10/01/2025

¡Qué triste es mi historia! Cap. 2

     No tenemos ni la más remota idea del daño y heridas que podemos causarle a una persona que nos ama cuando nosotros miramos hacia otros lados, no cuidamos nuestras relaciones, no trabajamos en nosotros mismos, no tenemos inteligencia y responsabilidad emocional y no comprendemos las etapas de la pareja o las desconocemos.

No sabemos cuánto daño podemos causar cuando decimos “te amo mucho pero ya no como pareja”, lo dejas en una nota y lo mandas a decir como para consolar a la persona, pero al final solo la sigues destruyendo más, puesto que la persona te ama y te quiere como pareja.

Nos convertimos en villanos culpables de la historia, pero eso sí: inimputables, esto es, sin castigo alguno, ya que la vida es tan injusta que no hay punitivismo para estas acciones, por ende, siguen sucediendo y repitiéndose, como lo vimos hace 15 años en los otros posts de este blogg. Porque todas las personas tienen el “derecho” de cambiar su vida a pesar de, al ejercerlo, dañen a alguien irreparablemente y con esto, hasta se incremente la base de datos de los suicidios. Los psicólogos y terapeutas, en su mayoría, te dirán que tú no tienes responsabilidad alguna en que otra persona se quite la vida, no obstante, dicta una frase, “tú eres responsable de lo que haces para que otra persona sienta algo por ti”, por lo anterior, si bien no es tu culpa, sí puede ser tu responsabilidad.

Por todo lo anterior, no enamores nunca a nadie de quien tú no vas a enamorar, porque debes de tener responsabilidad afectiva, en la que tú enamoras a alguien y luego se te pasa y la dejas tirada con años de relación, proyectos de vida, ilusiones a futuro, etcétera. Así que cuando inicies una relación habla todo lo posible y no prometas nada por conquistar, así es, prometemos muchas cosas “para toda la vida” y esas promesas y juramentos los rompemos todo el tiempo, así que no jures ni prometas ni no eres una persona que te conozcas tan bien, que seas equilibrado y sepas que esa promesa la vas a cumplir. Cuando todos comencemos a aprender esto desde secundaria, cuando exista una materia que nos enseñe inteligencia emocional y responsabilidad afectiva, va a ser cuando las relaciones no sean tan dañinas ni tóxicas. Pero estamos en un mundo en donde nos absorbe el celular y nos bloqueamos emocionalmente, sí, existe el bloqueo emocional, donde no sientes, no expresas y eso está muy complicado y fuerte. Esto se debe de trabajar con un buen terapeuta, no una persona a la que le pagues y te diga lo que quieres oír, por ello debes de ir cambiando de psicólogos, terapeutas, tanatólogos o hasta psiquiatras hasta que encuentres al que sí funcione y con el cual veas verdaderos cambios hacia una evolución humana enriquecedora, justa y amorosa, pues es lo único que vale la pena en esta vida humana.

                 La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y responder adecuadamente a las de los demás.

                 La responsabilidad afectiva es la capacidad de ser consciente de cómo nuestras acciones impactan a los demás.


 Las etapas de una relación de pareja son fases que se caracterizan por cambios y transformaciones en la dinámica de la relación. Cada etapa tiene sus propios desafíos, características y aprendizajes. 

Algunas de las etapas de una relación de pareja son:

  • Enamoramiento: La fase inicial de la relación, donde se idealiza a la pareja y se siente una gran atracción. 
  • Intimidad: La fase en la que se profundiza el vínculo y se consolida la relación. 
  • Compromiso: La fase en la que se desarrolla la lealtad y el crecimiento mutuo. 
  • Madurez: La fase en la que se alcanza un vínculo emocional sólido y profundo. 

Las etapas de una relación de pareja no son lineales ni rígidas, y pueden variar en duración e intensidad. 

Es importante reconocer que las fluctuaciones y los cambios son parte natural de una relación. Aceptar la existencia de estas etapas puede ayudar a las parejas a fortalecer su conexión.

                 Con lo anterior que hemos expuesto y aprendido, debemos de comprender e intentar no dañar a alguien que hemos amado nunca, no convertirnos en villanos y comprender que la pareja tiene etapas.

