19/02/2025

¡Qué triste es mi historia! Cap 4.

 Lo que no debes de decirle a quien le rompieron el corazón.



 ¿Tienes un familiar o ser querido a quien le rompieron el corazón y se quedó amando a esa persona? ¿qué debes de decirle o no cuando está en esta dura etapa?

 

Psicólogos, tanatólogos, terapeutas, expertos y, las personas que se encuentran en esa álgida etapa coinciden en muchas de las frases que no debes decirle a tu ser querido para no herirlo más, recuerda, si no ayuda, mejor solo escucha. Primero que nada, debes de pensar en la forma de ser de esa persona y conocerla para saber qué tan sensible es y cómo le gusta que le traten y así saber qué decirle o mejor optar por solo escuchar y estar ahí para esa persona. La mejor ayuda es no dejar de estar, aunque te hartes, porque el proceso puede ser de días, hasta meses y, si es tu ser querido, es cuando le vas a demostrar que estás ahí para esa persona, así te cuente lo mismo más de 500 veces.

Las frases de a continuación son una guía, no obstante, recuerda que cada cabeza es un mundo y el otro, es OTRA persona, no eres tú y por ello puede ser que lo que para ti funcione, para esa persona no, sobre todo si fue la persona a la que dejaron y se quedó amando a la que se marchó.

               

1.  ¡Échale ganas!                        Esta frase encabeza la lista porque es la peor que puedes decirle, ponte a pensar ¿tú crees que tiene ganas de “echarle ganas”, regularmente es un NO rotundo, sobre todo cuando las cosas están muy frescas, así que en vez de eso trata simplemente de escuchar y decirle que estás ahí para esa persona.

2. “No va a regresar”                  ¿Es en serio? ¿Quieres ayudarle o echarle más sal a la herida? Si bien no sabemos qué depara el futuro, no le hieras más con esa frase, aunque sepas que no va a regresar, no se lo digas. No porque te portes duro con esa persona, va a salir más del bache y por el contrario te tomará resentimiento porque le estás hiriendo. Así que bórrate esa frase de la cabeza y no te metas en camisa de once varas porque vas a dañar tu relación con esa persona. Lo que menos quiere escuchar es lo que más teme. Si bien no le vas a crear ilusiones, mejor abrázale para que se desahogue llorando.

3. “Ya déjale ir” “Ya suéltale”   No puedo más que reír de ironía cuando la gente dice esta frase evocando el famoso “desapego”. A ver, es ilógico que le digas que le deje ir ¡si ya se fue! ¡ya no hay nada que detener! ¡no hay grilletes ni pistolas que estén obligando a la persona que se fue, a quedarse! Por lo tanto ¡no se la digas! es irónico e ilógico. Sí, a lo que se llega a referir la gente, es a que la persona debe de soltar a la otra y la dura verdad es que nunca la va a soltar, siempre va a estar el trauma del abandono, siempre va a estar ese recuerdo de que se fue. Las personas no sueltan, verdaderamente no sueltan, lo que hacen es dejar de pensar en lo sucedido y pareciera que pensando cada vez menos en lo que ocurrió van soltando, pero la verdad es que, si esa persona les abandonó, eso quiere decir que quien soltó la mano de tu ser querido fue quien se marchó, por ende ya no hay nada que soltar y por esto es que no funciona esa frase. Cuando fallece alguien, no lo olvidamos y puede ser que cada día le lloremos menos, pero habrá personas y/o situaciones en las que después de 20 años alguien, al contar que falleció, se suelte a llorar casi como si fuera el día de su funeral, porque algo o alguien detonó el recuerdo. Así que la realidad es que no soltamos o dejamos ir, lo que realmente sucede es que tratamos de no pensar en ello porque siempre va a doler, pero lo que hacemos es anestesiarlo con el no pensar en ello, en los recuerdos y en la persona y, aunque muchos dicen que no les duele igual y es verdad, a quienes dicen que “ya no les duele” han logrado ya no pensar en ello, pero ahí adentro está ese recuerdo y ese sentimiento, comprobado por la ciencia, simplemente nos protegemos al tratar de “olvidar” que más bien es “no pensar en ello”.

4. “Olvídale”                                   No son enchiladas, como decimos en mi pueblo. Esto es primo hermano del “ya suéltale”. La realidad es que cuando se trata de sentimientos, de tristeza, es muy difícil de controlarlos porque son reales, es igual que el amor, a una persona verdaderamente enamorada, no hay forma en que se le pueda hacer que no piense en su amante. Como son sentimientos reales y como dependen de cada persona, no se pueden ocultar, no se pueden evitar, por eso lloras hasta con la que te vende las tortillas porque recuerdas que iban junt@s a comprarlas, es muy difícil evitar esas lágrimas, por eso optamos por escondernos, encerrarnos, evitar reuniones, para llorar a solas, para golpear las paredes, gritar con la almohada en la cara y desear no volver a respirar jamás y que con ese último aliento se vaya el dolor. Por lo anterior, no le digas que le olvide, al final de cuentas y al pasar el tiempo, la persona podrá jamás olvidarle o lograr no pensarle tanto, recuerda que es quien se quedó amando al otro y por ello es más difícil. La persona que se va, regularmente es porque tiene juguetito nuevo y todas sus emociones están en otro lado y su falta de hormonas del amor no la tiene, porque alguien más se las da. Pero la persona abandonada tiene toda la abstinencia de la que ya hablamos en el capítulo anterior y por ende, tiene toda la tristeza a cuestas.

5. “Ya párate” “Ya haz algo” y “Deja de llorar”                 Son frases que no ayudan en nada, sobre todo la última. Hemos visto series, películas, en donde las personas se encierran a ver películas, a tragar helado como desesperados o por el contrario a no comer nada y dejarse morir. Algunas pocas personas lograrán ya no estar, pero para quienes se tienen que quedar por su familia o amigos o por lo que sea, tendrán que salir en algún momento. Si quieres que esa persona no pierda el trabajo o se quede en la ruina, solo tienes que alentarle con amor a salir, insistirle con calma y ternura, pero no con las frases anteriores ni ninguna similar. Es bien difícil entrar a la cabeza de una persona herida, triste y que solo quiere que le regresen su vida anterior. No encuentra nada de motivación, ni en los amigos, familiares ni cosas qué hacer y eso no quiere decir que no tengan un valor, cada persona tiene un valor para esa persona, pero en este transe no lo piensa, no lo disfruta, no lo ríe, solo quiere llorar y el que le digas que no llore es cerrarle las puertas al desahogo. En llamadas o en persona solo se le puede recordar con minucioso cuidado que tiene un trabajo, hablarle muy suave para insistir en que debe ir a trabajar. Es mejor decirle: “me queda claro que no quieres ni tienes ganas ni fuerzas para salir de tu cama, pero es algo que debe ocurrir, hazlo aún sin ganas porque es algo que se debe atender, trata de ir aún sin ganas, trata de salir, yo te acompaño en el teléfono o en persona, me has demostrado que es difícil y que es duro, pero simplemente hay qué hacerlo, vamos, te acompaño”, sin imponer órdenes ni regaños, solo insistir, insistir e insistir. Porque al final de cuantas la mayoría se para y va en “automático” a cumplir con sus obligaciones, pero desde la empatía en la que comprendemos que no quiere salir ni a la sala y en que está triste, debemos acompañarle y no soltarle, porque si se queda sol@, es peligroso para su salud y vida. Si bien hay que dar espacios, también hay que estar al pendiente.

6. “Lo que no era para ti…”        Nuevamente es echarle limón a la herida, estas frases lejos de dar consuelo hacen que la persona quiera llorar más y más ante la dura realidad, por ende, no se la digas, sobre todo porque tal vez si era para esa persona, pero la verdad es que ya no lo sabemos porque no está y porque no se sabe que pueda suceder igual y jamás regresa, pero ¿y si sí?.

