En busca de ser un mejor ser, sin daños a terceros (los demás) ni a segundos (tu pareja), y si es posible ni a ti mismo, a través de una vida cotidiana y loca a su vez.
Lo que no debes de decirle a
quien le rompieron el corazón.
¿Tienes un familiar o ser querido
a quien le rompieron el corazón y se quedó amando a esa persona? ¿qué debes de
decirle o no cuando está en esta dura etapa?
Psicólogos, tanatólogos,
terapeutas, expertos y, las personas que se encuentran en esa álgida etapa
coinciden en muchas de las frases que no debes decirle a tu ser querido para no
herirlo más, recuerda, si no ayuda, mejor solo escucha. Primero que nada, debes
de pensar en la forma de ser de esa persona y conocerla para saber qué tan
sensible es y cómo le gusta que le traten y así saber qué decirle o mejor optar
por solo escuchar y estar ahí para esa persona. La mejor ayuda es no dejar de
estar, aunque te hartes, porque el proceso puede ser de días, hasta meses y, si
es tu ser querido, es cuando le vas a demostrar que estás ahí para esa persona,
así te cuente lo mismo más de 500 veces.
Las frases de a continuación son
una guía, no obstante, recuerda que cada cabeza es un mundo y el otro, es OTRA
persona, no eres tú y por ello puede ser que lo que para ti funcione, para esa
persona no, sobre todo si fue la persona a la que dejaron y se quedó amando a
la que se marchó.
1. ¡Échale ganas!Esta frase encabeza la lista porque es la
peor que puedes decirle, ponte a pensar ¿tú crees que tiene ganas de “echarle
ganas”, regularmente es un NO rotundo, sobre todo cuando las cosas están muy
frescas, así que en vez de eso trata simplemente de escuchar y decirle que
estás ahí para esa persona.
2.“No va a regresar”¿Es
en serio? ¿Quieres ayudarle o echarle más sal a la herida? Si bien no sabemos
qué depara el futuro, no le hieras más con esa frase, aunque sepas que no va a
regresar, no se lo digas. No porque te portes duro con esa persona, va a salir
más del bache y por el contrario te tomará resentimiento porque le estás
hiriendo. Así que bórrate esa frase de la cabeza y no te metas en camisa de
once varas porque vas a dañar tu relación con esa persona. Lo que menos quiere
escuchar es lo que más teme. Si bien no le vas a crear ilusiones, mejor abrázale
para que se desahogue llorando.
3. “Ya déjale ir” “Ya suéltale”No
puedo más que reír de ironía cuando la gente dice esta frase evocando el famoso
“desapego”. A ver, es ilógico que le digas que le deje ir ¡si ya se fue! ¡ya no
hay nada que detener! ¡no hay grilletes ni pistolas que estén obligando a la
persona que se fue, a quedarse! Por lo tanto ¡no se la digas! es irónico
e ilógico. Sí, a lo que se llega a referir la gente, es a que la persona debe
de soltar a la otra y la dura verdad es que nunca la va a soltar, siempre va a
estar el trauma del abandono, siempre va a estar ese recuerdo de que se fue.
Las personas no sueltan, verdaderamente no sueltan, lo que hacen es dejar de pensar
en lo sucedido y pareciera que pensando cada vez menos en lo que ocurrió van
soltando, pero la verdad es que, si esa persona les abandonó, eso quiere decir
que quien soltó la mano de tu ser querido fue quien se marchó, por ende ya no
hay nada que soltar y por esto es que no funciona esa frase. Cuando fallece
alguien, no lo olvidamos y puede ser que cada día le lloremos menos, pero habrá
personas y/o situaciones en las que después de 20 años alguien, al contar que
falleció, se suelte a llorar casi como si fuera el día de su funeral, porque
algo o alguien detonó el recuerdo. Así que la realidad es que no soltamos o dejamos
ir, lo que realmente sucede es que tratamos de no pensar en ello porque siempre
va a doler, pero lo que hacemos es anestesiarlo con el no pensar en ello, en los
recuerdos y en la persona y, aunque muchos dicen que no les duele igual y es verdad,
a quienes dicen que “ya no les duele” han logrado ya no pensar en ello, pero
ahí adentro está ese recuerdo y ese sentimiento, comprobado por la ciencia,
simplemente nos protegemos al tratar de “olvidar” que más bien es “no pensar en
ello”.
4. “Olvídale”No
son enchiladas, como decimos en mi pueblo. Esto es primo hermano del “ya suéltale”.
La realidad es que cuando se trata de sentimientos, de tristeza, es muy difícil
de controlarlos porque son reales, es igual que el amor, a una persona
verdaderamente enamorada, no hay forma en que se le pueda hacer que no piense
en su amante. Como son sentimientos reales y como dependen de cada persona, no
se pueden ocultar, no se pueden evitar, por eso lloras hasta con la que te
vende las tortillas porque recuerdas que iban junt@s a comprarlas, es muy
difícil evitar esas lágrimas, por eso optamos por escondernos, encerrarnos,
evitar reuniones, para llorar a solas, para golpear las paredes, gritar con la
almohada en la cara y desear no volver a respirar jamás y que con ese último
aliento se vaya el dolor. Por lo anterior, no le digas que le olvide, al final
de cuentas y al pasar el tiempo, la persona podrá jamás olvidarle o lograr no
pensarle tanto, recuerda que es quien se quedó amando al otro y por ello es más
difícil. La persona que se va, regularmente es porque tiene juguetito nuevo y
todas sus emociones están en otro lado y su falta de hormonas del amor no la
tiene, porque alguien más se las da. Pero la persona abandonada tiene toda la abstinencia
de la que ya hablamos en el capítulo anterior y por ende, tiene toda la
tristeza a cuestas.
5. “Ya párate” “Ya haz algo” y “Deja de llorar”Son frases que no ayudan en
nada, sobre todo la última. Hemos visto series, películas, en donde las
personas se encierran a ver películas, a tragar helado como desesperados o por
el contrario a no comer nada y dejarse morir. Algunas pocas personas lograrán
ya no estar, pero para quienes se tienen que quedar por su familia o amigos o
por lo que sea, tendrán que salir en algún momento. Si quieres que esa persona
no pierda el trabajo o se quede en la ruina, solo tienes que alentarle con amor
a salir, insistirle con calma y ternura, pero no con las frases anteriores ni
ninguna similar. Es bien difícil entrar a la cabeza de una persona herida,
triste y que solo quiere que le regresen su vida anterior. No encuentra nada de
motivación, ni en los amigos, familiares ni cosas qué hacer y eso no quiere decir
que no tengan un valor, cada persona tiene un valor para esa persona, pero en
este transe no lo piensa, no lo disfruta, no lo ríe, solo quiere llorar y el
que le digas que no llore es cerrarle las puertas al desahogo. En llamadas o en
persona solo se le puede recordar con minucioso cuidado que tiene un trabajo,
hablarle muy suave para insistir en que debe ir a trabajar. Es mejor decirle: “me
queda claro que no quieres ni tienes ganas ni fuerzas para salir de tu cama,
pero es algo que debe ocurrir, hazlo aún sin ganas porque es algo que se debe
atender, trata de ir aún sin ganas, trata de salir, yo te acompaño en el
teléfono o en persona, me has demostrado que es difícil y que es duro, pero simplemente
hay qué hacerlo, vamos, te acompaño”, sin imponer órdenes ni regaños, solo
insistir, insistir e insistir. Porque al final de cuantas la mayoría se para y
va en “automático” a cumplir con sus obligaciones, pero desde la empatía en la
que comprendemos que no quiere salir ni a la sala y en que está triste, debemos
acompañarle y no soltarle, porque si se queda sol@, es peligroso para su salud
y vida. Si bien hay que dar espacios, también hay que estar al pendiente.
6. “Lo que no era para ti…”Nuevamente
es echarle limón a la herida, estas frases lejos de dar consuelo hacen que la
persona quiera llorar más y más ante la dura realidad, por ende, no se la digas,
sobre todo porque tal vez si era para esa persona, pero la verdad es que ya no
lo sabemos porque no está y porque no se sabe que pueda suceder igual y jamás
regresa, pero ¿y si sí?.
