Lo que no debes de decirle a quien le rompieron el corazón.
Psicólogos, tanatólogos,
terapeutas, expertos y, las personas que se encuentran en esa álgida etapa
coinciden en muchas de las frases que no debes decirle a tu ser querido para no
herirlo más, recuerda, si no ayuda, mejor solo escucha. Primero que nada, debes
de pensar en la forma de ser de esa persona y conocerla para saber qué tan
sensible es y cómo le gusta que le traten y así saber qué decirle o mejor optar
por solo escuchar y estar ahí para esa persona. La mejor ayuda es no dejar de
estar, aunque te hartes, porque el proceso puede ser de días, hasta meses y, si
es tu ser querido, es cuando le vas a demostrar que estás ahí para esa persona,
así te cuente lo mismo más de 500 veces.
Las frases de a continuación son
una guía, no obstante, recuerda que cada cabeza es un mundo y el otro, es OTRA
persona, no eres tú y por ello puede ser que lo que para ti funcione, para esa
persona no, sobre todo si fue la persona a la que dejaron y se quedó amando a
la que se marchó.
1. ¡Échale ganas! Esta frase encabeza la lista porque es la
peor que puedes decirle, ponte a pensar ¿tú crees que tiene ganas de “echarle
ganas”, regularmente es un NO rotundo, sobre todo cuando las cosas están muy
frescas, así que en vez de eso trata simplemente de escuchar y decirle que
estás ahí para esa persona.
2. “No va a regresar” ¿Es
en serio? ¿Quieres ayudarle o echarle más sal a la herida? Si bien no sabemos
qué depara el futuro, no le hieras más con esa frase, aunque sepas que no va a
regresar, no se lo digas. No porque te portes duro con esa persona, va a salir
más del bache y por el contrario te tomará resentimiento porque le estás
hiriendo. Así que bórrate esa frase de la cabeza y no te metas en camisa de
once varas porque vas a dañar tu relación con esa persona. Lo que menos quiere
escuchar es lo que más teme. Si bien no le vas a crear ilusiones, mejor abrázale
para que se desahogue llorando.
3. “Ya déjale ir” “Ya suéltale” No
puedo más que reír de ironía cuando la gente dice esta frase evocando el famoso
“desapego”. A ver, es ilógico que le digas que le deje ir ¡si ya se fue! ¡ya no
hay nada que detener! ¡no hay grilletes ni pistolas que estén obligando a la
persona que se fue, a quedarse! Por lo tanto ¡no se la digas! es irónico
e ilógico. Sí, a lo que se llega a referir la gente, es a que la persona debe
de soltar a la otra y la dura verdad es que nunca la va a soltar, siempre va a
estar el trauma del abandono, siempre va a estar ese recuerdo de que se fue.
Las personas no sueltan, verdaderamente no sueltan, lo que hacen es dejar de pensar
en lo sucedido y pareciera que pensando cada vez menos en lo que ocurrió van
soltando, pero la verdad es que, si esa persona les abandonó, eso quiere decir
que quien soltó la mano de tu ser querido fue quien se marchó, por ende ya no
hay nada que soltar y por esto es que no funciona esa frase. Cuando fallece
alguien, no lo olvidamos y puede ser que cada día le lloremos menos, pero habrá
personas y/o situaciones en las que después de 20 años alguien, al contar que
falleció, se suelte a llorar casi como si fuera el día de su funeral, porque
algo o alguien detonó el recuerdo. Así que la realidad es que no soltamos o dejamos
ir, lo que realmente sucede es que tratamos de no pensar en ello porque siempre
va a doler, pero lo que hacemos es anestesiarlo con el no pensar en ello, en los
recuerdos y en la persona y, aunque muchos dicen que no les duele igual y es verdad,
a quienes dicen que “ya no les duele” han logrado ya no pensar en ello, pero
ahí adentro está ese recuerdo y ese sentimiento, comprobado por la ciencia,
simplemente nos protegemos al tratar de “olvidar” que más bien es “no pensar en
ello”.
4. “Olvídale” No
son enchiladas, como decimos en mi pueblo. Esto es primo hermano del “ya suéltale”.
La realidad es que cuando se trata de sentimientos, de tristeza, es muy difícil
de controlarlos porque son reales, es igual que el amor, a una persona
verdaderamente enamorada, no hay forma en que se le pueda hacer que no piense
en su amante. Como son sentimientos reales y como dependen de cada persona, no
se pueden ocultar, no se pueden evitar, por eso lloras hasta con la que te
vende las tortillas porque recuerdas que iban junt@s a comprarlas, es muy
difícil evitar esas lágrimas, por eso optamos por escondernos, encerrarnos,
evitar reuniones, para llorar a solas, para golpear las paredes, gritar con la
almohada en la cara y desear no volver a respirar jamás y que con ese último
aliento se vaya el dolor. Por lo anterior, no le digas que le olvide, al final
de cuentas y al pasar el tiempo, la persona podrá jamás olvidarle o lograr no
pensarle tanto, recuerda que es quien se quedó amando al otro y por ello es más
difícil. La persona que se va, regularmente es porque tiene juguetito nuevo y
todas sus emociones están en otro lado y su falta de hormonas del amor no la
tiene, porque alguien más se las da. Pero la persona abandonada tiene toda la abstinencia
de la que ya hablamos en el capítulo anterior y por ende, tiene toda la
tristeza a cuestas.