7. “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”                     Muchos te dirán esta frase en la que te explican que si te pican con una aguja te va a doler y eso es inevitable, pero que el sufrir por el piquete más de una semana es opcional. (Suspiro) Ay, la verdad es que en las cuestiones emocionales, no puedes controlar nada. Nuestra persona en cuestión lleva 54 días llorando y no ha podido tomar la opción de no hacerlo, de no sufrir. No puede pararse y decir “hoy no voy a sufrir”, es algo tremendamente difícil, porque el sentir es inevitable. Y regresamos a la verdad que es tratar de no pensar, ocuparse y no pensar y ocuparse y así… Habrá personas que te digan que sí lo lograron, que es opcional, pero la realidad es que cada quién es diferente y hay personas a las que se les “resbalan” las cosas mucho más fácil y más rápido que a otras, pero cuando es mucho el amor y muchos los años que se sostuvo una relación es más difícil aún.

8. “El tiempo lo cura todo”        Podemos regresar a la historia anterior de esta persona en cuestión, hace 15 años también le rompieron el corazón y el tiempo no lo curó, simplemente se deja de pensar en ello y se crea una cicatriz, pero ahí está la herida debajo de esa cicatriz. Lo más duro es cuando es más tiempo y más amor, entonces no es que el tiempo lo cure todo, es que mientras avanza el tiempo las personas van realizando diversas actividades para dejar de pensar, pero hay relaciones que nunca, que jamás tendrán una cura. Piensa en algo del pasado que aún te duela ¿verdad que existe? cuando te pones a recordar es cuando sale esa herida, aunque ya la hayas superado, por lo tanto, no, el tiempo no lo cura todo.

 

 

Podríamos escribir muchas más frases, pero espero que con esto te quede claro que, lo que tienes qué hacer para ayudar a tu ser querido, es más bien escucharlo y estar ahí para esa persona, aunque sea por teléfono. Es mejor escuchar que decirle frases que solo le van a lastimar. Tan solo piensa en frases parecidas a las que listamos y esas son las que no deberás decir. Recuerda observar a la persona, cuidarla, porque no sabes cuando ese dolor puede ser peligroso.


05/02/2025

Qué triste es mi historia Cap. 3

 ¿Qué se vive cuando alguien nos ha abandonado?

 

Como ya hemos mencionado, la mayoría de gente no expresa lo que realmente está experimentando, se esconde y trata de no hablar del tema, por miedo al qué dirán o porque así nos han enseñado. Pero… ¿qué sucede en el día a día?. El presente texto es para concientizar a la gente, para que busquen terapia, para que no hagan promesas que no cumplirán, para que no se conviertan en los malos de la película, al hacer uno de los más fuertes daños que puede existir en esta vida tan extraña y dura. Así que, con el corazón en la mano, con la neurona espejo activada, pongámonos en el papel de nuestra persona en cuestión:

 

Suena el teléfono, una llamada, una notificación que te despierta, o simplemente te vas despertando. Si bien te va, no le has soñado y has soñado cosas raras, en mi caso, casi siempre. No sueño a colores, rara es la vez que veo luz, son más que nada siluetas en algo parecido a una noche casi sin luz. Si es el teléfono el de la culpa, me pone de malas, lo silencio, a menos que sea imperante el contestar. Pero es muy difícil abrir los ojos, están pegados por las legañas debido al llanto, mientras voy quitándomelas con cuidado con los dedos, el sistema “bootea”, como en las computadoras que se van cargando los programas y el sistema va despertando, así las personas, en unos minutos vas recordando en dónde estás, cuándo estás y en qué momento de tu vida. El pecho que estaba dormido se va vaciando nuevamente para albergar ese dolor que oprime el estómago y pronuncias finalmente su nombre y comienzas a llorar, pero ahora son primero los sollozos y después van saliendo las lágrimas, es raro cómo ha cambiado esto, aunque a veces solo siento las lágrimas caer, es más de gemir con dolor y después saldrán las lágrimas. Aquí es donde tengo que contenerme, porque el sentimiento se puede transformar en ira para golpear las paredes y romper cosas o en desesperación de salir corriendo hasta dejar de existir. si bien me va, mis puños se aprietan, golpeo la cama y la pared, el dolor se desvía hacia los nudillos y me levanto ¡ah cómo cuesta levantarse! ¿para qué? ¿para quién? ya no tiene caso.

La boca seca y el día vacío, ya no brilla ni por el sol que se ve entrar por la ventana. Es ruda esta abstinencia de fenitelamina y oxitocina, las hormonas del amor; de la dopamina, hormona de la recompensa y de las endorfinas, hormonas de la felicidad, altamente adictivas y que esa persona me daba a diario. 40 días ya sin su presencia, sin recargar la batería ni drogarme con su caniño, nada me hace feliz. Solo era esa persona la que lo hacía, la que me daba razones para vivir.

Toda la gente me dice que ya me pare, que ya salga y que haga algo por mí, que no va a regresar y que me resigne, echándole más limón a la herida y en vez de pararme a golpes, más me hundo en este abismo negro. Se repiten las frase “tú puedes, tú naciste sol@ y te vas a morir sol@, hazlo por ti y para ti, hay un mundo afuera”, frases que no me incentivan para nada a seguir. Y la única solución la tiene esa persona, la única persona que te puede sacar de esta crisis, la misma que te metió en este agujero de abandono y desesperación, pero no quiere… y te dicen “no le puedes obligar, no le vas a tener a fuerza, déjale ir”, jajaja, frases que solo duelen porque está de más decirlas, por favor, no se las digan a sus seres queridos porque no ayuda en nada y solo duele más. ¡Sabemos perfectamente que no quiere, si no, no se hubiera ido! ¡Sabemos que no le podemos tener a fuerza, que no le podemos obligar, lo sabemos bien! Pero también sabemos que lo que más queríamos es que hubiera querido quedarse a luchar y no haberse dejado influenciar, le calentaron la cabeza, se veía desde un satélite, debió quedarse a luchar a decir un “si no vamos a terapia vamos a terminar”, no solo decir que ya no quería e irse, aunque se veía amor en sus ojos, aunque había amor de mi parte y aunque era injusto para la relación no luchar cuando ambas personas se amaban. Lo que pasó es que una persona no perdonó con sinceridad y la otra siguió por un camino de espinas y con miedos y ansiedades.

Es entonces cuando te das cuenta de que entras en la etapa del “hubiera”, esa etapa que entró en mí desde ese 21 de diciembre y que cada vez me ha hecho pensar en todos mis errores y en que necesitaba un golpe muy fuerte para valorar lo que tenía, para corregir lo que erraba, para volver a ser yo, auténticamente yo y no esa persona tan mal versada. No, no se equivoquen, mi amor era genuino, mi lealtad le pertenecía completamente. Desde que me perdonó, juré no volver a caer en tentaciones y en amarle con todo mi ser, pero no supe leerle, no supe ver tantas cosas que hice y que no debí dejar pasar y valorar, ¡carajo! valorar todo lo que se esforzaba por trabajar, por superarse y lograr una mejor vida para amb@s, por tener un mejor futuro junt@s, se lo dijo a alguien y hoy lloro horriblemente por no haberlo valorado completamente. No quiero dar a entender cosas que no son, sí le valoraba mucho, pero debí comenzar de cero, en papel blanco y no lo hice, así como no haber valorado todos sus esfuerzos y lo mucho que trabajaba, aunque llegaba y le daba de cenar, le tendía su cama para que llegara a descansar y no entendí que era tanto el cansancio que por eso no podía más que dormir. Debí abrazarle a mi pecho y consentirle por todo su esfuerzo como una manera de agradecimiento, por apoyarme en mi etapa tan estéril de problemas económicos. Qué pendej@ fui al no abrir los ojos completamente, solo los entre abría y debí valorar con todo mi ser todo lo que hizo, con sus defectos y sus virtudes.