7. “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”Muchos te dirán esta
frase en la que te explican que si te pican con una aguja te va a doler y eso
es inevitable, pero que el sufrir por el piquete más de una semana es opcional.
(Suspiro) Ay, la verdad es que en las cuestiones emocionales, no puedes controlar
nada. Nuestra persona en cuestión lleva 54 días llorando y no ha podido tomar
la opción de no hacerlo, de no sufrir. No puede pararse y decir “hoy no voy a
sufrir”, es algo tremendamente difícil, porque el sentir es inevitable. Y
regresamos a la verdad que es tratar de no pensar, ocuparse y no pensar y
ocuparse y así… Habrá personas que te digan que sí lo lograron, que es
opcional, pero la realidad es que cada quién es diferente y hay personas a las
que se les “resbalan” las cosas mucho más fácil y más rápido que a otras, pero
cuando es mucho el amor y muchos los años que se sostuvo una relación es más
difícil aún.
8. “El tiempo lo cura todo”Podemos
regresar a la historia anterior de esta persona en cuestión, hace 15 años
también le rompieron el corazón y el tiempo no lo curó, simplemente se deja de
pensar en ello y se crea una cicatriz, pero ahí está la herida debajo de esa cicatriz.
Lo más duro es cuando es más tiempo y más amor, entonces no es que el tiempo lo
cure todo, es que mientras avanza el tiempo las personas van realizando
diversas actividades para dejar de pensar, pero hay relaciones que nunca, que
jamás tendrán una cura. Piensa en algo del pasado que aún te duela ¿verdad que
existe? cuando te pones a recordar es cuando sale esa herida, aunque ya la
hayas superado, por lo tanto, no, el tiempo no lo cura todo.
Podríamos escribir muchas más
frases, pero espero que con esto te quede claro que, lo que tienes qué hacer
para ayudar a tu ser querido, es más bien
escucharlo y estar ahí para esa persona, aunque sea por teléfono. Es mejor
escuchar que decirle frases que solo le van a lastimar. Tan solo piensa en
frases parecidas a las que listamos y esas son las que no deberás decir.
Recuerda observar a la persona, cuidarla, porque no sabes cuando ese dolor puede
ser peligroso.
Como ya hemos
mencionado, la mayoría de gente no expresa lo que realmente está
experimentando, se esconde y trata de no hablar del tema, por miedo al qué
dirán o porque así nos han enseñado. Pero… ¿qué sucede en el día a día?. El
presente texto es para concientizar a la gente, para que busquen terapia, para
que no hagan promesas que no cumplirán, para que no se conviertan en los malos
de la película, al hacer uno de los más fuertes daños que puede existir en esta
vida tan extraña y dura. Así que, con el corazón en la mano, con la neurona
espejo activada, pongámonos en el papel de nuestra persona en cuestión:
Suena el
teléfono, una llamada, una notificación que te despierta, o simplemente te vas
despertando. Si bien te va, no le has soñado y has soñado cosas raras, en mi caso,
casi siempre. No sueño a colores, rara es la vez que veo luz, son más que nada
siluetas en algo parecido a una noche casi sin luz. Si es el teléfono el de la
culpa, me pone de malas, lo silencio, a menos que sea imperante el contestar.
Pero es muy difícil abrir los ojos, están pegados por las legañas debido al
llanto, mientras voy quitándomelas con cuidado con los dedos, el sistema “bootea”,
como en las computadoras que se van cargando los programas y el sistema va
despertando, así las personas, en unos minutos vas recordando en dónde estás, cuándo
estás y en qué momento de tu vida. El pecho que estaba dormido se va vaciando
nuevamente para albergar ese dolor que oprime el estómago y pronuncias
finalmente su nombre y comienzas a llorar, pero ahora son primero los sollozos
y después van saliendo las lágrimas, es raro cómo ha cambiado esto, aunque a veces
solo siento las lágrimas caer, es más de gemir con dolor y después saldrán las
lágrimas. Aquí es donde tengo que contenerme, porque el sentimiento se puede
transformar en ira para golpear las paredes y romper cosas o en desesperación
de salir corriendo hasta dejar de existir. si bien me va, mis puños se
aprietan, golpeo la cama y la pared, el dolor se desvía hacia los nudillos y me
levanto ¡ah cómo cuesta levantarse! ¿para qué? ¿para quién? ya no tiene caso.
La boca seca y el día vacío, ya
no brilla ni por el sol que se ve entrar por la ventana. Es ruda esta
abstinencia de fenitelamina y oxitocina, las hormonas del amor; de la dopamina,
hormona de la recompensa y de las endorfinas, hormonas de la felicidad,
altamente adictivas y que esa persona me daba a diario. 40 días ya sin su presencia,
sin recargar la batería ni drogarme con su caniño, nada me hace feliz. Solo era
esa persona la que lo hacía, la que me daba razones para vivir.
Toda la gente me dice que ya me
pare, que ya salga y que haga algo por mí, que no va a regresar y que me
resigne, echándole más limón a la herida y en vez de pararme a golpes, más me
hundo en este abismo negro. Se repiten las frase “tú puedes, tú naciste sol@ y te
vas a morir sol@, hazlo por ti y para ti, hay un mundo afuera”, frases que no
me incentivan para nada a seguir. Y la única solución la tiene esa persona, la
única persona que te puede sacar de esta crisis, la misma que te metió en este
agujero de abandono y desesperación, pero no quiere… y te dicen “no le puedes
obligar, no le vas a tener a fuerza, déjale ir”, jajaja, frases que solo duelen
porque está de más decirlas, por favor, no se las digan a sus seres queridos
porque no ayuda en nada y solo duele más. ¡Sabemos perfectamente que no quiere,
si no, no se hubiera ido! ¡Sabemos que no le podemos tener a fuerza, que no le
podemos obligar, lo sabemos bien! Pero también sabemos que lo que más queríamos
es que hubiera querido quedarse a luchar y no haberse dejado influenciar, le
calentaron la cabeza, se veía desde un satélite, debió quedarse a luchar a
decir un “si no vamos a terapia vamos a terminar”, no solo decir que ya no
quería e irse, aunque se veía amor en sus ojos, aunque había amor de mi parte y
aunque era injusto para la relación no luchar cuando ambas personas se amaban.
Lo que pasó es que una persona no perdonó con sinceridad y la otra siguió por
un camino de espinas y con miedos y ansiedades.
Es entonces
cuando te das cuenta de que entras en la etapa del “hubiera”, esa etapa que
entró en mí desde ese 21 de diciembre y que cada vez me ha hecho pensar en
todos mis errores y en que necesitaba un golpe muy fuerte para valorar lo que
tenía, para corregir lo que erraba, para volver a ser yo, auténticamente yo y
no esa persona tan mal versada. No, no se equivoquen, mi amor era genuino, mi
lealtad le pertenecía completamente. Desde que me perdonó, juré no volver a
caer en tentaciones y en amarle con todo mi ser, pero no supe leerle, no supe
ver tantas cosas que hice y que no debí dejar pasar y valorar, ¡carajo! valorar
todo lo que se esforzaba por trabajar, por superarse y lograr una mejor vida
para amb@s, por tener un mejor futuro junt@s, se lo dijo a alguien y hoy lloro
horriblemente por no haberlo valorado completamente. No quiero dar a entender
cosas que no son, sí le valoraba mucho, pero debí comenzar de cero, en papel
blanco y no lo hice, así como no haber valorado todos sus esfuerzos y lo mucho
que trabajaba, aunque llegaba y le daba de cenar, le tendía su cama para que
llegara a descansar y no entendí que era tanto el cansancio que por eso no
podía más que dormir. Debí abrazarle a mi pecho y consentirle por todo su
esfuerzo como una manera de agradecimiento, por apoyarme en mi etapa tan estéril
de problemas económicos. Qué pendej@ fui al no abrir los ojos completamente,
solo los entre abría y debí valorar con todo mi ser todo lo que hizo, con sus
defectos y sus virtudes.
Y por otro
lado mi peor erro por el cual me arrepiento tanto, de verdad que cómo me
gustaría no haber contestado esa llamada, de verdad que cómo me gustaría haber
tenido los … bien puestos y solo decir gracias y no abrir conexión. Y aunque le
dije que arreglaría las cosas cuando comenzó a agarrar su ropa para dejarme,
porque entonces vi que sí me amaba, no debí haberme ido, debí hablar claramente
lo que sucedía y quedarme a su lado a resolver junt@s, pero estúpida persona
imperfecta que soy, me dejé llevar creyendo que no me amaba, me dejé llevar cuando,
a pesar de todo debí decir no. Le pedí tiempo y solo eran horas, cuando llegué
ya se había ido.
Hoy sé que ese
fue el parte aguas, esa llamada que debí de haber controlado, que debí
simplemente esquivar, fue lo que provocó una serie de acciones que se
convirtieron en una bola de nieve para esa persona que pensaba que no le era leal
ni fiel. Todo por no hablar. Por eso sigo en el hubiera, aprendiendo a valorar,
a corregir, pero como es un “hubiera” ya no tiene caso el saber en qué erré.
Sé que debí de
decirle y demostrarle a diario que era mi vida, mi más grande motivo, mi más
grande amor y dejé muchos detalles, muchos mimos, muchas acciones sin hacer, sin
corregir. Me volví intolerante a cosas que no tenían porqué ser motivos de
discusión, como el tema de los departamentos, yo no podía con ello, sentía en
mis adentros como si me fuera a abandonar y solo estaba viendo por su futuro y
así cosas que no debí hacer o decir. Tolerar más a su familia, al fin y al cabo
todas las familias son lo mismo, darles el avión mientras no hubiera acciones
directas, todo lo demás lo debí dejar pasar. Pero sobre todo, haber puesto su
huella en mi celular, que supiera la clave de mi computadora para haberle
restaurado, a través de los años, un poco de confianza en mí. Hubiera, hubiera,
hubiera. ¡Y se lo merecía, con todo y lo terc@ que es, con todo y sus defectos
humanos, porque también me amaba, porque luchaba a su manera por mí.
Hubiera,
hubiera, hubiera. Pero en esos huecos que dejé por mis errores, fue por donde se
coló alguien más, nada puedo asegurar, ya no quise averiguar, pero así es
siempre, dicen que no hay nadie, pero lo hay y fue mi culpa por crear esos
huecos que debieron estar llenos de amor. Sí, no lo puedo asegurar, pero es lo
más probable, que esa persona le haya dado fenitelamina, oxitocina, dopamina y endorfinas,
calentándole la cabeza y diciéndole que me dejara por todo lo que le había yo
hecho, así como alguna vez me calentaron la cabeza para ponerle límites con
respecto a su familia, pero que lo dejé pasar porque yo no quería ya pelear.
Me tardé
mucho. Hasta este año comencé muy lento mis cambios. Los traía en mi cabeza,
pero la ansiedad y depresión por los años de mi madre y por el miedo a ser feliz
cuando lo tenía todo, me hizo no moverme de un lugar que yo creía que era
seguro a pesar de que sabía que algo no estaba bien. Y cada vez que le pedía
que fuéramos mejores, cada vez que discutía por ello, porque de eso se trataban
más nuestras peleas, se quedaba callad@, tal vez porque ya estaba en ese otro
canal y a pesar de que ese sábado 21 me dijo “pero yo sí te amo”, me quedé
paralizad@, debí aprovechar sentarme con elle y pulir de una vez por todas todos
mis errores abriendo mi corazón y la verdad. Pero se fue ya no confiando en mí,
creyendo que yo tenía ojos para más personas, cuando yo solo tenía interés en solo
en elle, lo sé por esa vez que bailó slam con coraje, después de que me
bailaron a mí. Debí sacarle a bailar, debí abrazarle y tenerle a mi lado en las
fotos, debí hacer todo lo que en mis manos estuviera para cerrar esos huecos de
duda, de inestabilidad, de sentirse insuficiente, para que nadie más entrara y
para que supiera que era lo más amado para mí.
Debí… debí…
debí….
Hoy, a 40 días
de su partida y 46 de que me dijo “y si yo ya no quiero”, ha sido un día lleno
de lágrimas, desde la mañana hasta ahora, como si me lo hubiera dicho ayer.
Y como human@
estúpida, a diario ruego por un milagro, un milagro en el que ella regrese a
mí, porque sé que nadie le va a amar tanto como yo le amo y le amaré por siempre.
Para ti, la
siguiente canción. La letra es de Ada Silva MR y la música y voz de Suno AI, “40
días”.
Hace varias décadas conocí a una chica que vivía por el
oriente, a donde fuimos algunas veces. Una de esas ocasiones pasamos por una
calle habitual donde vivía una conocida de ella, de la colonia, en su casa
había un moño negro y en el balcón del primer piso, se veían varias veladoras,
ella solo dijo “¿qué habrá pasado?” y la fuimos a dejar a su casa. La siguiente
vez que la vi, le pregunté al respecto, me contó una historia real muy triste,
me dijo: “¿conoces la canción de Vico C, “Recuerdo” ?, le dije que sí, me dijo:
“Pues así le sucedió a esa chica, es muy triste, mira, ella conoció a su novio en
la universidad, fueron almas gemelas y era una relación muy bonita hasta que la
truculenta vida se metió como lo hace tantas veces. Ella estudiaba mucho la
carrera de medicina, él ingeniería y a veces ella no podía salir tanto como él
quería y le decía que se fuera él a divertir que ella no tenía tiempo, él
sintió como si ella no lo amara porque no comprendió que ella quería estudiar
para que cuando formaran una familia pudieran tener un mejor futuro, pero él no
lo entendió porque ella no se lo explicó. En una de esas salidas otra chica le
sonrió y lo trató bonito, él, a pesar de amar tanto a su mujer, como él le
decía, cayó desde la vulnerabilidad de lo que él decía que era abandono por parte
de su novia y, aunque la nueva chica le ofrecía nuevas emociones, no se
comparaba con el amor de su novia. Ellos salieron algunas veces, en una de esas
salidas, la fiesta fue a unas calles de la casa de su novia, una amiga de ella
lo vio y fue corriendo con el chisme a decirle a su novia, ella, incrédula fue
a verlo y lo encontró abrazando a la otra, sin decir nada regresó a su casa, se
encerró en su cuarto a llorar amargamente, sus papás y hermanos quisieron
quitarle la aflicción, pero no podían, hasta hablaron con el novio, pero él
decía que si no era ella quien lo buscara, no creería que su novia por fin
tendría tiempo para verlo. La novia les dijo a todos que entonces ya no quería
vivir y menos vivir una vida vacía sin él, una vida en donde él estaba con otra
y no venía a su puerta a pedirle perdón, una vida atroz llena de tristeza
porque solo lo quería a él, él era su más grande motivo y por él ella se estaba
tratando de superar. Les dijo a todos que ya no quería vivir y todos le decían
que ella tenía que vivir por ella, no por alguien más y que había mil peces en
el mar, no solo él. Ella decía, que solo lo quería a él, que sin él ya no tenía
caso vivir. En menos de dos semanas ella no quería comer y les decía a los
demás que la dejaran descansar, que ya no quería vivir y todos le decían “Ya,
ya, ya, se te va a pasar, no hay mal que dure cien años”. Una noche, ella les
dio las buenas noches a sus padres con un beso en la mejilla, les dijo que no
quería cenar, que estaba muy cansada de llorar y que subiría a descansar de una
buena vez. Al siguiente día, nadie la fue a despertar, ya no lo hacían porque
ella solía llorar hasta quedarse dormida y despertar hasta que la dura realidad
la abofeteara, no obstante y al ver que ya eran casi las 7 de la noche, la
fueron a buscar, no la vieron en su cuarto, la buscaron en la casa, hasta que
alguien salió al balcón de su cuarto, en donde ella yacía medio colgada de una
cuerda.
Varios años después, me llevaba con algunas amistades, una
de ellas, Angy, dueña de una estética que conocí porque acudí a cortarme el
cabello, nos recibía para cotorrear con ella y su asistente, era muy divertido,
porque todas teníamos unas ocurrencias muy buenas. Recuerdo que ahí,
entreteníamos a los clientes, la asistente que le tocaba retocar las patillas
con navaja en mano, llegaba y les preguntaba a los clientes: “¿qué salvo? ¿ceja
u oreja?” y obviamente la gente se botaba de la risa y ya solo respondían que
las dos. Yo me aventaba varios chascarrillos que hacían muy amena la estancia,
algo así como un “Stand Up Comedy”, pero sin nada de profesionalismo, pero muy
ligero y ameno, además de que a veces nos juntábamos ahí para ir a ver los
partidos de futbol rápido o después comíamos tacos a media cuadra. De esta manera
pudimos conocer a varios vecinos- Enfrente del salón que estaba en la esquina,
había una casa y era de los “gordos del gas”, se imaginarán porqué les decían
así, papá gordito, pero los dos hijos mucho más, con sobre peso considerable, pero,
aún así, eran los que surtían gas en la zona. Uno de los “gordos” comenzó a ir
a platicar con Angy y conmigo, siempre se le veía nostálgico y a lo largo de un
par de meses nos contó de una chica de la que estaba enamorado y que lo había
dejado por su peso, aunque él la había amado con todo el corazón, hasta creía
que se iba a casar con ella. Una de esas noches nos dijo: “ay amiga, neta que
ya no le veo caso a la vida, estoy cansado, triste, vacío, nadie va a querer
estar conmigo con este peso y por más que me quiero poner a dieta, nos dicen
que es de familia y que nos resignemos y yo, la verdad, ya no le veo caso”, yo
obviamente le dije que tratara de tranquilizarse, de calmar un poco su
tristeza, que había más cosas en la vida. Él insistía en que no, en que ya no quería
seguirle, en que extrañaba mucho a su ex y que ya no tenía motivos para vivir,
sobre todo porque cada vez que llegaba a su casa y quería contarle esto a su
familia, ellos se burlaban y le decían “¡Nada de que ya no quieres vivir, aquí
se vino a chingarle, ‘usté” es hombre y no venga con sus lagrimitas jotas y te
guste o no, así debemos de hacerle, a la fregada la vieja esa, hay muchas más,
¡muchas! ‘usté’ levántese, a trabajar y a seguirle! Y ya deje de estar friegue
y friegue con que ya no quiere vivir y que se va a matar, no nos venga con esas
tarugadas.” Me dijo que así le decían y que no le creían que él ya no quería vivir.
Yo solo recuerdo haberle puesto la mano en el hombro apretándoselo y decirle
que lo entendía, que entendía de alguna forma cómo se sentía, pero que yo no
encontraba las palabras que él necesitaba oír para que siguiera adelante, pero
que tratara de intentarlo, que la gente si él se iba, se iba a poner triste.
Solo me respondió que solo sería una muerte más en el barrio. Ante estas cosas
te quedas estupefacta y no tienes idea de qué hacer o decir, aunque recuerdo
que comprendía su sentir, tal vez porque yo venía de los 4 años más pesados de
mi vida y eso me había dado como que la lección de empatía ante esta soledad y
esta rabia que le tomas a la misma vida que se burla de los seres humanos una y
otra vez.
Al siguiente fin de semana que fui, Angy me saludó, me tomó
de las manos y me sentó en una de sus sillas en la estética, ella se sentó
enfrente y me comenzó a relatar que el gordo, 5 días antes, llegó a su casa,
todos estaban abajo cenando, su mamá le dijo que se sentara a cenar, él les
respondió que no tenía hambre, que ya no quería nada, su papá volvió a decirle
que se dejara de pendejadas y que se sentara a cenar, él solo los volteó a ver
y llorando les dijo, “ya no les voy a estorbar”, comenzó a subir la escalera
hacia su cuarto, el cual era el más alto en la vivienda de tres pisos, entró a
su habitación, sacó su arma de debajo de la cama, su familia escuchó un disparo
y cuando subieron ya no pudieron hacer nada.
Muchas veces en la vida nos pasa por la mente atentar contra
nosotros mismos, algunos lo logramos, algunos no. El problema radica en la
falta de entendimiento, hasta el día de hoy, en cuanto respecta al sentir de la
persona que no quiere vivir y ni siquiera los expertos han podido encontrar una
solución para esta problemática cuando la persona ya hizo todo y ya no
encuentra salidas.
En el caso del desamor, los psicólogos, tanatólogos y terapeutas,
así como muchos amigos, le dirán a la persona que debe de salir por sí y para
sí misma, que nació sola y que sola se va a ir. Dirán también que la otra
persona tiene “el derecho” de irse, aunque esté bien o esté mal, tiene “el
derecho” de irse, que la vida es así, que “nada dura para siempre” y que la realidad
es así. Frases que solo van a tronar más y más las grietas de ese corazón roto,
de esa vida cuarteada y que solo lastiman más y más y en vez de ver luz, cada
vez se hunde más en el abismo negro.
Frases que se contradicen a cuando te aconsejan cuando se
inicia una nueva pareja o la gente se casa: “hasta que la muerte los separe”, “deben
de honrarse uno al otro”, “se deben ser fieles”, “deben amarse y luchar por siempre
salvar la relación”, etcétera, etcétera, etcétera.
Así es: contradictorio completamente. Solo te hablan
dependiendo de la situación.
Lo que sí sucede es que los familiares y amigos sienten feo
de que esa persona ya no quiera estar, muchos se hartan de que a diario esa
persona llore y le dicen “¡ya! ¡a la chingada! ¡ya párate!”, otros aguantan
vara y escuchan 500 veces la misma historia, los mismos hubiera, pero otros se
cansan y dejan de hablar o escribir, lo que merma en la persona que está
sufriendo y que a veces lo entenderá y otras no.
Y la misma persona, después de gritar porque le ayuden
(aunque solo una persona tiene la solución en sus manos), irá callándose poco a
poco, hasta que este hartazgo de todo y de todos la lleven a tomar finalmente
la decisión, buena o mala, para salir o para finalizar y es entonces cuando
todos entran en esa etapa que detestaban de esa persona triste: en el “hubiera”.Hasta esa única persona, si es que aún le ama,
como en el video que retrata miles de historias, se arrepienta de no haber
regresado cuando esa persona era la indicada. Siempre es “demasiado tarde”. El
ser humano es estúpido por naturaleza y comete muchos errores, sobre todo, no tener
la fuerza de decir no a tentaciones y no luchar las veces que sea necesario
cuando hay verdadero amor.
Y esa persona se va a ir diciendo que ya no quiere luchar
por sí misma, que ya no quiere salir para sí misma, que no quiere estar sola,
que quiere a “esa persona” porque ya lo vio bien desde la valorización de los “hubiera”,
desde la etapa de resignación fría en la que también se valora todo, y se
reconocen todos los errores y se puede cambiar, pero ya no le dan la
oportunidad, pero los demás dan todo por sentado y se burlan de la persona,
hasta que ésta logra dejar de respirar.
No tenemos ni
la más remota idea del daño y heridas que podemos causarle a una persona que
nos ama cuando nosotros miramos hacia otros lados, no cuidamos nuestras
relaciones, no trabajamos en nosotros mismos, no tenemos inteligencia y
responsabilidad emocional y no comprendemos las etapas de la pareja o las
desconocemos.
No sabemos
cuánto daño podemos causar cuando decimos “te amo mucho pero ya no como
pareja”, lo dejas en una nota y lo mandas a decir como para consolar a la
persona, pero al final solo la sigues destruyendo más, puesto que la persona te
ama y te quiere como pareja.
Nos convertimos
en villanos culpables de la historia, pero eso sí: inimputables, esto
es, sin castigo alguno, ya que la vida es tan injusta que no hay punitivismo
para estas acciones, por ende, siguen sucediendo y repitiéndose, como lo vimos
hace 15 años en los otros posts de este blogg. Porque todas las personas
tienen el “derecho” de cambiar su vida a pesar de, al ejercerlo, dañen a
alguien irreparablemente y con esto, hasta se incremente la base de datos de
los suicidios. Los psicólogos y terapeutas, en su mayoría, te dirán que tú no
tienes responsabilidad alguna en que otra persona se quite la vida, no obstante,
dicta una frase, “tú eres responsable de lo que haces para que otra persona
sienta algo por ti”, por lo anterior, si bien no es tu culpa, sí puede ser
tu responsabilidad.