El consejo de siempre ha sido: disfruta la vida, vive, cuídate bien y diviértete para que, cuando ya quieras sentar cabeza no digas “no he vivido ‘x’ o ‘y’ situación” que no puedes ni debes vivir cuando ya tienes pareja. Una vez recorrido ese aprendizaje y esas vivencias, debes prepararte para tener una pareja que se convertirá en tu compañerx de vida ¿qué significa esto? Que esa persona atravesará junto a ti todas esas etapas de la pareja y al final casi no tendrán sexo, puede ser que sí, pero la mayoría experimenta un distanciamiento en su frecuencia e intensidad, por ello se dice que tu pareja es tu compañero de vida para el resto de tus días, con quien charlar, caminar, ver la tele y compartir la vida con sus vivencias.

Muchas personas creen que cuando se va apagando la llama de la pasión, deben buscar a alguien nuevo para reavivarla y sí, van a sentir lo nuevo, pero también se va a apagar un día, por ello es tan importante vivir esto antes de tener una pareja fija, para que cuando ya tengas a alguien formal y fijo, así te pasen a toda una pasarela, tú sepas, creas y sientas solo amor por una persona a la que vas a respetar el resto de tus días. Solo así se tiene la posibilidad de tener una vida digna y amorosa, sin dañar a nadie.

Hemos escuchado historias muy fuertes, como la de una chica que con 25 años de relación y amando a su marido, éste se fue con otra mujer nueva, dejando esposa e hijos, dañando todo el futuro y estabilidad de la que eligió como su mujer por no elegir bien, por no pensar bien y por no decir que NO a lo “nuevo” que siempre va a representar un riesgo porque es muy tentador, pero cuando comparas lo nuevo con un amor maduro, no vale la pena perder ese amor por algo nuevo donde vas a volver a comenzar y si tienes suerte pues ahí es, pero las estadísticas dicen que la mayoría de casos fracasan.

Así que con todo esto en mente, volvamos a meternos en el personaje de nuestra “persona en cuestión” y leamos juntos como si fura su historia para aprender y comprender estos transes tan fuertes y dolorosos, aconsejando siempre, que se busque ayuda profesional, ante circunstancias similares y, como opinión muy personal, sin recurrir a ninguna sustancia aún siendo recetada por un profesional de la salud, pues eso marca un punto de no retorno para la mayoría. Como en un post anterior de este blogg “A pelo”, que refiere montar un caballo sin silla ni cuerdas ni herrajes, es la analogía para atravesar estas horribles circunstancias sin alcohol ni sustancias, ni medicinas que causen adicciones y un problema adicional muy delicado.

Leamos entonces como acordamos desde el primer capítulo de esta serie, tratando de empatizar y pensando y creyendo que somos nosotros mismos, tanto para no caer en estas situaciones, como para valorar o, si estas en similitud de circunstancias que te sirva de alguna manera, para llorar, desahogarte o ver algo que no has visto para salir de esto. Nosotros esperamos que se logre salir de esto, aunque lo vemos complicado.

 

«Viernes 3 de enero. Hoy no solo vaciaste una tercera parte del departamento, también vaciaste la mitad de mi vida, dejaste las paredes rayadas y pintadas, paredes que debo reparar de las áreas comunes, si todo fuera como eso, sería tan fácil, pero es más complicado de lo que parece o se lee.

Cuando te conocí, me estaba reconstruyendo y siendo yo para mí, venía de otro engaño y me habían vuelto a dejar, caray, estúpida psicología, cuando das todo, a pesar de tus errores, cuando das todo y entregas todo tu amor, dedicación y presencia, te dejan porque lo tienen todo en la mesa, todo servido en charola de plata, entonces no hay adrenalina, no hay ese “luchar por la persona”, por que ya la tienen y por ello, se van con lo nuevo de inmediato y sobre todo cuando las edades son jóvenes. De ahí me fui a terapia, me sentía morir y lloraba mi decepción. En 4 semanas estaba muy triste, pero haciendo mi vida, me estaba conformando como individuo, estructurando para darlo todo en una nueva oportunidad. Aprendí a vivir con mi soledad y a hacer mis cosas solx como tanto nos dicen los terapeutas. Alistando mi vida para tener a esx compañerx de vida y poder darle lo mejor de mí. Así, reapareciste en mi vida después de poco más de un año de habernos conocido y me dijiste “si estás guapx no estás fex” yo te dije “gracias por la flor, mañana vengo por la maceta”, y esto fue como un augurio.

