?, no es propiamente la fidelidad, ya que la fidelidad tiene un interés único, pero la lealtad permanece a tu lado, aunque existan más intereses, de tal forma que, cuando abres la boca para decirle a alguien que le serás leal, si te nace, hazlo, pero nunca jamás lo hagas porque quieras agradar a alguien, ni demostrarle un cariño del cual no tienes una idea, ¿a qué me refiero? ser leal implica estar con una persona, razón o causa, incondicionalmente, aquí es donde la marrana tuerce el rabo: “incondicionalmente”, caray, otra palabra que la gente no comprende, significa: que es absoluto y no admite limitaciones ni condiciones; de tal manera que, si le dices a una persona que le vas a ser leal, es que estarás con ella, si llueve, tiembla o relampaguea, pero, este dicho lo suele decir la gente porque es un dicho y suena coloquial y bonito, pero la verdad es que se decía por lo que implica: “estaré contigo si llueve y nos mojamos, estaré contigo si tiembla y todo se derrumba, estaré contigo si relampaguea, que podría implicar que todo alrededor se vea hostil, entonces la realidad y la verdad es que una persona real se va a quedar contigo a pesar de que todo sea amargo. ¿Verdad que no es tan fácil?
Cuando una persona llega a un nivel así, con la firme convicción de sus actos, palabras y lealtad, podrás saber que esa persona vale la pena, sobre todo porque efectivamente, no te dejará solo si todo tu entorno es problemático, si todo el mundo que te rodea es ácido, estará ahí porque va a estar contigo y no solo eso, te va a proteger y te va a ayudar incondicionalmente y esta palabra es vitalicia y ni siquiera, como dijimos al principio, existe la necesidad del juramento o promesa de que así será.
La palabra y la lealtad, se han mancillado en estos tiempos, así que ten cuidado cuando hables, mejor no digas nada que no puedas cumplir, mucho menos lo prometas o en el peor de los casos, no lo jures porque no lo vas a cumplir. Ten palabra y sé honorable, porque al final de cuantas, recuerda, como se dijo con anterioridad, las palabras tienen eco, el significado de esto, ya lo expliqué y es que repercute ese eco en ti, regularmente regresa a ti y al final de cuentas es tu integridad, honradez y honorabilidad y recuerda que todo está basado no solo en ello, sino también en el respeto, en el momento que le mientes alguien o no le cumples a alguien, no solo le estás faltando al respeto, sino que te estás faltando al respeto a ti.

El Bushido fue creado para orientar el camino del guerrero, para básicamente para:

prepara al hombre o a la mujer para pelear sin perder su dignidad

Por lo tanto, es muy aconsejable que comiences a practicarlo, porque si bien no estamos en guerras y esperando que no se desate jamás la WWIII, el bushido te prepara para pelear, no solo en batallas, te prepara para pelear en la vida, para seguir adelante con dignidad, siempre con dignidad y honorabilidad, así que sé tú el cambio, que comience en ti, sé tú una de las personas que comience a cambiar esta melancolía de despertar, después de una noche donde las personas abren la boca y no cumplen sus palabras y no saben lo que es lealtad, si lo vamos haciendo y lo vamos heredando, viviremos en un mundo mejor y no es romanticismo, es verdad, comienza a cambiar tú, yo… yo ya lo estoy haciendo.

Te recomiendo revises “Los 7 principios del Bushido” que te harán una mejor persona: