martes, 19 de mayo de 2009

Yo solía ser feliz (zona de confort).


Después de escuchar varios relatos en donde se busca exponer el caso y dar libre consuelo al desahogo, veamos los progresos y expliquemos las zonas de confort, auspiciados también de los especialistas. Leamos a nuestra persona en cuestión nuevamente y algunas respuestas explicativas:

“Yo solía ser feliz… la felicidad es un estado transitorio… ahora lo entiendo, nada es seguro… sí también lo entiendo, aunque no quiera, aún así: yo solía, a mi medida y a mi forma, ser feliz y sé que también mi ex lo fue por sus acciones y palabras, nadie podría actuar tan bien ciertas cosas. Pude haber muerto en aquella etapa y tal vez, pues nadie lo sabe, podría haber muerto feliz y más aún si hubiera sido en sus cálidos brazos.
En la convicción de que mi ex a era la única y la definitiva persona para toda mi existencia, me pasaba la vida, pensando que nuestros issues, se resolverían algún día en que hubiera tiempo o en que tuviéramos dinero para una terapia, pues todo lo demás marchaba, en lo que cabía, bien. Lo di por sentado y ese es, el error que todos cometemos, pensar que como es la persona con quien pasarás el resto de tu vida, habrá un mañana, un día, un tiempo, donde te puedas ocupar de ciertas cosas.”
- La realidad es que ocupas tu zona de confort y las comienzas a dejar para después. “Aquí y ahora”, “en vida hermano, en vida”, “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” y “vive el día de hoy como si fuera el último de tu existencia”, son frases meramente ciertas, pero crecemos burlándonos de ellas, diciendo que son cursis, que son ideas de adultos o poéticas, pero nunca las analizamos con hechos y vivencias para ver qué nos quieren decir y, cuando lo hacemos, nos percatamos de lo descomedido que resultaba no considerarlas a fondo, como siempre: demasiado tarde, algo o alguien se atraviesa y te arrebata de la mano ese futuro que hoy ya no es posible.
Desgraciadamente la experiencia se obtiene de los años y las vivencias, y digo desgraciadamente, porque si hubiera existido una forma de obtenerla antes sin que fuera un problema la edad para poder asimilarla, cuando se es joven, no se cometerían tantos errores y no lastimaríamos a tanta gente.
El hubiera no existe, sin embargo mientras hay vida, se pueden arreglar las cosas, casi siempre. Mira, estamos acostumbrados a “vivir por vivir”, mientras va pasando la vida, si vienes de una familia un poco acomodada, pues como hijo tan solo te tocaba cumplir con ciertas obligaciones, realmente era incómodo cuando tus papás te preguntaban qué ibas a hacer de tu vida, pues te sacaban de tu zona de confort para preocuparte con una gran problemática, el miedo al cambio era inherente. Así crecimos muchos, por muchos años, al menos hasta la universidad. Luego, al tener pareja, sucede el fenómeno nuevamente, llegamos a obtener una zona de confort en donde nos estacionamos y no buscamos evolucionar y pulir esos “detalles” que nos amedrentan pero los seguimos viviendo lo que resulta un grave error que puede tener resultados catastróficos. La vida nos dice cómo actuar, pero no la tomamos nunca en serio, la experiencia nos dice por donde actuar, pero la hacemos a un lado y seguimos de largo, damos pasos irremediables hacia atrás al evitar un problema y salirse de el, en vez de resolver y pulir las cosas. La escapatoria resulta también una zona de confort, se piensa que es mejor comenzar de nuevo que resolver, a pesar de que todo vuelva a suceder, pues recordemos que el que no repara, repite.
¿Qué está sucediendo entonces? ¿Porqué no podemos resolver las cosas y huimos de ellas? La cuestión es que nos apasiona lo nuevo y nos agobia el luchar, nos cegamos ante el hecho de que la vida pende de un delgado hilo que lo puede romper un accidente, una enfermedad o un infortunio y por eso no nos detenemos a valorarla, pensamos que siempre hay un mañana y evidentemente siempre habrá un mañana, pero puede ser que en ese mañana ya no estemos nosotros. Este principio nos brinda, al menos, el valorar cada instante, por eso las cosas se tienen que resolver a la brevedad posible, los problemas se deben de tomar frente a frente y no escabullirse a la zona de confort de un abandono o de un desinterés.
¡Es increíble que con tanta inteligencia e información, no sepamos hoy en día actuar! Somos unos ignorantes tontos y burros en cuestión de relaciones sociales y lo peor es que nos jactamos y pavoneamos de ser muy listos en ello, cuando en realidad no es así, nos duele y nos pega en el orgullo que alguien o algo nos escupa en la cara la realidad de nuestros errores y por eso seguimos en ellos en vez de tomar una valorización y resolverlos con esa mega inteligencia que nos dieron, pero que ha sido un gran desperdicio. ¡Qué lástima que no sea así en la mayoría de los casos!, por eso las parejas se rompen, por eso surgen heridas irreparables que sangrarán toda la vida, porque nos acomodamos en la insensatez de no ver la realidad, porque nos volvemos egoístas.
Ética es el perseguir el bien, pero tal parece que somos el antónimo en nuestros actos de dicha palabra. ¿Hasta cuando vamos actuar con ética? Sí, claro, mañana ¿no? Podemos ser torpes intencionales o no intencionales ante este hecho, lo que significa que podemos intencionalmente ir a la zona de confort, o no intencionalmente, la cuestión es que cuando nos encontramos en esta zona carecemos de visión y como dijo Rubén Carbajal, neceamos ante la verdad, ante los consejos de los amigos, ante la vida misma y aunque te lo diga, quien sea, tu mamá, tu amigo o el mismo Dios baje a decírtelo, nunca lo aceptarás, hasta que la vida te azote un suceso y entonces comprendas el error de no tomar en tus propias manos la solución de las cosas, para evitar el herirte a ti mismo o a alguien más.-
“Yo solía ser feliz, pero entre mi zona de confort y la zona de confort de mi ex, se abrió un abismo donde cayó mi felicidad”
-No lo permitan ustedes, comuníquense, resuelvan, utilicen su inteligencia, para no sufrir lo irremediable que le sucedió a nuestra persona en cuestión.-


Quieres saber más de la zona o área de confort:


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