 Hoy me revientas en la cabeza esa maceta, con increíble crueldad dejaste una nota en la que decías “Nunca te he dejado de amar y lo seguiré haciendo, pero como pareja ya no, ese es el único tema. Sánate por favor”, como un consuelo de saber que aún me amas, pero que ya no me quieres como pareja, las lágrimas, el coraje, la decepción de la vida me amargaron el alma y así estoy hasta hoy.

No puedo creer que me digas que ya no me quieres como pareja cuando todo lo hicimos fue como pareja, a pesar de nuestros errores. Con esto, entro a la etapa del “si hubiera”, una etapa de culpabilidad en donde el ser humano pendejo entiende tooooodo lo que pudo haber hecho de su parte para que la relación funcionara, pero la estúpida psicología imperfecta humana nos hace actuar como eso, como pendejos, no hay otra palabra, para que después nos arrepintamos de todo lo que pudimos haber hecho para no perder a la persona amada y que nos siguiera amando como persona y como pareja. Pero tú, no, no lo entiendes, tu alma, tu corazón tu pensamiento están cerrados, obtusos a la idea de ser pareja y luchar por ella por todos los años compartidos y porque te enamoraste de mi esencia, esencia que sigue ahí y que te dije que podría volver a sacar a relucir para ti, porque juramos amarnos toda la vida, porque juramos que, si no sentíamos amor, íbamos a hacer todo lo posible porque hasta con terapia volviéramos a sentirlo. Soltaste mi mano diciendo “pero también te dije que si ya no sentía amor te lo iba a decir, ya no lo siento”, te respondí que entonces íbamos a luchar juntxs porque lo habíamos jurado, pero tú, empoderadx por alguien o algo, simplemente soltaste mi mano y no quisiste luchar, solo dijiste que ya le habíamos dado todas las oportunidades a esta relación y no. Cuando fuimos a terapia lo hicimos con una amistad, fue negligente de todos hacerlo y solo fue para que nos separara, solo tú y yo pudimos volvernos a juntar y fui yo quien siempre te busqué porque siempre estuve convencidx de que eres tú elle compañerx de mi vida, aún lo creo…

Pero hoy vaciaste mi vida, no pude estar, no debía estar para ver cómo te ibas y porque mi iba a tirar a tus piernas a rogarte que no me dejaras, no importándome humillación alguna y me aconsejaron que te empacara tu ropa, lo hice con una nota en cada bolsa clamando piedad porque no te fueras, hoy me arrepiento de ayudarte a irte, no debí mover un músculo para ayudarte a irte y menos en esa “terquedad” que se nota que tienes porque ni a 15 días me habías celado porque me habían bailado y te habías puesto a bailar slam con una mirada de ojos de fuego que solo percibí hace 5 años cuando yo tuve el mayor error.

 

Y le dijiste a la casera que no sabías si te ibas a llevar tus cosas, ella te contestó que entonces para qué el camión de mudanza. Esto solo me hace castillos negros horribles en el pensamiento, creyendo que si yo hubiera estado, no te hubieras ido, que aún tenías dudas. Mi sobrina me dijo que le dijiste “pensé que estaría para hablar”, otra cosa que solo me crea ilusiones atroces que me rompen más hiriéndome “¿había una oportunidad?”, pero sé que dices cosas a lo “Borras”, entonces me quedo con el nudo en la garganta, el vacío en el estómago y este dolor de pecho que me hace llorar, llorar y llorar, lo que, a ti, te vale a pesar de que me ames (aunque sea como persona) ¡Qué cruel!

 

2018, la relación se había enfriado a pesar de cosas médicas y trabajo te dije que aún te deseaba, que aún quería tus besos y tú permaneciste calladx como siempre, le dijiste a mi sobrina que yo no escucho, pero tú no hablas y como lo dijo tu ex “no somos adivinos”, esto y el que no seas empáticx, son tus bemoles que debes trabajar para ti mismx. Entonces pasaron los últimos meses de ese año con un trato normal pero distanciado entre ambxs. La vida traicionera me presentó una llamada en la que me coquetearon y me levantaron el ego… lo nuevo, siempre lo nuevo nos trae la etapa de la conquista en donde te suben el ego, te hacen sentir como la mejor y más guapa persona, a pesar de la distancia, pues era por redes, se gestó una fantasía que notaste y celaste, entonces… ¡por fin! ¿me amas o no?, me preguntaba en mis adentros. Esa vez fuimos a Querétaro, te pedí tiempo y luchaste por el mejor cuarto, comida y hasta una frazada café, me habías defendido de tu familia y era todo lo que quería, pero la vida me había presentado algo más y no te creía que habías cambiado ¡QUÉ PENDEJX FUI”, te lastimé, ahí debí buscarte por que te fuiste a caminar y a llorar, debí haberte buscado hasta debajo de las piedras para traerte a nuestra cama, abrazarte, hacerte el amor y negar cualquier conato de otra relación! ¡La cagué! ¡Lo sé!. Hoy me duele y me lacera el alma ese momento que nos ofrecía el hablar, el poder solucionar nuestras cosas y vi que me amabas y luchabas por mí, pero nunca hablaste, por más que yo quería hablar y se volvía un monólogo, no hablaste. Después de varias discusiones te dije, “ok, si me amas, ya me lo dijiste, ya lo entendí, dame tiempo, solo un par de días para arreglar las cosas y seguir juntxas”, no pasó ni un día. Fui a resolver el asunto y cuando regresé, habías sacado todas tus cosas y me habías bloqueado. No me diste tiempo, aún estábamos a tiempo ¡carajo! ¡qué desperdicio!. Así pasaron varios meses, logré contactarte, fuimos a terapia y ahí me volviste a dejar, seguramente porque te puse el buscapiés de “abrir la pareja” y tú no quisiste eso, yo, estúpidamente quería que me dijeras “te quiero solo para mí”, pero te volviste a callar y la psicóloga dijo lo que tú no me dijiste que te querías ir y te fuiste. Me volviste a dejar y sí, acepto que yo pude haber hecho más, ahí pasaron cosas con la otra persona, pero nunca dejé de pensar en tu dolor, en ti, en resolver el problema, nunca dejé de saber que todo estaba mal, que no era correcto, que me fui de mis preceptos, que los olvidé y erré como pendejo ser humano que soy. Me fui a una fantasía que solo era eso. Y la comparativa que siempre existe me decía que una vida amorosa, con calidad, como pareja, era contigo, por ello volví a buscarte para volver. Lo logré y en ese trance te dije que lo otro se consumiría solo, pero que yo estaba ya para ti y solo para ti. Creo que no lo creíste. Eso nuevo pasó muy rápido de etapas y desafortunadamente era una persona clasista y materialista. Aunque me di cuenta a tiempo, tú te fuiste antes y perdimos varios meses alejadxs unx del otrx.

Pero regresamos, regresé y luché por ti porque siempre supe que, para mí, eras elle compañerx de mi vida. Nunca creí que te marcharías, eras mi base y mi eje a pesar de tantas cosas que no supe hacer pero que eran solo de sentarnos a hablar con amor para resolver. Aún hoy todas las personas con las que he hablado concluyen lo mismo: nuestros problemas no eran suficiente razón para terminar una relación tan fuerte. Sí, hoy dices que de tu lado ya no me amas como pareja y es tan cruel escuchar que la persona por la que vives y respiras, primero te dijo que ya no te amaba, ahora te dice que sí, pero no como pareja, pero es amor… resulta muy confuso y sé que aunque tengas la idea firme del “no como pareja”, sé que hay duda y confusión, solo que siempre has sido muy tajante, inamovible en tus decisiones a pesar de que pierdas más de que ganes y todo esto y lo que deriva de ello es lo que me tiene tan triste y tan mal.

El sábado 21 y el viernes 27 de diciembre hice todo por que te quedaras, te ofrecí todo porque yo sabía bien que si te ibas, te llevarías mi vida. Hoy no solo siento como si me fuera a morir, hoy me quiero realmente morir. No le veo el caso a la vida, no quiero terapias, no me quiero reconstruir como lo hice antes. Todos los recuerdos se agolpan en mi mente, todo lo eres tú, un viaje, una comida, un reloj, unos zapatos, un amanecer, un tener fríos los pies. 15 años de vivencias que me daban motivos de vivir.

 

Antes de irte estaba atravesando trastornos de ansiedad, un par de veces en que te diste cuenta que no podía dormir, me acariciaste la espalda, me calmaste y me hiciste dormir, eras tú quien me mantenía con vida y con ganas, eras tú quien me calmaba, a quien siempre quería ver. En mi ansiedad se atravesaban imaginaciones funestas, en donde un accidente me hace llamarte y despedirme de ti, porque siempre fuiste tú.

 

Con tu partida mi decepción de la vida, ya no quiero buscarme a mí mismx, ya no quiero salir por mí, ya no le veo sentido a la vida. Me hubiera gustado morir en tus brazos sabiendo que me amas y me hubiera ido en paz. Ahora soy una alma que va a vagar amarga por la eternidad, porque no se pudo cumplir mi plan de vida, mi sueño de terminar mis días al lado de la persona que amo y que me ame.

 

Dices que estás en terapia, se nota que tu terapeuta en vez de ayudarnos a arreglar la pareja te convenció de que ya no me amas como pareja, obvio, le pagas para que te diga lo que quieres oír y no lo mejor que se puede hacer como ser humano, por las promesas y juramentos, por humanidad de la dignidad de los 15 años.  Si no estás en terapia, entonces es alguien más… No puedo olvidar cómo una semana antes de todo esto, llegaste llorando muy fuerte, hasta te dije “te terminaron” (porque me vi reflejadx en ti y por la posibilidad de esa otra persona de Cancún o qué sé yo) y tú solo llorabas muy fuerte y me decías “no tengo nada”, “no es nada”, aunque al final me dijiste que era por salud, por miedo, te dije que estaba para ti, que no estabas solx.

¿Trabajando en ti? Ningún terapeuta te va a decir que digas que me amas pero no como pareja, porque saben muy bien el daño tan fuerte que radica en esta declaración y no la van a recomendar. Si lo hizo, te aconsejo que busques a alguien más, porque eso no se hace, por el contrario, te aconsejan no decir nada ya.

Debes trabajar en ti, pues nunca me perdonaste lo que pasó, nunca lo viste como yo lo vi, te victimizaste en vez de decir “yo también tuve culpa porque le hice creer que no le amaba”, si yo hubiera sabido que me amabas y si hubiéramos estado bien, no hubiera jamás respondido a esa prueba con un sí, simplemente hubiera respondido “gracias pero soy papa casada”, una cruel prueba que me puso la vida y de la cual me arrepiento tanto…

Debes trabajar al menos en 3 cosas:

1.       Que seas empáticx, nunca lo has sido y te custa trabajo, tienes una muy vaga idea de lo que sienten los demás, no te pones en su lugar para sentir tristeza o enojo, simplemente lo ves por fuera y no tienes tacto para decir las cosas, porque no sientes esa empatía.

2.       Tienes bloqueo emocional. Muchas veces respondías fríamente a actos que deberían ponerte muy feliz, o muy triste. Solo lloraste con la película “Up” que te recordó a tus abuelos, te aconsejo que busques en ese sentimiento el desbloquear todos tus sentimientos y solo mostrárselos a quienes los aprecien, atesoren y cuiden, porque no son para cualquiera.

3.       “No somos adivinos”. ¡Qué razón tenía tu ex cuando dijo esa frase! Te quejas de que no escucho, pero tú no hablas, debes hablar, así como platicas de tu día a día en el cual te puedes soltar horas, debes hablar de los problemas, de tus necesidades, de lo que no te pareció y, sobre todo de lo que sientes, claro, después de trabajar el bloqueo emocional que hoy tienes.

Estas son las cosas principales que tienes y que causan problemas con tu familia, entorno y que también causaron

que no lucharas por nuestra relación y dejaras que se perdieran 15 años y una persona que se queda amándote con su vida, decepcionadx de la misma y sin ganas de vivir y en busca de no despertar más…»



No hay comentarios:

Publicar un comentario