jueves, 23 de diciembre de 2010

Eclipse Lunar

¡Hermoso el espectáculo natural de esta semana!
En el eclipse pasado me encontraba en cama, pero alguien me levantó para ver la luna “partida”, me dijo “allá está tu abuelita”, sí, había fallecido ese día en la mañana y debido a la calentura no pude asistir a su funeral que fue en un estado vecino.
Lluvia de estrellas tapadas por el smog y las nubes, solo las pude medio ver durante un viaje a Acapulco a través de las ventanas del autobús y los eclipses eclipsados por los mismos motivos. Cuando mi sis me anunció el evento, le contesté renuente “no se va a ver, siempre está nublado”, más por esta vez el clima me permitió observar una luna blanca llena casi postrada en el Zenith por las 12:15 am, momento en donde apenas se percibía una sombra del lado derecho de la luna parándose del frente al norte, después a la 1:30 am, la terraza ya no tenía el baño de luz acostumbrado nocturno, ya era tenue , pues la mitad de la luna se mostraba oculta, más en esta vez no era un color tan obscuro, era un color rojizo, naranja del reflejo de la luz del sol y el espacio contenido en sus compuestos. Sacamos las cámaras y tomamos algunas fotos amateurs, claro mi sis haciendo uso de sus artilugios, encontrando el zoom para lograr una toma más real con la cybershot, después con la handycam que ha sacrificado su zoom para postrar un HD, en fin, tomas para solo comprobar que estuvimos en vivo y ahí para atestiguarlo:

No, no es verdad, esta foto profesional fue tweeteada por @MyGalleryPhoto pero muestra la magnificencia de las 2:15 am, donde en el D.F., nuestros ojos se llenaron de esta maravillosa proyección natural, donde pudimos percibir a la luna casi tangible, el color le hacía ver como nunca, no se veía tan plana, se veía con volumen, parecía pegada en el techo, casi como si pudieras tomarla, a vista natural parece tan pequeña, más piensas en que realmente es un satélite. En estos momentos se lanza un pensamiento que más de uno concibió en el mismo instante: “que pequeños somos” y qué maravillosamente incierto es el universo, piensas en la vida, en la muerte, en los límites, en los no límites, en el infinito, en el más allá, no como una vida, sino como sistemas vecinos y no vecinos a nuestro hogar llamado sistema solar, en la vida y no vida, tal cual como un hoyo negro y piensas en tu sistema llamado cuerpo, en tu propio universo, concibiendo a millones de personas que observan al mismo tiempo que tú, este fenómeno, llenándose tal vez, de energía, haciendo rituales, o simplemente aumentando el número de incidencias en el cierre de un obturador. Para lo que sea, pero te encuentras de pié, acostado, sentado, pero mirando en la misma dirección que muchos, disfrutando lo intangible e incontrolable en la magnificencia pura del universo. Pediremos tal vez un deseo, nos llenaremos de energía, recordaremos tal vez a alguien, tendremos miedo o renacerán esperanzas, lloráremos o reiremos ante la madre Luna, o simplemente observaremos en silencio, lo que es verdad es que por más que mires, por más que observes y quieras grabártelo en memoria, no hay nada como vivirlo en carne propia y en ese momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario