jueves, 21 de mayo de 2020

"A pelo"


 

Muchas veces creo que no voy a salir, muchas veces he estado en el hoyo tocando fondo, con la tristeza a un lado y la soledad de compañera por mi auto confinamiento, rodeado de dolor por un fracaso, por una pérdida, por frustración… y me lo he aventado “a pelo”.

Hace décadas que recuerdo la última ocasión: una copa en mi mano, la otra recargada al estéreo poniendo canciones de dolor, mientras miro hacia el suelo, tratando de anestesiar una amarga navidad con un añejo, al siguiente día, la resaca que solo me acentuaba el problema, con un dolor de cabeza y náuseas… con ello, prometí no volver a beber así, ni mucho menos perder la razón o el recuerdo, pues odio estar fuera de mis cabales, ya que, de Milli Vanilli “Blame it on the rain” terminé con un compacto de Juan Gabriel, del cual ni recuerdo la canción, no supe como fue, pero preferí que fuera a solas, sin dar penas ajenas, ni andar vomitando en la calle, como solo una vez me sucedió, pues no solía beber ni tantas veces ni tanto, por lo que solo recuerdo 2 borracheras fuertes, que fueron esas que menciono, en las otras ocasiones, siempre me medí, pero, a partir de esa última navidad, supe y me di cuenta, de que no tiene caso tomar, solo es para llamar la atención, llamar la atención de una forma ten precaria y denigrante…

Pero en mal de amores, fracasos o pérdidas, cualquiera, en tus 5 sentidos, que se diga ser tu amigo, se sentará a escucharte, pero si estás borracho o drogado, solo te oirán y rara vez te escucharán, además de que en ese estado, la forma de comunicación es nefasta y ridícula y lo que memos queremos, contradictoriamente, es dejar una mala impresión en los demás, pero nos empeñamos en seguirlo haciendo.

Yo no volví a beber así y no es que sea abstemia, pero hasta mis amigos me hacen burla porque bromeo con que voy a pedir una copa, o con que estuve borracha, me conocen bien y saben que es muy raro que salga del rompope de macadamia o el xtabentú, que solo pruebo como un aperitivo un par de veces al año, eso, no me quita el ser a veces el centro de atracción, la persona alegre que hace bromas y disfruta de hacer reír a los demás, no necesito ninguna sustancia que me gobierne, porque para eso, me gobierno yo, mal que bien, no me gusta estar a los pies de una sustancia que haga que mi vida se destruya y mi economía se vuelva de números rojos, no, yo no soy esclava de algo así, así que piénsalo tú también, no, no necesitas ninguna sustancia de esas para vivir.

Sí, también he creído que no voy a salir y que moriré ahí, en mi rincón, sin querer ver a nadie, decidiendo si me corto las venas o “me las dejo largas”. Esos momentos de crisis y ansiedad, los he pasado “a pelo” porque hoy en día ya ni vapeo, sí, el cigarro electrónico me quitó el vicio del cigarro común y ya voy por 5 años de haberlo dejado, así que… ni siquiera eso uso para pasar el trago amargo, por lo que me lo aviento “a pelo”, sin ningún estupefaciente, cigarro ni alcohol que altere más, mi sistema nervioso, sé bien que no los necesito, porque es suficiente con el problema que pueda estar viviendo.

Y qué creen, les tengo noticias: ¡Sí se puede! No les puedo asegurar que siempre se va a poder, porque cuando yo ya no esté, es que perdí una batalla, la última en la cual la muerte tenía tan certera su victoria que me dio una vida de ventaja… y la pasé “a pelo”, exprimiéndole, a medida de lo posible, lo mejor a la vida y pasando mis desatinos, como yo pueda y a mi manera.

Pero sí se puede hacerlo, porque no necesitas llamar la atención ni tomando, ni drogándote, ni fumando, ¡no es necesario! ¡no es indispensable!, además de que, cuando pases ese transe, tendrás una mayor conciencia y recordarás mejor la experiencia y la experiencia, siempre es invaluable.

Como ya mencioné, quienes te quieren se sentarán a escucharte con atención, dando sus opiniones y consejos, simplemente piensa y razona: ¿qué es más serio? ¿una charla en tu casa con una taza de café o té, llorando en confianza con tu familiar o amigo? ¿o un antro donde te pierdas de alcohol y/o drogas, donde tus amigos solo dicen “seeee, seeee, seee”?, porque también andan alcoholizados y querían irse a divertir y tú saliste con tu batea de babas al externar tu fracaso, abandono, pérdida o mal de amores, echándoles a perder la velada.

Entonces aterrízalo: no es necesario que te metas nada para vivir tu duelo, tu transición, tu resurgimiento, porque en algún momento, algo cambia, te vuelve a llamar tu amor, te ofrecen otro trabajo, o simplemente pasa el luto, o se te ocurrió hacer otra cosa después de un gran fracaso o como mínimo, simplemente decidiste fingir que estás bien hasta que lo logres “fake it, ‘till you make it” y algo…      tal vez el instinto de supervivencia, te hará resiliencia y saldrás de tu obscuro rincón, aunque ésta haya sido solo mental; a veces saldrás como ave fénix, pero otras, mínimamente: ¡saldrás! Y los días pasarán y estarás en otra etapa, porque así es la vida hasta que terminen nuestros días y te darás cuenta de que no necesitaste caer tan bajo como para necesitar una sustancia, no, ¡no la necesitas!

Así que “amigue”, no necesitas nada para vivir tu caída, vívela “a pelo”, concientízate de ella, porque si buscas el alcohol y/o drogas y/o fumar, te echarás a cuesta un problema más, que es una adicción y, al final, un gasto más que te pudo dar para comprar un auto, una moto, un reloj, qué sé yo, algo que te produzca un mejor placer, una mejor calidad de vida y que no sea momentáneo, por ello, aviéntatelo “a pelo”, es la mejor opción y con ella, evolucionas y creces.

No necesitas meterle más drama a la vida, porque de por sí, la vida misma, ¡ya es un drama! Observa como cada día, cada fin de semana, “a pelo”, sigue teniendo un valor significativo, simplemente porque ¡es tu vida, es irrepetible y es única!

Así que, no solo yo he podido, tú puedes hacerlo, porque no solo yo podré, tú podrás hacerlo, hasta ese último día en que decidamos guardar la espada, bajar las manos y por fin: descansar en paz.

(Los jinetes, cuando montan un caballo sin espuelas, sin montura, sin cuerdas, se llama que se montan "a pelo" porque no hay nada más de lo que te puedas asir que de su pelo para agarrarte y dirigirlo)