Y por otro lado mi peor erro por el cual me arrepiento tanto, de verdad que cómo me gustaría no haber contestado esa llamada, de verdad que cómo me gustaría haber tenido los … bien puestos y solo decir gracias y no abrir conexión. Y aunque le dije que arreglaría las cosas cuando comenzó a agarrar su ropa para dejarme, porque entonces vi que sí me amaba, no debí haberme ido, debí hablar claramente lo que sucedía y quedarme a su lado a resolver junt@s, pero estúpida persona imperfecta que soy, me dejé llevar creyendo que no me amaba, me dejé llevar cuando, a pesar de todo debí decir no. Le pedí tiempo y solo eran horas, cuando llegué ya se había ido.

Hoy sé que ese fue el parte aguas, esa llamada que debí de haber controlado, que debí simplemente esquivar, fue lo que provocó una serie de acciones que se convirtieron en una bola de nieve para esa persona que pensaba que no le era leal ni fiel. Todo por no hablar. Por eso sigo en el hubiera, aprendiendo a valorar, a corregir, pero como es un “hubiera” ya no tiene caso el saber en qué erré.

Sé que debí de decirle y demostrarle a diario que era mi vida, mi más grande motivo, mi más grande amor y dejé muchos detalles, muchos mimos, muchas acciones sin hacer, sin corregir. Me volví intolerante a cosas que no tenían porqué ser motivos de discusión, como el tema de los departamentos, yo no podía con ello, sentía en mis adentros como si me fuera a abandonar y solo estaba viendo por su futuro y así cosas que no debí hacer o decir. Tolerar más a su familia, al fin y al cabo todas las familias son lo mismo, darles el avión mientras no hubiera acciones directas, todo lo demás lo debí dejar pasar. Pero sobre todo, haber puesto su huella en mi celular, que supiera la clave de mi computadora para haberle restaurado, a través de los años, un poco de confianza en mí. Hubiera, hubiera, hubiera. ¡Y se lo merecía, con todo y lo terc@ que es, con todo y sus defectos humanos, porque también me amaba, porque luchaba a su manera por mí.

Hubiera, hubiera, hubiera. Pero en esos huecos que dejé por mis errores, fue por donde se coló alguien más, nada puedo asegurar, ya no quise averiguar, pero así es siempre, dicen que no hay nadie, pero lo hay y fue mi culpa por crear esos huecos que debieron estar llenos de amor. Sí, no lo puedo asegurar, pero es lo más probable, que esa persona le haya dado fenitelamina, oxitocina, dopamina y endorfinas, calentándole la cabeza y diciéndole que me dejara por todo lo que le había yo hecho, así como alguna vez me calentaron la cabeza para ponerle límites con respecto a su familia, pero que lo dejé pasar porque yo no quería ya pelear.

Me tardé mucho. Hasta este año comencé muy lento mis cambios. Los traía en mi cabeza, pero la ansiedad y depresión por los años de mi madre y por el miedo a ser feliz cuando lo tenía todo, me hizo no moverme de un lugar que yo creía que era seguro a pesar de que sabía que algo no estaba bien. Y cada vez que le pedía que fuéramos mejores, cada vez que discutía por ello, porque de eso se trataban más nuestras peleas, se quedaba callad@, tal vez porque ya estaba en ese otro canal y a pesar de que ese sábado 21 me dijo “pero yo sí te amo”, me quedé paralizad@, debí aprovechar sentarme con elle y pulir de una vez por todas todos mis errores abriendo mi corazón y la verdad. Pero se fue ya no confiando en mí, creyendo que yo tenía ojos para más personas, cuando yo solo tenía interés en solo en elle, lo sé por esa vez que bailó slam con coraje, después de que me bailaron a mí. Debí sacarle a bailar, debí abrazarle y tenerle a mi lado en las fotos, debí hacer todo lo que en mis manos estuviera para cerrar esos huecos de duda, de inestabilidad, de sentirse insuficiente, para que nadie más entrara y para que supiera que era lo más amado para mí.

Debí… debí… debí….

 

Hoy, a 40 días de su partida y 46 de que me dijo “y si yo ya no quiero”, ha sido un día lleno de lágrimas, desde la mañana hasta ahora, como si me lo hubiera dicho ayer.

 

Y como human@ estúpida, a diario ruego por un milagro, un milagro en el que ella regrese a mí, porque sé que nadie le va a amar tanto como yo le amo y le amaré por siempre.

 

Para ti, la siguiente canción. La letra es de Ada Silva MR y la música y voz de Suno AI, “40 días”.




De los suicidios en Oriente

Hace varias décadas conocí a una chica que vivía por el oriente, a donde fuimos algunas veces. Una de esas ocasiones pasamos por una calle habitual donde vivía una conocida de ella, de la colonia, en su casa había un moño negro y en el balcón del primer piso, se veían varias veladoras, ella solo dijo “¿qué habrá pasado?” y la fuimos a dejar a su casa. La siguiente vez que la vi, le pregunté al respecto, me contó una historia real muy triste, me dijo: “¿conoces la canción de Vico C, “Recuerdo” ?, le dije que sí, me dijo: “Pues así le sucedió a esa chica, es muy triste, mira, ella conoció a su novio en la universidad, fueron almas gemelas y era una relación muy bonita hasta que la truculenta vida se metió como lo hace tantas veces. Ella estudiaba mucho la carrera de medicina, él ingeniería y a veces ella no podía salir tanto como él quería y le decía que se fuera él a divertir que ella no tenía tiempo, él sintió como si ella no lo amara porque no comprendió que ella quería estudiar para que cuando formaran una familia pudieran tener un mejor futuro, pero él no lo entendió porque ella no se lo explicó. En una de esas salidas otra chica le sonrió y lo trató bonito, él, a pesar de amar tanto a su mujer, como él le decía, cayó desde la vulnerabilidad de lo que él decía que era abandono por parte de su novia y, aunque la nueva chica le ofrecía nuevas emociones, no se comparaba con el amor de su novia. Ellos salieron algunas veces, en una de esas salidas, la fiesta fue a unas calles de la casa de su novia, una amiga de ella lo vio y fue corriendo con el chisme a decirle a su novia, ella, incrédula fue a verlo y lo encontró abrazando a la otra, sin decir nada regresó a su casa, se encerró en su cuarto a llorar amargamente, sus papás y hermanos quisieron quitarle la aflicción, pero no podían, hasta hablaron con el novio, pero él decía que si no era ella quien lo buscara, no creería que su novia por fin tendría tiempo para verlo. La novia les dijo a todos que entonces ya no quería vivir y menos vivir una vida vacía sin él, una vida en donde él estaba con otra y no venía a su puerta a pedirle perdón, una vida atroz llena de tristeza porque solo lo quería a él, él era su más grande motivo y por él ella se estaba tratando de superar. Les dijo a todos que ya no quería vivir y todos le decían que ella tenía que vivir por ella, no por alguien más y que había mil peces en el mar, no solo él. Ella decía, que solo lo quería a él, que sin él ya no tenía caso vivir. En menos de dos semanas ella no quería comer y les decía a los demás que la dejaran descansar, que ya no quería vivir y todos le decían “Ya, ya, ya, se te va a pasar, no hay mal que dure cien años”. Una noche, ella les dio las buenas noches a sus padres con un beso en la mejilla, les dijo que no quería cenar, que estaba muy cansada de llorar y que subiría a descansar de una buena vez. Al siguiente día, nadie la fue a despertar, ya no lo hacían porque ella solía llorar hasta quedarse dormida y despertar hasta que la dura realidad la abofeteara, no obstante y al ver que ya eran casi las 7 de la noche, la fueron a buscar, no la vieron en su cuarto, la buscaron en la casa, hasta que alguien salió al balcón de su cuarto, en donde ella yacía medio colgada de una cuerda. 

Varios años después, me llevaba con algunas amistades, una de ellas, Angy, dueña de una estética que conocí porque acudí a cortarme el cabello, nos recibía para cotorrear con ella y su asistente, era muy divertido, porque todas teníamos unas ocurrencias muy buenas. Recuerdo que ahí, entreteníamos a los clientes, la asistente que le tocaba retocar las patillas con navaja en mano, llegaba y les preguntaba a los clientes: “¿qué salvo? ¿ceja u oreja?” y obviamente la gente se botaba de la risa y ya solo respondían que las dos. Yo me aventaba varios chascarrillos que hacían muy amena la estancia, algo así como un “Stand Up Comedy”, pero sin nada de profesionalismo, pero muy ligero y ameno, además de que a veces nos juntábamos ahí para ir a ver los partidos de futbol rápido o después comíamos tacos a media cuadra. De esta manera pudimos conocer a varios vecinos- Enfrente del salón que estaba en la esquina, había una casa y era de los “gordos del gas”, se imaginarán porqué les decían así, papá gordito, pero los dos hijos mucho más, con sobre peso considerable, pero, aún así, eran los que surtían gas en la zona. Uno de los “gordos” comenzó a ir a platicar con Angy y conmigo, siempre se le veía nostálgico y a lo largo de un par de meses nos contó de una chica de la que estaba enamorado y que lo había dejado por su peso, aunque él la había amado con todo el corazón, hasta creía que se iba a casar con ella. Una de esas noches nos dijo: “ay amiga, neta que ya no le veo caso a la vida, estoy cansado, triste, vacío, nadie va a querer estar conmigo con este peso y por más que me quiero poner a dieta, nos dicen que es de familia y que nos resignemos y yo, la verdad, ya no le veo caso”, yo obviamente le dije que tratara de tranquilizarse, de calmar un poco su tristeza, que había más cosas en la vida. Él insistía en que no, en que ya no quería seguirle, en que extrañaba mucho a su ex y que ya no tenía motivos para vivir, sobre todo porque cada vez que llegaba a su casa y quería contarle esto a su familia, ellos se burlaban y le decían “¡Nada de que ya no quieres vivir, aquí se vino a chingarle, ‘usté” es hombre y no venga con sus lagrimitas jotas y te guste o no, así debemos de hacerle, a la fregada la vieja esa, hay muchas más, ¡muchas! ‘usté’ levántese, a trabajar y a seguirle! Y ya deje de estar friegue y friegue con que ya no quiere vivir y que se va a matar, no nos venga con esas tarugadas.” Me dijo que así le decían y que no le creían que él ya no quería vivir. Yo solo recuerdo haberle puesto la mano en el hombro apretándoselo y decirle que lo entendía, que entendía de alguna forma cómo se sentía, pero que yo no encontraba las palabras que él necesitaba oír para que siguiera adelante, pero que tratara de intentarlo, que la gente si él se iba, se iba a poner triste. Solo me respondió que solo sería una muerte más en el barrio. Ante estas cosas te quedas estupefacta y no tienes idea de qué hacer o decir, aunque recuerdo que comprendía su sentir, tal vez porque yo venía de los 4 años más pesados de mi vida y eso me había dado como que la lección de empatía ante esta soledad y esta rabia que le tomas a la misma vida que se burla de los seres humanos una y otra vez.

Al siguiente fin de semana que fui, Angy me saludó, me tomó de las manos y me sentó en una de sus sillas en la estética, ella se sentó enfrente y me comenzó a relatar que el gordo, 5 días antes, llegó a su casa, todos estaban abajo cenando, su mamá le dijo que se sentara a cenar, él les respondió que no tenía hambre, que ya no quería nada, su papá volvió a decirle que se dejara de pendejadas y que se sentara a cenar, él solo los volteó a ver y llorando les dijo, “ya no les voy a estorbar”, comenzó a subir la escalera hacia su cuarto, el cual era el más alto en la vivienda de tres pisos, entró a su habitación, sacó su arma de debajo de la cama, su familia escuchó un disparo y cuando subieron ya no pudieron hacer nada.

 

 

 

Muchas veces en la vida nos pasa por la mente atentar contra nosotros mismos, algunos lo logramos, algunos no. El problema radica en la falta de entendimiento, hasta el día de hoy, en cuanto respecta al sentir de la persona que no quiere vivir y ni siquiera los expertos han podido encontrar una solución para esta problemática cuando la persona ya hizo todo y ya no encuentra salidas.

En el caso del desamor, los psicólogos, tanatólogos y terapeutas, así como muchos amigos, le dirán a la persona que debe de salir por sí y para sí misma, que nació sola y que sola se va a ir. Dirán también que la otra persona tiene “el derecho” de irse, aunque esté bien o esté mal, tiene “el derecho” de irse, que la vida es así, que “nada dura para siempre” y que la realidad es así. Frases que solo van a tronar más y más las grietas de ese corazón roto, de esa vida cuarteada y que solo lastiman más y más y en vez de ver luz, cada vez se hunde más en el abismo negro. 

Frases que se contradicen a cuando te aconsejan cuando se inicia una nueva pareja o la gente se casa: “hasta que la muerte los separe”, “deben de honrarse uno al otro”, “se deben ser fieles”, “deben amarse y luchar por siempre salvar la relación”, etcétera, etcétera, etcétera. 

Así es: contradictorio completamente. Solo te hablan dependiendo de la situación.

Lo que sí sucede es que los familiares y amigos sienten feo de que esa persona ya no quiera estar, muchos se hartan de que a diario esa persona llore y le dicen “¡ya! ¡a la chingada! ¡ya párate!”, otros aguantan vara y escuchan 500 veces la misma historia, los mismos hubiera, pero otros se cansan y dejan de hablar o escribir, lo que merma en la persona que está sufriendo y que a veces lo entenderá y otras no.

Y la misma persona, después de gritar porque le ayuden (aunque solo una persona tiene la solución en sus manos), irá callándose poco a poco, hasta que este hartazgo de todo y de todos la lleven a tomar finalmente la decisión, buena o mala, para salir o para finalizar y es entonces cuando todos entran en esa etapa que detestaban de esa persona triste: en el “hubiera”.  Hasta esa única persona, si es que aún le ama, como en el video que retrata miles de historias, se arrepienta de no haber regresado cuando esa persona era la indicada. Siempre es “demasiado tarde”. El ser humano es estúpido por naturaleza y comete muchos errores, sobre todo, no tener la fuerza de decir no a tentaciones y no luchar las veces que sea necesario cuando hay verdadero amor.

 

Y esa persona se va a ir diciendo que ya no quiere luchar por sí misma, que ya no quiere salir para sí misma, que no quiere estar sola, que quiere a “esa persona” porque ya lo vio bien desde la valorización de los “hubiera”, desde la etapa de resignación fría en la que también se valora todo, y se reconocen todos los errores y se puede cambiar, pero ya no le dan la oportunidad, pero los demás dan todo por sentado y se burlan de la persona, hasta que ésta logra dejar de respirar.

 

 


 

 


10/01/2025

¡Qué triste es mi historia! Cap. 2

     No tenemos ni la más remota idea del daño y heridas que podemos causarle a una persona que nos ama cuando nosotros miramos hacia otros lados, no cuidamos nuestras relaciones, no trabajamos en nosotros mismos, no tenemos inteligencia y responsabilidad emocional y no comprendemos las etapas de la pareja o las desconocemos.

No sabemos cuánto daño podemos causar cuando decimos “te amo mucho pero ya no como pareja”, lo dejas en una nota y lo mandas a decir como para consolar a la persona, pero al final solo la sigues destruyendo más, puesto que la persona te ama y te quiere como pareja.

Nos convertimos en villanos culpables de la historia, pero eso sí: inimputables, esto es, sin castigo alguno, ya que la vida es tan injusta que no hay punitivismo para estas acciones, por ende, siguen sucediendo y repitiéndose, como lo vimos hace 15 años en los otros posts de este blogg. Porque todas las personas tienen el “derecho” de cambiar su vida a pesar de, al ejercerlo, dañen a alguien irreparablemente y con esto, hasta se incremente la base de datos de los suicidios. Los psicólogos y terapeutas, en su mayoría, te dirán que tú no tienes responsabilidad alguna en que otra persona se quite la vida, no obstante, dicta una frase, “tú eres responsable de lo que haces para que otra persona sienta algo por ti”, por lo anterior, si bien no es tu culpa, sí puede ser tu responsabilidad.

Por todo lo anterior, no enamores nunca a nadie de quien tú no vas a enamorar, porque debes de tener responsabilidad afectiva, en la que tú enamoras a alguien y luego se te pasa y la dejas tirada con años de relación, proyectos de vida, ilusiones a futuro, etcétera. Así que cuando inicies una relación habla todo lo posible y no prometas nada por conquistar, así es, prometemos muchas cosas “para toda la vida” y esas promesas y juramentos los rompemos todo el tiempo, así que no jures ni prometas ni no eres una persona que te conozcas tan bien, que seas equilibrado y sepas que esa promesa la vas a cumplir. Cuando todos comencemos a aprender esto desde secundaria, cuando exista una materia que nos enseñe inteligencia emocional y responsabilidad afectiva, va a ser cuando las relaciones no sean tan dañinas ni tóxicas. Pero estamos en un mundo en donde nos absorbe el celular y nos bloqueamos emocionalmente, sí, existe el bloqueo emocional, donde no sientes, no expresas y eso está muy complicado y fuerte. Esto se debe de trabajar con un buen terapeuta, no una persona a la que le pagues y te diga lo que quieres oír, por ello debes de ir cambiando de psicólogos, terapeutas, tanatólogos o hasta psiquiatras hasta que encuentres al que sí funcione y con el cual veas verdaderos cambios hacia una evolución humana enriquecedora, justa y amorosa, pues es lo único que vale la pena en esta vida humana.

                 La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y responder adecuadamente a las de los demás.

                 La responsabilidad afectiva es la capacidad de ser consciente de cómo nuestras acciones impactan a los demás.


 Las etapas de una relación de pareja son fases que se caracterizan por cambios y transformaciones en la dinámica de la relación. Cada etapa tiene sus propios desafíos, características y aprendizajes. 

Algunas de las etapas de una relación de pareja son:

  • Enamoramiento: La fase inicial de la relación, donde se idealiza a la pareja y se siente una gran atracción. 
  • Intimidad: La fase en la que se profundiza el vínculo y se consolida la relación. 
  • Compromiso: La fase en la que se desarrolla la lealtad y el crecimiento mutuo. 
  • Madurez: La fase en la que se alcanza un vínculo emocional sólido y profundo. 

Las etapas de una relación de pareja no son lineales ni rígidas, y pueden variar en duración e intensidad. 

Es importante reconocer que las fluctuaciones y los cambios son parte natural de una relación. Aceptar la existencia de estas etapas puede ayudar a las parejas a fortalecer su conexión.

                 Con lo anterior que hemos expuesto y aprendido, debemos de comprender e intentar no dañar a alguien que hemos amado nunca, no convertirnos en villanos y comprender que la pareja tiene etapas.

El consejo de siempre ha sido: disfruta la vida, vive, cuídate bien y diviértete para que, cuando ya quieras sentar cabeza no digas “no he vivido ‘x’ o ‘y’ situación” que no puedes ni debes vivir cuando ya tienes pareja. Una vez recorrido ese aprendizaje y esas vivencias, debes prepararte para tener una pareja que se convertirá en tu compañerx de vida ¿qué significa esto? Que esa persona atravesará junto a ti todas esas etapas de la pareja y al final casi no tendrán sexo, puede ser que sí, pero la mayoría experimenta un distanciamiento en su frecuencia e intensidad, por ello se dice que tu pareja es tu compañero de vida para el resto de tus días, con quien charlar, caminar, ver la tele y compartir la vida con sus vivencias.

Muchas personas creen que cuando se va apagando la llama de la pasión, deben buscar a alguien nuevo para reavivarla y sí, van a sentir lo nuevo, pero también se va a apagar un día, por ello es tan importante vivir esto antes de tener una pareja fija, para que cuando ya tengas a alguien formal y fijo, así te pasen a toda una pasarela, tú sepas, creas y sientas solo amor por una persona a la que vas a respetar el resto de tus días. Solo así se tiene la posibilidad de tener una vida digna y amorosa, sin dañar a nadie.

Hemos escuchado historias muy fuertes, como la de una chica que con 25 años de relación y amando a su marido, éste se fue con otra mujer nueva, dejando esposa e hijos, dañando todo el futuro y estabilidad de la que eligió como su mujer por no elegir bien, por no pensar bien y por no decir que NO a lo “nuevo” que siempre va a representar un riesgo porque es muy tentador, pero cuando comparas lo nuevo con un amor maduro, no vale la pena perder ese amor por algo nuevo donde vas a volver a comenzar y si tienes suerte pues ahí es, pero las estadísticas dicen que la mayoría de casos fracasan.

Así que con todo esto en mente, volvamos a meternos en el personaje de nuestra “persona en cuestión” y leamos juntos como si fura su historia para aprender y comprender estos transes tan fuertes y dolorosos, aconsejando siempre, que se busque ayuda profesional, ante circunstancias similares y, como opinión muy personal, sin recurrir a ninguna sustancia aún siendo recetada por un profesional de la salud, pues eso marca un punto de no retorno para la mayoría. Como en un post anterior de este blogg “A pelo”, que refiere montar un caballo sin silla ni cuerdas ni herrajes, es la analogía para atravesar estas horribles circunstancias sin alcohol ni sustancias, ni medicinas que causen adicciones y un problema adicional muy delicado.

Leamos entonces como acordamos desde el primer capítulo de esta serie, tratando de empatizar y pensando y creyendo que somos nosotros mismos, tanto para no caer en estas situaciones, como para valorar o, si estas en similitud de circunstancias que te sirva de alguna manera, para llorar, desahogarte o ver algo que no has visto para salir de esto. Nosotros esperamos que se logre salir de esto, aunque lo vemos complicado.

 

«Viernes 3 de enero. Hoy no solo vaciaste una tercera parte del departamento, también vaciaste la mitad de mi vida, dejaste las paredes rayadas y pintadas, paredes que debo reparar de las áreas comunes, si todo fuera como eso, sería tan fácil, pero es más complicado de lo que parece o se lee.

Cuando te conocí, me estaba reconstruyendo y siendo yo para mí, venía de otro engaño y me habían vuelto a dejar, caray, estúpida psicología, cuando das todo, a pesar de tus errores, cuando das todo y entregas todo tu amor, dedicación y presencia, te dejan porque lo tienen todo en la mesa, todo servido en charola de plata, entonces no hay adrenalina, no hay ese “luchar por la persona”, por que ya la tienen y por ello, se van con lo nuevo de inmediato y sobre todo cuando las edades son jóvenes. De ahí me fui a terapia, me sentía morir y lloraba mi decepción. En 4 semanas estaba muy triste, pero haciendo mi vida, me estaba conformando como individuo, estructurando para darlo todo en una nueva oportunidad. Aprendí a vivir con mi soledad y a hacer mis cosas solx como tanto nos dicen los terapeutas. Alistando mi vida para tener a esx compañerx de vida y poder darle lo mejor de mí. Así, reapareciste en mi vida después de poco más de un año de habernos conocido y me dijiste “si estás guapx no estás fex” yo te dije “gracias por la flor, mañana vengo por la maceta”, y esto fue como un augurio.

 Hoy me revientas en la cabeza esa maceta, con increíble crueldad dejaste una nota en la que decías “Nunca te he dejado de amar y lo seguiré haciendo, pero como pareja ya no, ese es el único tema. Sánate por favor”, como un consuelo de saber que aún me amas, pero que ya no me quieres como pareja, las lágrimas, el coraje, la decepción de la vida me amargaron el alma y así estoy hasta hoy.

No puedo creer que me digas que ya no me quieres como pareja cuando todo lo hicimos fue como pareja, a pesar de nuestros errores. Con esto, entro a la etapa del “si hubiera”, una etapa de culpabilidad en donde el ser humano pendejo entiende tooooodo lo que pudo haber hecho de su parte para que la relación funcionara, pero la estúpida psicología imperfecta humana nos hace actuar como eso, como pendejos, no hay otra palabra, para que después nos arrepintamos de todo lo que pudimos haber hecho para no perder a la persona amada y que nos siguiera amando como persona y como pareja. Pero tú, no, no lo entiendes, tu alma, tu corazón tu pensamiento están cerrados, obtusos a la idea de ser pareja y luchar por ella por todos los años compartidos y porque te enamoraste de mi esencia, esencia que sigue ahí y que te dije que podría volver a sacar a relucir para ti, porque juramos amarnos toda la vida, porque juramos que, si no sentíamos amor, íbamos a hacer todo lo posible porque hasta con terapia volviéramos a sentirlo. Soltaste mi mano diciendo “pero también te dije que si ya no sentía amor te lo iba a decir, ya no lo siento”, te respondí que entonces íbamos a luchar juntxs porque lo habíamos jurado, pero tú, empoderadx por alguien o algo, simplemente soltaste mi mano y no quisiste luchar, solo dijiste que ya le habíamos dado todas las oportunidades a esta relación y no. Cuando fuimos a terapia lo hicimos con una amistad, fue negligente de todos hacerlo y solo fue para que nos separara, solo tú y yo pudimos volvernos a juntar y fui yo quien siempre te busqué porque siempre estuve convencidx de que eres tú elle compañerx de mi vida, aún lo creo…

Pero hoy vaciaste mi vida, no pude estar, no debía estar para ver cómo te ibas y porque mi iba a tirar a tus piernas a rogarte que no me dejaras, no importándome humillación alguna y me aconsejaron que te empacara tu ropa, lo hice con una nota en cada bolsa clamando piedad porque no te fueras, hoy me arrepiento de ayudarte a irte, no debí mover un músculo para ayudarte a irte y menos en esa “terquedad” que se nota que tienes porque ni a 15 días me habías celado porque me habían bailado y te habías puesto a bailar slam con una mirada de ojos de fuego que solo percibí hace 5 años cuando yo tuve el mayor error.

 

Y le dijiste a la casera que no sabías si te ibas a llevar tus cosas, ella te contestó que entonces para qué el camión de mudanza. Esto solo me hace castillos negros horribles en el pensamiento, creyendo que si yo hubiera estado, no te hubieras ido, que aún tenías dudas. Mi sobrina me dijo que le dijiste “pensé que estaría para hablar”, otra cosa que solo me crea ilusiones atroces que me rompen más hiriéndome “¿había una oportunidad?”, pero sé que dices cosas a lo “Borras”, entonces me quedo con el nudo en la garganta, el vacío en el estómago y este dolor de pecho que me hace llorar, llorar y llorar, lo que, a ti, te vale a pesar de que me ames (aunque sea como persona) ¡Qué cruel!

 

2018, la relación se había enfriado a pesar de cosas médicas y trabajo te dije que aún te deseaba, que aún quería tus besos y tú permaneciste calladx como siempre, le dijiste a mi sobrina que yo no escucho, pero tú no hablas y como lo dijo tu ex “no somos adivinos”, esto y el que no seas empáticx, son tus bemoles que debes trabajar para ti mismx. Entonces pasaron los últimos meses de ese año con un trato normal pero distanciado entre ambxs. La vida traicionera me presentó una llamada en la que me coquetearon y me levantaron el ego… lo nuevo, siempre lo nuevo nos trae la etapa de la conquista en donde te suben el ego, te hacen sentir como la mejor y más guapa persona, a pesar de la distancia, pues era por redes, se gestó una fantasía que notaste y celaste, entonces… ¡por fin! ¿me amas o no?, me preguntaba en mis adentros. Esa vez fuimos a Querétaro, te pedí tiempo y luchaste por el mejor cuarto, comida y hasta una frazada café, me habías defendido de tu familia y era todo lo que quería, pero la vida me había presentado algo más y no te creía que habías cambiado ¡QUÉ PENDEJX FUI”, te lastimé, ahí debí buscarte por que te fuiste a caminar y a llorar, debí haberte buscado hasta debajo de las piedras para traerte a nuestra cama, abrazarte, hacerte el amor y negar cualquier conato de otra relación! ¡La cagué! ¡Lo sé!. Hoy me duele y me lacera el alma ese momento que nos ofrecía el hablar, el poder solucionar nuestras cosas y vi que me amabas y luchabas por mí, pero nunca hablaste, por más que yo quería hablar y se volvía un monólogo, no hablaste. Después de varias discusiones te dije, “ok, si me amas, ya me lo dijiste, ya lo entendí, dame tiempo, solo un par de días para arreglar las cosas y seguir juntxas”, no pasó ni un día. Fui a resolver el asunto y cuando regresé, habías sacado todas tus cosas y me habías bloqueado. No me diste tiempo, aún estábamos a tiempo ¡carajo! ¡qué desperdicio!. Así pasaron varios meses, logré contactarte, fuimos a terapia y ahí me volviste a dejar, seguramente porque te puse el buscapiés de “abrir la pareja” y tú no quisiste eso, yo, estúpidamente quería que me dijeras “te quiero solo para mí”, pero te volviste a callar y la psicóloga dijo lo que tú no me dijiste que te querías ir y te fuiste. Me volviste a dejar y sí, acepto que yo pude haber hecho más, ahí pasaron cosas con la otra persona, pero nunca dejé de pensar en tu dolor, en ti, en resolver el problema, nunca dejé de saber que todo estaba mal, que no era correcto, que me fui de mis preceptos, que los olvidé y erré como pendejo ser humano que soy. Me fui a una fantasía que solo era eso. Y la comparativa que siempre existe me decía que una vida amorosa, con calidad, como pareja, era contigo, por ello volví a buscarte para volver. Lo logré y en ese trance te dije que lo otro se consumiría solo, pero que yo estaba ya para ti y solo para ti. Creo que no lo creíste. Eso nuevo pasó muy rápido de etapas y desafortunadamente era una persona clasista y materialista. Aunque me di cuenta a tiempo, tú te fuiste antes y perdimos varios meses alejadxs unx del otrx.

Pero regresamos, regresé y luché por ti porque siempre supe que, para mí, eras elle compañerx de mi vida. Nunca creí que te marcharías, eras mi base y mi eje a pesar de tantas cosas que no supe hacer pero que eran solo de sentarnos a hablar con amor para resolver. Aún hoy todas las personas con las que he hablado concluyen lo mismo: nuestros problemas no eran suficiente razón para terminar una relación tan fuerte. Sí, hoy dices que de tu lado ya no me amas como pareja y es tan cruel escuchar que la persona por la que vives y respiras, primero te dijo que ya no te amaba, ahora te dice que sí, pero no como pareja, pero es amor… resulta muy confuso y sé que aunque tengas la idea firme del “no como pareja”, sé que hay duda y confusión, solo que siempre has sido muy tajante, inamovible en tus decisiones a pesar de que pierdas más de que ganes y todo esto y lo que deriva de ello es lo que me tiene tan triste y tan mal.

El sábado 21 y el viernes 27 de diciembre hice todo por que te quedaras, te ofrecí todo porque yo sabía bien que si te ibas, te llevarías mi vida. Hoy no solo siento como si me fuera a morir, hoy me quiero realmente morir. No le veo el caso a la vida, no quiero terapias, no me quiero reconstruir como lo hice antes. Todos los recuerdos se agolpan en mi mente, todo lo eres tú, un viaje, una comida, un reloj, unos zapatos, un amanecer, un tener fríos los pies. 15 años de vivencias que me daban motivos de vivir.

 

Antes de irte estaba atravesando trastornos de ansiedad, un par de veces en que te diste cuenta que no podía dormir, me acariciaste la espalda, me calmaste y me hiciste dormir, eras tú quien me mantenía con vida y con ganas, eras tú quien me calmaba, a quien siempre quería ver. En mi ansiedad se atravesaban imaginaciones funestas, en donde un accidente me hace llamarte y despedirme de ti, porque siempre fuiste tú.

 

Con tu partida mi decepción de la vida, ya no quiero buscarme a mí mismx, ya no quiero salir por mí, ya no le veo sentido a la vida. Me hubiera gustado morir en tus brazos sabiendo que me amas y me hubiera ido en paz. Ahora soy una alma que va a vagar amarga por la eternidad, porque no se pudo cumplir mi plan de vida, mi sueño de terminar mis días al lado de la persona que amo y que me ame.

 

Dices que estás en terapia, se nota que tu terapeuta en vez de ayudarnos a arreglar la pareja te convenció de que ya no me amas como pareja, obvio, le pagas para que te diga lo que quieres oír y no lo mejor que se puede hacer como ser humano, por las promesas y juramentos, por humanidad de la dignidad de los 15 años.  Si no estás en terapia, entonces es alguien más… No puedo olvidar cómo una semana antes de todo esto, llegaste llorando muy fuerte, hasta te dije “te terminaron” (porque me vi reflejadx en ti y por la posibilidad de esa otra persona de Cancún o qué sé yo) y tú solo llorabas muy fuerte y me decías “no tengo nada”, “no es nada”, aunque al final me dijiste que era por salud, por miedo, te dije que estaba para ti, que no estabas solx.

¿Trabajando en ti? Ningún terapeuta te va a decir que digas que me amas pero no como pareja, porque saben muy bien el daño tan fuerte que radica en esta declaración y no la van a recomendar. Si lo hizo, te aconsejo que busques a alguien más, porque eso no se hace, por el contrario, te aconsejan no decir nada ya.

Debes trabajar en ti, pues nunca me perdonaste lo que pasó, nunca lo viste como yo lo vi, te victimizaste en vez de decir “yo también tuve culpa porque le hice creer que no le amaba”, si yo hubiera sabido que me amabas y si hubiéramos estado bien, no hubiera jamás respondido a esa prueba con un sí, simplemente hubiera respondido “gracias pero soy papa casada”, una cruel prueba que me puso la vida y de la cual me arrepiento tanto…

Debes trabajar al menos en 3 cosas:

1.       Que seas empáticx, nunca lo has sido y te custa trabajo, tienes una muy vaga idea de lo que sienten los demás, no te pones en su lugar para sentir tristeza o enojo, simplemente lo ves por fuera y no tienes tacto para decir las cosas, porque no sientes esa empatía.

2.       Tienes bloqueo emocional. Muchas veces respondías fríamente a actos que deberían ponerte muy feliz, o muy triste. Solo lloraste con la película “Up” que te recordó a tus abuelos, te aconsejo que busques en ese sentimiento el desbloquear todos tus sentimientos y solo mostrárselos a quienes los aprecien, atesoren y cuiden, porque no son para cualquiera.

3.       “No somos adivinos”. ¡Qué razón tenía tu ex cuando dijo esa frase! Te quejas de que no escucho, pero tú no hablas, debes hablar, así como platicas de tu día a día en el cual te puedes soltar horas, debes hablar de los problemas, de tus necesidades, de lo que no te pareció y, sobre todo de lo que sientes, claro, después de trabajar el bloqueo emocional que hoy tienes.

Estas son las cosas principales que tienes y que causan problemas con tu familia, entorno y que también causaron

que no lucharas por nuestra relación y dejaras que se perdieran 15 años y una persona que se queda amándote con su vida, decepcionadx de la misma y sin ganas de vivir y en busca de no despertar más…»



02/01/2025

"Qué triste es mi historia" Cap. 1

Este blogg se inició como parte de la terapia de una persona, teniendo que escribir su duelo, después se continuó el blogg como diversos temas, ahora, desafortunadamente, la terapia regresa para tratar un duelo que nunca creyó volver a atravesar. Después de 15 años de relación, de ver la alegría y pasar por varias vivencias como humano imperfecto, nuevamente intentará atravesar el trance y, en el acto, tratar de ayudar a personas que no se atreven a externarlo o a leer que no son las únicas en este sendero obscuro y lleno de espinas y aguijones.

Así que estimado lector, si tú no estás atravesando una situación similar, te invito a que también te quedes, pero que te quedes de una manera diferente, como aquel actor Heath Ledger que interpretó al Joker en “The Dark Knight”, no obstante, con la diferencia de que no te vuelvas loco ni te suicides, solo intento que hagas lo que hizo él para lograr tan fuerte actuación y sobre todo, comprender al personaje para meterte en el papel de la “persona en cuestión”, de tal forma que creas, pienses y sientas que eres tú, para que así y solo así, puedas lograr cambios positivos en tu vida, ya que siempre leemos o vemos historias, pero damos por sentado todo en la vida, tan es así, que no valoramos momentos, no nutrimos al amor y no comprendemos que una de las mejores cosas en la vida, es llegar al final de tus días con una persona que esté a tu lado y te ame, pero para ello, ambos deben luchar, así que, víctima o espectador, siéntate a leer y con ello, valorar lo que tienes en tu vida o lo que vas a tener; si ya lo perdiste, aprender de ello y prepararte para lo siguiente, porque vida, solo hay una y es muy, muy cortita y como ya expusimos en otro post de este blogg, “¡te vas a morir!”, por ende, reactivemos la lectura y coadyuvemos al tema con comentarios, de antemano, gracias.

Nota: se han puesto optativos los géneros con el comodín “x”, por lo que puedes leerlo como hombre o como mujer, para que sea más realista para tu vida. Cuando hablamos de “elle” es “él” o “ella”, cuando decimos “fríx” puede ser “fría” o “frío”. 

 

«Hoy, es la noche del 1° de enero del 2025, descendí del auto y fui a abrazar a mi santa madre, que se encontraba en el asiento trasero para despedirme, mujer sabia de noventa y tantos, pequeñita pero aún con ganas de vivir, a pesar de estar sola y haber sepultado a 2 maridos. Está preocupada por mí, muy preocupada, pues no pude ocultarle la situación ante mis evidentes lágrimas y sollozos y cuando me preguntó “¿y dónde está?”, tuve que decirle que ya no quería estar conmigo. Sus palabras me hierven en el pecho al escuchar “todo se puede perder, pero menos tú, que eres de lo más preciado para mí, porque ¡Vales Mucho!”, palabras que me recuerdan similares que me dijo mi amiga la doctora “No te supo valorar, sí, tienes errores, pero no te supo valorar, ¡ya sal adelante, a la chinada y sal adelante porque no te valoró, no supo ver en ti todo lo que tienes y no supo luchar por su amor!”.

Abracé a mi madre diciéndole: “ya no puedo, ya no quiero, estoy tan cansadx de esta vida, que ya no puedo”, mi madre solo me decía “ánimo, adelante, a la basura con esx que no te valoró, todo le diste y estuviste ahí, nadie es perfecto, pero estuviste y regresaste ahí. Mejor vente con nosotras y te quedas a dormir allá”, al ver y sentir mis lágrimas y sollozos me pedía que me fuera con ella, ganas no me faltaron, pero quería estar solx para desfallecer. Me despedí de mi sobrina, que lloraba conmigo y nos abrazaba a ambas, la entiendo, esa impotencia de no poder alegrarle la vida a tu ser querido que se está muriendo por dentro es horrible. Las abracé, las besé y subí al departamento en donde, en cuanto cerré la puerta me puse a llorar como cerdo en matadero, y a pronunciar su nombre una y otra vez y a preguntarle “¿cómo es posible que tú estés tan contentx y yo muriéndome aquí? ¿si fueron 15 años de relación en donde yo todavía te amo con todo mi ser?”.

Este vacío del pecho es con el que no puedo, el estómago me duele, los labios partidos y la boca seca, tal parece que la saliva se convirtió en lágrimas por llorar la ausencia de esa persona quien creí que vería mis días llegar a su fin, como esa canción que le dediqué de José José, “Mientras llueve”. No obstante, se fue diciéndome que ya no me amaba.


 Dos cosas que forman un ácido que quema el ser, primero, me gusta la navidad, el año nuevo, me gustan las fiestas y mandar mil mensajes de cariño a mis seres queridos, y, la segunda, que es realmente la primera: desde que estuve en secundaria y regresé de la morgue a la que no entré porque no quería traumarme más, fue la primera vez que me dije a mí mismx “si bien la vida es un error, si bien hay muerte después de toooodo lo que hacemos en ella, si todo es perene, entonces, quiero encontrar a una persona que sea mi compañera hasta que me vaya de este plano, quiero amarle de regreso y que sepa que es así, además de saber también, lo que dicen los adultos ‘el sexo se acaba, solo quedan las vivencias y la convivencia’, así que quiero a esa persona que, aunque se nos acaben las ganas de la cama, nos sigamos besando, viajando y creando momentos juntos”. Creí que había encontrado a esa persona, hasta que el sábado 21 de diciembre, todo cambió y me destrozó la vida y la fe en el ser humano, la poca fe que pudiera tener.

Antes de irnos a una pre cena navideña, le dije que me tratara con más cariño, que estaba rarx, me dijo “yo sí te amo”, mientras elle estaba en la sala y yo en la cocina. Debí a provechar el momento y salir corriendo a abrazarle, pero por miedo, me quedé ahí y luego saliendo, solo le dije “bueno”, o algo así, que ya no recuerdo. En la noche de regreso, yo venía inestable, irritable por las acciones de su familia ante juegos que no me gusta jugar y que sí, sé que son mi problema, pero que también para eso está tu pareja para entenderte, pero terminé jugando al sentirme presionadx. Como nunca elle me defendió y peleó en el juego por recuperar la caja que siempre me quitaban, en vez de valorarlo y no discutir, le dije que me sentía mal, fue una estupidez que debí dejar pasar sin hacer aspas, aunque después supe que eso no habría cambiado su decisión, le dije que apreciaba el acto y le saqué el tema nuevamente de que quería que fuera como me prometió antes de irse a Cancún, en Noviembre, que fuera más cariñosx, en esa ocasión me dijo que sí y lo fue, me abrazó y besó, pero al recordarle esto, me dijo, “es que yo ya no quiero estar”, al escuchar eso sentí mi pecho romperse como mil cristales en un abismo y caer al vacío, al tiempo en que mis lágrimas salían y decían “no es cierto, no es cierto, no es cierto”. Me dijo: “estoy cansadx, me siento estancadx, ya no me dan ganas de regresar al mismo lugar, no me gusta que siempre son gritos y sombrerazos y los reclamos de siempre. Quiero vivir lo nuevo que estoy experimentando, quiero vivir solx, quiero vijar, estudiar”. Ante esto y la desesperación de perderle, le respondí “¿estancadx? Pero si terminaste la carrera y maestría, ¿cansancio? Todas las parejas se cansan, pero deben de buscar espacios para descansar y volver a empezar, como llegar del trabajo, dormir y continuar al día siguiente. ¿Al mismo lugar? Aquí decidimos vivir, ¿vivir solx? Eso ya lo hiciste varias veces. ¿Viajar? Discúlpame si el problema que tuve y la pandemia me pusieron en banca rota, pero ya estoy saliendo para poder hacerlo. Vamos a eventos, tratamos de salir juntxs, he estado apoyándote en tus estudios, en tu superación. No somos los únicos que alcanzamos las rutinas, mira a la Doctora y su pareja, son nuestro reflejo y ahí están amándose, después de más de dos décadas y yo trato de tratarte bien porque me nace y no son gritos y sombrerazos”.

Continué con todas las razones para seguir junto con las soluciones y el que no había algo que mereciera terminar nuestra pareja, también le dije que esos “gritos y sombrerazos”, con lo cual me hizo sentir mal y esa frase “tu fuiste quien me alejó de ti”, fueron lo que más me dolió, aunque ya charlando con mis amistades, yo no le alejé de mí nunca, pues esos “gritos y sombrerazos” siempre era para que fuéramos mejores, para que me tratara bien o defendiera, para corregir cosas, comprendo que era corregir la forma, la famosa “forma” en que decimos las cosas, si bien nunca le falté al respeto. Alguna vez vi que su madre le hablaba fuerte y hacía las cosas, yo hice erróneamente lo mismo, pues le hablaba bonito y no hacía caso, debí decirle esto abiertamente, entonces, le dije que en esos gritos y sombrerazos le pedí siempre que me dijera qué necesitaba, cómo corregirlo, porque a lo largo de la relación cambié en muchas cosas para esa persona y puedo volverlo a hacer, lo he aprendido. Esa noche me dijo las tres cosas que le molestaban, le dije que tenían solución, pero que era la primera vez en años que con calma me decía los problemas y les vi la solución de inmediato, pero elle no quería seguir, entonces le dije ¿ya para qué me dices eso y como debe de ser si ya no quieres?

No le pude responder a que yo le había alejado de mí, porque tuve un error que ya contaré más adelante, pero le dije que si habíamos regresado era por algo y porque yo siempre elegí estar con elle, yo no quería estar con nadie más, pero creo que no lo comprendió y creemos que más bien había algo más…

Esa noche quedamos en que lo pensaría, que tenía la cabeza revuelta y que tenía que pensarlo.

Fuimos a cenar el 24 y se portó fríx y distante, en el celular todo el tiempo y sin platicar. Yo por dentro con miedo y pánico a que terminara y buscando qué hacer. Le atendí, le traté bien, pero cada día fue más distante. Siempre le pedí que me diera un beso antes de irse por las mañanas a trabajar, el último día no lo hizo.

Llegó el viernes, le llamé porque ya eran las 12:08 de la noche, me contestó, todo estaba en silencio:


Yo: Ya sé que no quieres que te moleste, pero ya es tarde y me preocupas.

Elle: No, ya voy para allá.

Yo: Pero aún estás en el trabajo.

Elle: por eso, ya voy para allá, voy saliendo…

 

12:27 pm, escucho que va llegando, 19 minutos después de la llamada, cuando de su trabajo al departamento corriendo se hacen 35 minutos.

 

Le dije que de dónde venía, me respondió que, de su trabajo, le dije que nadie hace ese tiempo ni corriendo, me dijo, “Es que venía por Constituyentes”, le dije que entonces porqué me dijo que iba saliendo y ahí fue cuando ya no pudo más que decir, “ya te dije que venía en Constituyentes”, a lo que le respondí, no se escuchaba ruido, venías de otro lado, en fin.

De ahí, me dijo que ya lo había pensado y que había dicho que, si ya no me amaba, me lo iba a decir, yo le dije que habíamos jurado que si eso pasaba, íbamos a luchar de la mano y sin soltarnos para revivir la relación. De ahí se fueron 3 horas en que le lloré, le imploré, me humillé, para que no se fuera, hasta que se recostó y a pesar de que le rogaba con razones para seguir adelante y que me decía no y aunque su mirada y la mueca de su boca decían “¿la estaré regando?”, me dijo que ya no, que se iría y le diera tiempo para sacar sus cosas. Lloré de desesperación y le rogué hasta que se quedó dormidx.

Me fui con mi hermana a llorar y a dormir, al siguiente día había sacado sus relojes, se había llevado su foto de graduación y había destrozado mi última esperanza en la humanidad, en el amor.

 

En esta noche comencé a relatarles mi historia, pues me dijeron que escribiera a diario lo que pasa, recordé la ayuda de este blogg y, aunque no quiero seguir, me puse a escribirles con las lágrimas que no dejan de salir al tiempo en que me escriben por whats y me dice que le siga, yo, solo sueño con que se equivocó y que me lo dice, con que me invita a comer y no se va, pero la realidad me hace chillar como cerdo porque ya no va a estar en mi vida, elle era mi felicidad y ahora me siento tan culpable de no haber hecho más que me digo ¡pendejx, pendejx, pendejx!

 

Ya son las 2:30 am del 2 de enero, elle se lleva sus cosas el viernes 3 y yo ya no quiero despertar, ya no le veo motivación a mi vida, era mi razón de vivir y, aunque comprendo que nadie es dueño de nadie, solo quería que me amara…»