5. “Ya párate” “Ya haz algo” y “Deja de llorar” Son frases que no ayudan en
nada, sobre todo la última. Hemos visto series, películas, en donde las
personas se encierran a ver películas, a tragar helado como desesperados o por
el contrario a no comer nada y dejarse morir. Algunas pocas personas lograrán
ya no estar, pero para quienes se tienen que quedar por su familia o amigos o
por lo que sea, tendrán que salir en algún momento. Si quieres que esa persona
no pierda el trabajo o se quede en la ruina, solo tienes que alentarle con amor
a salir, insistirle con calma y ternura, pero no con las frases anteriores ni
ninguna similar. Es bien difícil entrar a la cabeza de una persona herida,
triste y que solo quiere que le regresen su vida anterior. No encuentra nada de
motivación, ni en los amigos, familiares ni cosas qué hacer y eso no quiere decir
que no tengan un valor, cada persona tiene un valor para esa persona, pero en
este transe no lo piensa, no lo disfruta, no lo ríe, solo quiere llorar y el
que le digas que no llore es cerrarle las puertas al desahogo. En llamadas o en
persona solo se le puede recordar con minucioso cuidado que tiene un trabajo,
hablarle muy suave para insistir en que debe ir a trabajar. Es mejor decirle: “me
queda claro que no quieres ni tienes ganas ni fuerzas para salir de tu cama,
pero es algo que debe ocurrir, hazlo aún sin ganas porque es algo que se debe
atender, trata de ir aún sin ganas, trata de salir, yo te acompaño en el
teléfono o en persona, me has demostrado que es difícil y que es duro, pero simplemente
hay qué hacerlo, vamos, te acompaño”, sin imponer órdenes ni regaños, solo
insistir, insistir e insistir. Porque al final de cuantas la mayoría se para y
va en “automático” a cumplir con sus obligaciones, pero desde la empatía en la
que comprendemos que no quiere salir ni a la sala y en que está triste, debemos
acompañarle y no soltarle, porque si se queda sol@, es peligroso para su salud
y vida. Si bien hay que dar espacios, también hay que estar al pendiente.
6. “Lo que no era para ti…” Nuevamente
es echarle limón a la herida, estas frases lejos de dar consuelo hacen que la
persona quiera llorar más y más ante la dura realidad, por ende, no se la digas,
sobre todo porque tal vez si era para esa persona, pero la verdad es que ya no
lo sabemos porque no está y porque no se sabe que pueda suceder igual y jamás
regresa, pero ¿y si sí?.
7. “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional” Muchos te dirán esta
frase en la que te explican que si te pican con una aguja te va a doler y eso
es inevitable, pero que el sufrir por el piquete más de una semana es opcional.
(Suspiro) Ay, la verdad es que en las cuestiones emocionales, no puedes controlar
nada. Nuestra persona en cuestión lleva 54 días llorando y no ha podido tomar
la opción de no hacerlo, de no sufrir. No puede pararse y decir “hoy no voy a
sufrir”, es algo tremendamente difícil, porque el sentir es inevitable. Y
regresamos a la verdad que es tratar de no pensar, ocuparse y no pensar y
ocuparse y así… Habrá personas que te digan que sí lo lograron, que es
opcional, pero la realidad es que cada quién es diferente y hay personas a las
que se les “resbalan” las cosas mucho más fácil y más rápido que a otras, pero
cuando es mucho el amor y muchos los años que se sostuvo una relación es más
difícil aún.
8. “El tiempo lo cura todo” Podemos
regresar a la historia anterior de esta persona en cuestión, hace 15 años
también le rompieron el corazón y el tiempo no lo curó, simplemente se deja de
pensar en ello y se crea una cicatriz, pero ahí está la herida debajo de esa cicatriz.
Lo más duro es cuando es más tiempo y más amor, entonces no es que el tiempo lo
cure todo, es que mientras avanza el tiempo las personas van realizando
diversas actividades para dejar de pensar, pero hay relaciones que nunca, que
jamás tendrán una cura. Piensa en algo del pasado que aún te duela ¿verdad que
existe? cuando te pones a recordar es cuando sale esa herida, aunque ya la
hayas superado, por lo tanto, no, el tiempo no lo cura todo.
Podríamos escribir muchas más frases, pero espero que con esto te quede claro que, lo que tienes qué hacer para ayudar a tu ser querido, es más bien escucharlo y estar ahí para esa persona, aunque sea por teléfono. Es mejor escuchar que decirle frases que solo le van a lastimar. Tan solo piensa en frases parecidas a las que listamos y esas son las que no deberás decir. Recuerda observar a la persona, cuidarla, porque no sabes cuando ese dolor puede ser peligroso.
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