Por todo lo
anterior, no enamores nunca a nadie de quien tú no vas a enamorar,
porque debes de tener responsabilidad afectiva, en la que tú enamoras a alguien
y luego se te pasa y la dejas tirada con años de relación, proyectos de vida, ilusiones
a futuro, etcétera. Así que cuando inicies una relación habla todo lo posible y
no prometas nada por conquistar, así es, prometemos muchas cosas “para toda la
vida” y esas promesas y juramentos los rompemos todo el tiempo, así que no
jures ni prometas ni no eres una persona que te conozcas tan bien, que seas
equilibrado y sepas que esa promesa la vas a cumplir. Cuando todos comencemos a
aprender esto desde secundaria, cuando exista una materia que nos enseñe
inteligencia emocional y responsabilidad afectiva, va a ser cuando las
relaciones no sean tan dañinas ni tóxicas. Pero estamos en un mundo en donde
nos absorbe el celular y nos bloqueamos emocionalmente, sí, existe el bloqueo
emocional, donde no sientes, no expresas y eso está muy complicado y fuerte.
Esto se debe de trabajar con un buen terapeuta, no una persona a la que le
pagues y te diga lo que quieres oír, por ello debes de ir cambiando de
psicólogos, terapeutas, tanatólogos o hasta psiquiatras hasta que encuentres al
que sí funcione y con el cual veas verdaderos cambios hacia una evolución humana
enriquecedora, justa y amorosa, pues es lo único que vale la pena en esta vida
humana.
La inteligencia emocional es la capacidad de
reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y responder
adecuadamente a las de los demás.
La responsabilidad afectiva es la capacidad de
ser consciente de cómo nuestras acciones impactan a los demás.
Las etapas de una relación
de pareja son fases que se caracterizan por cambios y transformaciones
en la dinámica de la relación. Cada etapa tiene sus propios desafíos,
características y aprendizajes.
Algunas de las etapas de una
relación de pareja son:
Enamoramiento: La fase
inicial de la relación, donde se idealiza a la pareja y se siente una gran
atracción.
Intimidad: La fase en la que
se profundiza el vínculo y se consolida la relación.
Compromiso: La fase en la que
se desarrolla la lealtad y el crecimiento mutuo.
Madurez: La fase en la que se
alcanza un vínculo emocional sólido y profundo.
Las etapas de una relación de
pareja no son lineales ni rígidas, y pueden variar en duración e intensidad.
Es importante reconocer que
las fluctuaciones y los cambios son parte natural de una relación. Aceptar
la existencia de estas etapas puede ayudar a las parejas a fortalecer su
conexión.
Con
lo anterior que hemos expuesto y aprendido, debemos de comprender e intentar no
dañar a alguien que hemos amado nunca, no convertirnos en villanos y comprender
que la pareja tiene etapas.
El consejo de
siempre ha sido: disfruta la vida, vive, cuídate bien y diviértete para que,
cuando ya quieras sentar cabeza no digas “no he vivido ‘x’ o ‘y’ situación” que
no puedes ni debes vivir cuando ya tienes pareja. Una vez recorrido ese
aprendizaje y esas vivencias, debes prepararte para tener una pareja que se
convertirá en tu compañerx de vida ¿qué significa esto? Que esa persona atravesará
junto a ti todas esas etapas de la pareja y al final casi no tendrán sexo,
puede ser que sí, pero la mayoría experimenta un distanciamiento en su
frecuencia e intensidad, por ello se dice que tu pareja es tu compañero de vida
para el resto de tus días, con quien charlar, caminar, ver la tele y compartir
la vida con sus vivencias.
Muchas
personas creen que cuando se va apagando la llama de la pasión, deben buscar a
alguien nuevo para reavivarla y sí, van a sentir lo nuevo, pero también se va a
apagar un día, por ello es tan importante vivir esto antes de tener una pareja
fija, para que cuando ya tengas a alguien formal y fijo, así te pasen a toda
una pasarela, tú sepas, creas y sientas solo amor por una persona a la que vas
a respetar el resto de tus días. Solo así se tiene la posibilidad de tener una
vida digna y amorosa, sin dañar a nadie.
Hemos
escuchado historias muy fuertes, como la de una chica que con 25 años de
relación y amando a su marido, éste se fue con otra mujer nueva, dejando esposa
e hijos, dañando todo el futuro y estabilidad de la que eligió como su mujer
por no elegir bien, por no pensar bien y por no decir que NO a lo “nuevo” que
siempre va a representar un riesgo porque es muy tentador, pero cuando comparas
lo nuevo con un amor maduro, no vale la pena perder ese amor por algo
nuevo donde vas a volver a comenzar y si tienes suerte pues ahí es, pero las
estadísticas dicen que la mayoría de casos fracasan.
Así que con
todo esto en mente, volvamos a meternos en el personaje de nuestra “persona en cuestión”
y leamos juntos como si fura su historia para aprender y comprender estos
transes tan fuertes y dolorosos, aconsejando siempre, que se busque ayuda
profesional, ante circunstancias similares y, como opinión muy personal, sin
recurrir a ninguna sustancia aún siendo recetada por un profesional de la
salud, pues eso marca un punto de no retorno para la mayoría. Como en un post
anterior de este blogg “A pelo”, que refiere montar un caballo sin silla
ni cuerdas ni herrajes, es la analogía para atravesar estas horribles
circunstancias sin alcohol ni sustancias, ni medicinas que causen adicciones y
un problema adicional muy delicado.
Leamos entonces como acordamos
desde el primer capítulo de esta serie, tratando de empatizar y pensando y
creyendo que somos nosotros mismos, tanto para no caer en estas situaciones,
como para valorar o, si estas en similitud de circunstancias que te sirva de
alguna manera, para llorar, desahogarte o ver algo que no has visto para salir
de esto. Nosotros esperamos que se logre salir de esto, aunque lo vemos
complicado.
«Viernes 3 de
enero. Hoy no solo vaciaste una tercera parte del departamento, también
vaciaste la mitad de mi vida, dejaste las paredes rayadas y pintadas, paredes
que debo reparar de las áreas comunes, si todo fuera como eso, sería tan fácil,
pero es más complicado de lo que parece o se lee.
Cuando te
conocí, me estaba reconstruyendo y siendo yo para mí, venía de otro engaño y me
habían vuelto a dejar, caray, estúpida psicología, cuando das todo, a pesar de
tus errores, cuando das todo y entregas todo tu amor, dedicación y presencia,
te dejan porque lo tienen todo en la mesa, todo servido en charola de plata,
entonces no hay adrenalina, no hay ese “luchar por la persona”, por que ya la
tienen y por ello, se van con lo nuevo de inmediato y sobre todo cuando las
edades son jóvenes. De ahí me fui a terapia, me sentía morir y lloraba mi
decepción. En 4 semanas estaba muy triste, pero haciendo mi vida, me estaba conformando
como individuo, estructurando para darlo todo en una nueva oportunidad. Aprendí
a vivir con mi soledad y a hacer mis cosas solx como tanto nos dicen los
terapeutas. Alistando mi vida para tener a esx compañerx de vida y poder darle
lo mejor de mí. Así, reapareciste en mi vida después de poco más de un año de
habernos conocido y me dijiste “si estás guapx no estás fex” yo te dije “gracias
por la flor, mañana vengo por la maceta”, y esto fue como un augurio.
Hoy me revientas en la cabeza esa maceta, con
increíble crueldad dejaste una nota en la que decías “Nunca te he dejado de
amar y lo seguiré haciendo, pero como pareja ya no, ese es el único tema.
Sánate por favor”, como un consuelo de saber que aún me amas, pero que ya no me
quieres como pareja, las lágrimas, el coraje, la decepción de la vida me
amargaron el alma y así estoy hasta hoy.
No puedo creer
que me digas que ya no me quieres como pareja cuando todo lo hicimos fue como
pareja, a pesar de nuestros errores. Con esto, entro a la etapa del “si
hubiera”, una etapa de culpabilidad en donde el ser humano pendejo entiende
tooooodo lo que pudo haber hecho de su parte para que la relación funcionara,
pero la estúpida psicología imperfecta humana nos hace actuar como eso, como
pendejos, no hay otra palabra, para que después nos arrepintamos de todo lo que
pudimos haber hecho para no perder a la persona amada y que nos siguiera amando
como persona y como pareja. Pero tú, no, no lo entiendes, tu alma, tu corazón
tu pensamiento están cerrados, obtusos a la idea de ser pareja y luchar por
ella por todos los años compartidos y porque te enamoraste de mi esencia,
esencia que sigue ahí y que te dije que podría volver a sacar a relucir para
ti, porque juramos amarnos toda la vida, porque juramos que, si no sentíamos
amor, íbamos a hacer todo lo posible porque hasta con terapia volviéramos a
sentirlo. Soltaste mi mano diciendo “pero también te dije que si ya no sentía
amor te lo iba a decir, ya no lo siento”, te respondí que entonces íbamos a luchar
juntxs porque lo habíamos jurado, pero tú, empoderadx por alguien o algo,
simplemente soltaste mi mano y no quisiste luchar, solo dijiste que ya le
habíamos dado todas las oportunidades a esta relación y no. Cuando fuimos a
terapia lo hicimos con una amistad, fue negligente de todos hacerlo y solo fue
para que nos separara, solo tú y yo pudimos volvernos a juntar y fui yo quien
siempre te busqué porque siempre estuve convencidx de que eres tú elle compañerx
de mi vida, aún lo creo…
Pero hoy vaciaste
mi vida, no pude estar, no debía estar para ver cómo te ibas y porque mi iba a
tirar a tus piernas a rogarte que no me dejaras, no importándome humillación
alguna y me aconsejaron que te empacara tu ropa, lo hice con una nota en cada
bolsa clamando piedad porque no te fueras, hoy me arrepiento de ayudarte a
irte, no debí mover un músculo para ayudarte a irte y menos en esa “terquedad”
que se nota que tienes porque ni a 15 días me habías celado porque me habían
bailado y te habías puesto a bailar slam con una mirada de ojos de fuego que
solo percibí hace 5 años cuando yo tuve el mayor error.
Y le
dijiste a la casera que no sabías si te ibas a llevar tus cosas, ella te
contestó que entonces para qué el camión de mudanza. Esto solo me hace castillos
negros horribles en el pensamiento, creyendo que si yo hubiera estado, no te
hubieras ido, que aún tenías dudas. Mi sobrina me dijo que le dijiste “pensé
que estaría para hablar”, otra cosa que solo me crea ilusiones atroces que me
rompen más hiriéndome “¿había una oportunidad?”, pero sé que dices cosas a lo “Borras”,
entonces me quedo con el nudo en la garganta, el vacío en el estómago y este
dolor de pecho que me hace llorar, llorar y llorar, lo que, a ti, te vale a
pesar de que me ames (aunque sea como persona) ¡Qué cruel!
2018, la
relación se había enfriado a pesar de cosas médicas y trabajo te dije que aún
te deseaba, que aún quería tus besos y tú permaneciste calladx como siempre, le
dijiste a mi sobrina que yo no escucho, pero tú no hablas y como lo dijo tu ex “no
somos adivinos”, esto y el que no seas empáticx, son tus bemoles que debes trabajar
para ti mismx. Entonces pasaron los últimos meses de ese año con un trato
normal pero distanciado entre ambxs. La vida traicionera me presentó una
llamada en la que me coquetearon y me levantaron el ego… lo nuevo,
siempre lo nuevo nos trae la etapa de la conquista en donde te suben el ego, te
hacen sentir como la mejor y más guapa persona, a pesar de la distancia, pues
era por redes, se gestó una fantasía que notaste y celaste, entonces… ¡por
fin! ¿me amas o no?, me preguntaba en mis adentros. Esa vez fuimos a
Querétaro, te pedí tiempo y luchaste por el mejor cuarto, comida y hasta una frazada
café, me habías defendido de tu familia y era todo lo que quería, pero la vida
me había presentado algo más y no te creía que habías cambiado ¡QUÉ PENDEJX
FUI”, te lastimé, ahí debí buscarte por que te fuiste a caminar y a llorar,
debí haberte buscado hasta debajo de las piedras para traerte a nuestra cama,
abrazarte, hacerte el amor y negar cualquier conato de otra relación! ¡La
cagué! ¡Lo sé!. Hoy me duele y me lacera el alma ese momento que nos ofrecía el
hablar, el poder solucionar nuestras cosas y vi que me amabas y luchabas por mí,
pero nunca hablaste, por más que yo quería hablar y se volvía un monólogo, no
hablaste. Después de varias discusiones te dije, “ok, si me amas, ya me lo
dijiste, ya lo entendí, dame tiempo, solo un par de días para arreglar las
cosas y seguir juntxas”, no pasó ni un día. Fui a resolver el asunto y cuando
regresé, habías sacado todas tus cosas y me habías bloqueado. No me diste
tiempo, aún estábamos a tiempo ¡carajo! ¡qué desperdicio!. Así pasaron varios
meses, logré contactarte, fuimos a terapia y ahí me volviste a dejar,
seguramente porque te puse el buscapiés de “abrir la pareja” y tú no quisiste
eso, yo, estúpidamente quería que me dijeras “te quiero solo para mí”, pero te
volviste a callar y la psicóloga dijo lo que tú no me dijiste que te querías ir
y te fuiste. Me volviste a dejar y sí, acepto que yo pude haber hecho más, ahí
pasaron cosas con la otra persona, pero nunca dejé de pensar en tu dolor, en
ti, en resolver el problema, nunca dejé de saber que todo estaba mal, que no
era correcto, que me fui de mis preceptos, que los olvidé y erré como pendejo
ser humano que soy. Me fui a una fantasía que solo era eso. Y la comparativa
que siempre existe me decía que una vida amorosa, con calidad, como pareja, era
contigo, por ello volví a buscarte para volver. Lo logré y en ese trance te dije
que lo otro se consumiría solo, pero que yo estaba ya para ti y solo para ti.
Creo que no lo creíste. Eso nuevo pasó muy rápido de etapas y
desafortunadamente era una persona clasista y materialista. Aunque me di cuenta
a tiempo, tú te fuiste antes y perdimos varios meses alejadxs unx del otrx.
Pero
regresamos, regresé y luché por ti porque siempre supe que, para mí, eras elle
compañerx de mi vida. Nunca creí que te marcharías, eras mi base y mi eje a
pesar de tantas cosas que no supe hacer pero que eran solo de sentarnos a
hablar con amor para resolver. Aún hoy todas las personas con las que he
hablado concluyen lo mismo: nuestros problemas no eran suficiente razón para
terminar una relación tan fuerte. Sí, hoy dices que de tu lado ya no me amas
como pareja y es tan cruel escuchar que la persona por la que vives y respiras,
primero te dijo que ya no te amaba, ahora te dice que sí, pero no como pareja,
pero es amor… resulta muy confuso y sé que aunque tengas la idea firme del “no
como pareja”, sé que hay duda y confusión, solo que siempre has sido muy
tajante, inamovible en tus decisiones a pesar de que pierdas más de que ganes y
todo esto y lo que deriva de ello es lo que me tiene tan triste y tan mal.
El sábado 21 y
el viernes 27 de diciembre hice todo por que te quedaras, te ofrecí todo porque
yo sabía bien que si te ibas, te llevarías mi vida. Hoy no solo siento como si
me fuera a morir, hoy me quiero realmente morir. No le veo el caso a la vida,
no quiero terapias, no me quiero reconstruir como lo hice antes. Todos los
recuerdos se agolpan en mi mente, todo lo eres tú, un viaje, una comida, un
reloj, unos zapatos, un amanecer, un tener fríos los pies. 15 años de vivencias
que me daban motivos de vivir.
Antes de irte
estaba atravesando trastornos de ansiedad, un par de veces en que te diste
cuenta que no podía dormir, me acariciaste la espalda, me calmaste y me hiciste
dormir, eras tú quien me mantenía con vida y con ganas, eras tú quien me calmaba,
a quien siempre quería ver. En mi ansiedad se atravesaban imaginaciones
funestas, en donde un accidente me hace llamarte y despedirme de ti, porque
siempre fuiste tú.
Con tu partida
mi decepción de la vida, ya no quiero buscarme a mí mismx, ya no quiero salir por
mí, ya no le veo sentido a la vida. Me hubiera gustado morir en tus brazos
sabiendo que me amas y me hubiera ido en paz. Ahora soy una alma que va a vagar
amarga por la eternidad, porque no se pudo cumplir mi plan de vida, mi sueño de
terminar mis días al lado de la persona que amo y que me ame.
Dices que
estás en terapia, se nota que tu terapeuta en vez de ayudarnos a arreglar la
pareja te convenció de que ya no me amas como pareja, obvio, le pagas para que
te diga lo que quieres oír y no lo mejor que se puede hacer como ser humano,
por las promesas y juramentos, por humanidad de la dignidad de los 15 años. Si no estás en terapia, entonces es alguien
más… No puedo olvidar cómo una semana antes de todo esto, llegaste llorando muy
fuerte, hasta te dije “te terminaron” (porque me vi reflejadx en ti y por la
posibilidad de esa otra persona de Cancún o qué sé yo) y tú solo llorabas muy
fuerte y me decías “no tengo nada”, “no es nada”, aunque al final me dijiste
que era por salud, por miedo, te dije que estaba para ti, que no estabas solx.
¿Trabajando en
ti? Ningún terapeuta te va a decir que digas que me amas pero no como pareja,
porque saben muy bien el daño tan fuerte que radica en esta declaración y no la
van a recomendar. Si lo hizo, te aconsejo que busques a alguien más, porque eso
no se hace, por el contrario, te aconsejan no decir nada ya.
Debes trabajar
en ti, pues nunca me perdonaste lo que pasó, nunca lo viste como yo lo vi, te
victimizaste en vez de decir “yo también tuve culpa porque le hice creer que no
le amaba”, si yo hubiera sabido que me amabas y si hubiéramos estado bien, no
hubiera jamás respondido a esa prueba con un sí, simplemente hubiera respondido
“gracias pero soy papa casada”, una cruel prueba que me puso la vida y de la
cual me arrepiento tanto…
Debes trabajar
al menos en 3 cosas:
1.Que seas empáticx, nunca lo has sido y te custa
trabajo, tienes una muy vaga idea de lo que sienten los demás, no te pones en
su lugar para sentir tristeza o enojo, simplemente lo ves por fuera y no tienes
tacto para decir las cosas, porque no sientes esa empatía.
2.Tienes bloqueo emocional. Muchas veces
respondías fríamente a actos que deberían ponerte muy feliz, o muy triste. Solo
lloraste con la película “Up” que te recordó a tus abuelos, te aconsejo que
busques en ese sentimiento el desbloquear todos tus sentimientos y solo
mostrárselos a quienes los aprecien, atesoren y cuiden, porque no son para
cualquiera.
3.“No somos adivinos”. ¡Qué razón tenía tu ex
cuando dijo esa frase! Te quejas de que no escucho, pero tú no hablas, debes
hablar, así como platicas de tu día a día en el cual te puedes soltar horas,
debes hablar de los problemas, de tus necesidades, de lo que no te pareció y,
sobre todo de lo que sientes, claro, después de trabajar el bloqueo emocional
que hoy tienes.
Estas son las
cosas principales que tienes y que causan problemas con tu familia, entorno y
que también causaron
que no lucharas por nuestra
relación y dejaras que se perdieran 15 años y una persona que se queda amándote
con su vida, decepcionadx de la misma y sin ganas de vivir y en busca de no
despertar más…»
Este blogg se inició como parte
de la terapia de una persona, teniendo que escribir su duelo, después se
continuó el blogg como diversos temas, ahora, desafortunadamente, la terapia
regresa para tratar un duelo que nunca creyó volver a atravesar. Después de 15
años de relación, de ver la alegría y pasar por varias vivencias como humano
imperfecto, nuevamente intentará atravesar el trance y, en el acto, tratar de
ayudar a personas que no se atreven a externarlo o a leer que no son las únicas
en este sendero obscuro y lleno de espinas y aguijones.
Así que estimado lector, si tú no
estás atravesando una situación similar, te invito a que también te quedes, pero
que te quedes de una manera diferente, como aquel actor Heath Ledger que
interpretó al Joker en “The Dark Knight”, no obstante, con la diferencia de que
no te vuelvas loco ni te suicides,
solo intento que hagas lo que hizo él para lograr tan fuerte actuación y sobre
todo, comprender al personaje para meterte en el papel de la “persona en cuestión”,
de tal forma que creas, pienses y sientas que eres tú, para que así y solo así,
puedas lograr cambios positivos en tu vida, ya que siempre leemos o vemos
historias, pero damos por sentado todo en la vida, tan es así, que no valoramos
momentos, no nutrimos al amor y no comprendemos que una de las mejores cosas en
la vida, es llegar al final de tus días con una persona que esté a tu lado y te
ame, pero para ello, ambos deben luchar, así que, víctima o espectador, siéntate
a leer y con ello, valorar lo que tienes en tu vida o lo que vas a tener; si ya
lo perdiste, aprender de ello y prepararte para lo siguiente, porque vida, solo
hay una y es muy, muy cortita y como ya expusimos en otro post de este blogg, “¡te
vas a morir!”, por ende, reactivemos la lectura y coadyuvemos al tema con
comentarios, de antemano, gracias.
Nota: se han puesto optativos los
géneros con el comodín “x”, por lo que puedes leerlo como hombre o como mujer,
para que sea más realista para tu vida. Cuando hablamos de “elle” es “él” o “ella”,
cuando decimos “fríx” puede ser “fría” o “frío”.
«Hoy, es la
noche del 1° de enero del 2025, descendí del auto y fui a abrazar a mi santa
madre, que se encontraba en el asiento trasero para despedirme, mujer sabia de
noventa y tantos, pequeñita pero aún con ganas de vivir, a pesar de estar sola
y haber sepultado a 2 maridos. Está preocupada por mí, muy preocupada, pues no
pude ocultarle la situación ante mis evidentes lágrimas y sollozos y cuando me
preguntó “¿y dónde está?”, tuve que decirle que ya no quería estar conmigo. Sus
palabras me hierven en el pecho al escuchar “todo se puede perder, pero menos
tú, que eres de lo más preciado para mí, porque ¡Vales Mucho!”, palabras que me
recuerdan similares que me dijo mi amiga la doctora “No te supo valorar, sí,
tienes errores, pero no te supo valorar, ¡ya sal adelante, a la chinada y sal
adelante porque no te valoró, no supo ver en ti todo lo que tienes y no supo luchar
por su amor!”.
Abracé a mi
madre diciéndole: “ya no puedo, ya no quiero, estoy tan cansadx de esta vida,
que ya no puedo”, mi madre solo me decía “ánimo, adelante, a la basura con esx
que no te valoró, todo le diste y estuviste ahí, nadie es perfecto, pero
estuviste y regresaste ahí. Mejor vente con nosotras y te quedas a dormir allá”,
al ver y sentir mis lágrimas y sollozos me pedía que me fuera con ella, ganas
no me faltaron, pero quería estar solx para desfallecer. Me despedí de mi
sobrina, que lloraba conmigo y nos abrazaba a ambas, la entiendo, esa
impotencia de no poder alegrarle la vida a tu ser querido que se está muriendo
por dentro es horrible. Las abracé, las besé y subí al departamento en donde,
en cuanto cerré la puerta me puse a llorar como cerdo en matadero, y a
pronunciar su nombre una y otra vez y a preguntarle “¿cómo es posible que tú
estés tan contentx y yo muriéndome aquí? ¿si fueron 15 años de relación en
donde yo todavía te amo con todo mi ser?”.
Este vacío del
pecho es con el que no puedo, el estómago me duele, los labios partidos y la
boca seca, tal parece que la saliva se convirtió en lágrimas por llorar la
ausencia de esa persona quien creí que vería mis días llegar a su fin, como esa
canción que le dediqué de José José, “Mientras llueve”. No obstante, se fue
diciéndome que ya no me amaba.
Dos cosas que
forman un ácido que quema el ser, primero, me gusta la navidad, el año nuevo,
me gustan las fiestas y mandar mil mensajes de cariño a mis seres queridos, y,
la segunda, que es realmente la primera: desde que estuve en secundaria y
regresé de la morgue a la que no entré porque no quería traumarme más, fue la
primera vez que me dije a mí mismx “si bien la vida es un error, si bien hay
muerte después de toooodo lo que hacemos en ella, si todo es perene, entonces,
quiero encontrar a una persona que sea mi compañera hasta que me vaya de este
plano, quiero amarle de regreso y que sepa que es así, además de saber también,
lo que dicen los adultos ‘el sexo se acaba, solo quedan las vivencias y la
convivencia’, así que quiero a esa persona que, aunque se nos acaben las ganas
de la cama, nos sigamos besando, viajando y creando momentos juntos”. Creí
que había encontrado a esa persona, hasta que el sábado 21 de diciembre, todo
cambió y me destrozó la vida y la fe en el ser humano, la poca fe que pudiera
tener.
Antes de irnos
a una pre cena navideña, le dije que me tratara con más cariño, que estaba
rarx, me dijo “yo sí te amo”, mientras elle estaba en la sala y yo en la
cocina. Debí a provechar el momento y salir corriendo a abrazarle, pero por
miedo, me quedé ahí y luego saliendo, solo le dije “bueno”, o algo así, que ya
no recuerdo. En la noche de regreso, yo venía inestable, irritable por las
acciones de su familia ante juegos que no me gusta jugar y que sí, sé que son
mi problema, pero que también para eso está tu pareja para entenderte, pero terminé
jugando al sentirme presionadx. Como nunca elle me defendió y peleó en el juego
por recuperar la caja que siempre me quitaban, en vez de valorarlo y no
discutir, le dije que me sentía mal, fue una estupidez que debí dejar pasar sin
hacer aspas, aunque después supe que eso no habría cambiado su decisión, le
dije que apreciaba el acto y le saqué el tema nuevamente de que quería que
fuera como me prometió antes de irse a Cancún, en Noviembre, que fuera más cariñosx,
en esa ocasión me dijo que sí y lo fue, me abrazó y besó, pero al recordarle
esto, me dijo, “es que yo ya no quiero estar”, al escuchar eso sentí mi pecho
romperse como mil cristales en un abismo y caer al vacío, al tiempo en que mis
lágrimas salían y decían “no es cierto, no es cierto, no es cierto”. Me dijo: “estoy
cansadx, me siento estancadx, ya no me dan ganas de regresar al mismo lugar, no
me gusta que siempre son gritos y sombrerazos y los reclamos de siempre. Quiero
vivir lo nuevo que estoy experimentando, quiero vivir solx, quiero vijar,
estudiar”. Ante esto y la desesperación de perderle, le respondí “¿estancadx? Pero
si terminaste la carrera y maestría, ¿cansancio? Todas las parejas se cansan,
pero deben de buscar espacios para descansar y volver a empezar, como llegar del
trabajo, dormir y continuar al día siguiente. ¿Al mismo lugar? Aquí decidimos
vivir, ¿vivir solx? Eso ya lo hiciste varias veces. ¿Viajar? Discúlpame si el
problema que tuve y la pandemia me pusieron en banca rota, pero ya estoy
saliendo para poder hacerlo. Vamos a eventos, tratamos de salir juntxs, he
estado apoyándote en tus estudios, en tu superación. No somos los únicos que
alcanzamos las rutinas, mira a la Doctora y su pareja, son nuestro reflejo y
ahí están amándose, después de más de dos décadas y yo trato de tratarte bien
porque me nace y no son gritos y sombrerazos”.
Continué con todas las razones para
seguir junto con las soluciones y el que no había algo que mereciera terminar
nuestra pareja, también le dije que esos “gritos y sombrerazos”, con lo cual me
hizo sentir mal y esa frase “tu fuiste quien me alejó de ti”, fueron lo que más
me dolió, aunque ya charlando con mis amistades, yo no le alejé de mí nunca,
pues esos “gritos y sombrerazos” siempre era para que fuéramos mejores, para
que me tratara bien o defendiera, para corregir cosas, comprendo que era
corregir la forma, la famosa “forma” en que decimos las cosas, si bien nunca le
falté al respeto. Alguna vez vi que su madre le hablaba fuerte y hacía las
cosas, yo hice erróneamente lo mismo, pues le hablaba bonito y no hacía caso,
debí decirle esto abiertamente, entonces, le dije que en esos gritos y
sombrerazos le pedí siempre que me dijera qué necesitaba, cómo corregirlo,
porque a lo largo de la relación cambié en muchas cosas para esa persona y
puedo volverlo a hacer, lo he aprendido. Esa noche me dijo las tres cosas que
le molestaban, le dije que tenían solución, pero que era la primera vez en años
que con calma me decía los problemas y les vi la solución de inmediato, pero
elle no quería seguir, entonces le dije ¿ya para qué me dices eso y como debe
de ser si ya no quieres?
No le pude responder a que yo le
había alejado de mí, porque tuve un error que ya contaré más adelante, pero le
dije que si habíamos regresado era por algo y porque yo siempre elegí estar con
elle, yo no quería estar con nadie más, pero creo que no lo comprendió y creemos
que más bien había algo más…
Esa noche quedamos en que lo
pensaría, que tenía la cabeza revuelta y que tenía que pensarlo.
Fuimos a cenar el 24 y se portó fríx
y distante, en el celular todo el tiempo y sin platicar. Yo por dentro con
miedo y pánico a que terminara y buscando qué hacer. Le atendí, le traté bien,
pero cada día fue más distante. Siempre le pedí que me diera un beso antes de
irse por las mañanas a trabajar, el último día no lo hizo.
Llegó el viernes, le llamé porque
ya eran las 12:08 de la noche, me contestó, todo estaba en silencio:
Yo: Ya sé que no quieres que te moleste, pero ya es tarde y me preocupas.
Elle: No, ya voy para allá.
Yo: Pero aún estás en el trabajo.
Elle: por eso, ya voy para allá,
voy saliendo…
12:27 pm, escucho que va llegando,
19 minutos después de la llamada, cuando de su trabajo al departamento corriendo
se hacen 35 minutos.
Le dije que de dónde venía, me
respondió que, de su trabajo, le dije que nadie hace ese tiempo ni corriendo,
me dijo, “Es que venía por Constituyentes”, le dije que entonces porqué me dijo
que iba saliendo y ahí fue cuando ya no pudo más que decir, “ya te dije que
venía en Constituyentes”, a lo que le respondí, no se escuchaba ruido, venías
de otro lado, en fin.
De ahí, me dijo que ya lo había
pensado y que había dicho que, si ya no me amaba, me lo iba a decir, yo le dije
que habíamos jurado que si eso pasaba, íbamos a luchar de la mano y sin
soltarnos para revivir la relación. De ahí se fueron 3 horas en que le lloré,
le imploré, me humillé, para que no se fuera, hasta que se recostó y a pesar de
que le rogaba con razones para seguir adelante y que me decía no y aunque su
mirada y la mueca de su boca decían “¿la estaré regando?”, me dijo que ya no,
que se iría y le diera tiempo para sacar sus cosas. Lloré de desesperación y le
rogué hasta que se quedó dormidx.
Me fui con mi hermana a llorar y
a dormir, al siguiente día había sacado sus relojes, se había llevado su foto
de graduación y había destrozado mi última esperanza en la humanidad, en el
amor.
En esta noche comencé a
relatarles mi historia, pues me dijeron que escribiera a diario lo que pasa, recordé
la ayuda de este blogg y, aunque no quiero seguir, me puse a escribirles con las
lágrimas que no dejan de salir al tiempo en que me escriben por whats y me dice
que le siga, yo, solo sueño con que se equivocó y que me lo dice, con que me
invita a comer y no se va, pero la realidad me hace chillar como cerdo porque ya
no va a estar en mi vida, elle era mi felicidad y ahora me siento tan culpable de
no haber hecho más que me digo ¡pendejx, pendejx, pendejx!
Ya son las 2:30 am del 2 de
enero, elle se lleva sus cosas el viernes 3 y yo ya no quiero despertar, ya no
le veo motivación a mi vida, era mi razón de vivir y, aunque comprendo que
nadie es dueño de nadie, solo quería que me amara…»